Jhon Jader Durán, la joya goleadora colombiana de 21 añitos, ‘la promesa más prometedora’ de la Selección, dejó al Aston Villa de la Premier League inglesa, la mejor, más prestigiosa y símbolo del primer mundo del fútbol europeo, por irse al Al Nassr de Arabia Saudí, una liga emergente, multimillonaria en petrodólares, con varias superestrellas que apagan 30, 35 o 40 velas en sus tortas de cumpleaños.
Jhon Jader ganará una verdadera fortuna: recibirá unos 70.000 millones de pesos por cada uno de los cinco años de su nuevo contrato. Cuando tenga 26 años habrá ganado 350.000 millones de pesos mal contados...
La razón no es una razón de peso: ¡es de cientos de miles de millones de pesos!
¿Por qué las críticas a Jhon Jader Durán?
Pero como el fútbol está sobreidealizado y sobrerromantizado, a Jhon Jader, como le pasó a James Rodríguez hace 3 semanas, pues fanáticos y críticos que, irrespetuosos, no lo bajan de tener ‘aserrín en la cabeza’ por preferir un megasalario al máximo nivel de juego europeo. Le dicen que dizque es un mercenario codicioso y no un deportista que busca ‘la gloria deportiva’.
Fanáticos y comentaristas han deformado su realidad empresarial, laboral y profesional; de industria de espectáculo, entretenimiento, y motivo de conversación.
Hasta el propio Durán cae en la idealización y el romanticismo y declara, así sea para evitar el prejuicio, que su decisión no fue por la plata.
“La idealización es un mecanismo de defensa que consiste en deformar la realidad para que parezca mejor. Idealizar es muy fácil. Efectivamente, mediante el mecanismo de la idealización se ornamenta la realidad, que puede ser una persona, un concepto, un lugar o cualquier objeto del conocimiento. Se le achacan atributos especiales, dones, características que le acercan a la perfección o que directamente la encarnan. Del mismo modo se elimina del campo cualquier defecto que estorbe en la fabricación de la idea perfecta”, afirma la psiquiatra española Eva Susperregui López.
Claro que el fútbol está sobreidealizado en ornamentos cuasi sagrados y divinos, pasionales, filiales... “En la vida adulta –prosigue Susperregui– la idealización es cuando se declaran fans de algo a alguien y construyen imaginarios para idolatrar y magnificar”. Y se idolatra y magnifica al fútbol, a los equipos, jugadores, “hinchadas”, colores, estadios, ligas, tácticas, estrategias, técnicos ...
Los mismos que hoy le reclaman a Jhon Durán, como le reclamaron a James Rodríguez, son los que dan alaridos cuando las viejas glorias del fútbol están en la miseria o se rebuscan a diario para llevar un plato de sopa a la casa o no tienen pensión o se la pasan mendigando una boleta a la entrada de un estadio o esperan que el equipo en que encontraron la gloria les dé un puñado de billetes para sobrevivir unos días... ¡A muchas glorias del fútbol las han enterrado en ataúdes comprados en colectas!
Que Jhon Durán juegue, haga goles, se gane bien ganado el platal que le dieron por todo su trabajo y su talento, y que venga como el goleador de la Selección.
Idealizar y romantizar es muy fácil. Y en el fútbol, mucho más...
Meluk le cuenta...
GABRIEL MELUK
Editor de Deportes
@MelukLeCuenta
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