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Opinión
El fútbol no tiene género... (Opinión)
No es falta de talento, es falta de voluntad, de inversión, y, sobre todo, de respeto.
Eduardo Dávila, dueño del Unión Magdalena. Foto: La Pesada del Deporte y @UniónMagdalena
Las recientes declaraciones del dueño del Unión Magdalena, en las que aseguró que "el fútbol no es un deporte para mujeres" y sugiere que deberían dedicarse mejor al tenis, voleibol o incluso al dominó, no solo son un insulto a las deportistas colombianas, sino un síntoma claro de un machismo rancio que aún persiste.
¿Quién le dio la autoridad moral o intelectual a ese señor para decir qué pueden o no hacer las mujeres? ¿En qué momento se perdió de vista que los deportes, como cualquier otro escenario de la vida, son espacios para la libertad, el talento y la pasión, no para la exclusión ni la imposición de estereotipos de género?
Eduardo Dávila Foto:La Pesada del Deporte
Decir que el fútbol “no es un deporte para mujeres” es tan absurdo como afirmar que “los hombres en la cocina huelen a rila de gallina”. El tiempo ya cambió. Esas son solo frases que atrasan décadas de lucha por la igualdad y que desconocen el valor, la entrega y el talento de cientos de mujeres que han dejado la piel en una cancha, a pesar de la indiferencia de dirigentes como él.
Querer encasillar a las mujeres solo a algunos espacios es reducir su capacidad de decisión y habilitar las muestras de violencia contra ellas, de quienes creen que son objetos, que las pueden mover a su antojo o restringir su paso por el mundo.
No, el fútbol no tiene género. El balón no pregunta si lo patea un hombre o una mujer. La cancha no distingue. El esfuerzo, la técnica, el juego limpio, la táctica, la pasión... todo eso está presente en cada jugadora que se pone una camiseta con el mismo orgullo que cualquier hombre. Las mujeres tienen el derecho —escúchelo bien, el derecho— de estar donde se les dé la gana, sin tener que pedirle permiso a nadie, mucho menos a quienes todavía creen que pueden dictar roles desde la comodidad de un escritorio.
Unión Magdalena Foto:X:Unión Magdalena
Que una figura con poder dentro del fútbol colombiano diga sin vergüenza alguna que las mujeres deberían “irse a jugar dominó” es un reflejo de por qué seguimos tan rezagados en el desarrollo del fútbol femenino. No es falta de talento, es falta de voluntad, de inversión, y, sobre todo, de respeto.
Las mujeres no piden favores: exigen igualdad, visibilidad, oportunidades. Y tienen con qué. El país ha vibrado con la Selección Colombia femenina, que ha llegado más lejos que muchas veces la masculina. ¿No lo recuerda? Tal vez estaba demasiado ocupado mirando torneos de dominó para darse cuenta.
Lo que necesita el fútbol colombiano no es menos mujeres jugando. Lo que necesita son menos dirigentes misóginos, que con su visión limitada y sus prejuicios de otra época frenan el progreso de un deporte que debe ser inclusivo, libre y justo.
A las jugadoras, gracias, sigan corriendo, goleando, soñando. A los machistas: ya perdieron el partido.