Cientos de hinchas de Boca Juniors, que el sábado se medirá con Fluminense por el título de la Copa Libertadores en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, se tomaron este jueves la emblemática playa de Copacabana para una colorida, animada y ruidosa fiesta.
Sin embargo, esa celebración se vio empañada por una emboscada de los fanáticos de Fluminense. Seguidores del club argentino, además, denunciaron haber sido agredidos por la Policía.
Cuando simpatizantes de Fluminense se acercaron a los argentinos que estaban congregados en el puesto 2 del balneario de Copacabana, donde está ubicado el Fan Zone dispuesto por la Conmebol, las fuerzas de seguridad locales lanzaron gas lacrimógeno y bombas de estruendo y dispararon balas de goma.
Hinchas xeneizes respondieron arrojando botellas, reposeras y otros objetos contundentes a la policía militar, que los empujó hacia el mar y luego detuvo a varios, incluidos algunos que habían escapado al agua.
Fue un feo desenlace de lo que hasta entonces era una fiesta de aliento y entusiasmo más bien ordenado. Se armaban pequeños grupos que iniciaban las canciones. Otros las repetían y el coro aumentaba en intensidad. “¡Tienen que poner h...! ¿Vos sabés lo que me endeudé para estar acá?”, dijo un joven de unos 25 años a un amigo.
Buena parte de los cerca de 100 mil argentinos que son esperados hasta el sábado tiene sus finanzas en rojo y no pagará las cifras exorbitantes que se piden por un ticket en la reventa.
La gobernación de Río de Janeiro había la presencia policial en los lugares de concentración de los aficionados argentinos luego de que el lunes una pareja de turistas fuera agredida y robada por tres de una afición organizada de Fluminense que fueron detenidos.
Según el gobierno regional, el número habitual de policías patrullando la ciudad fue reforzado con 2.400 agentes que tendrán la misión de garantizar la seguridad tanto en los alrededores del Maracaná como en los lugares de concentración de aficionados.
Se esperan más hinchas de Boca en Río de Janeiro
Pese a que numerosos hinchas de Boca, en su mayoría sin entrada para el Maracaná, tiene previsto acampar en el Sambódromo, que fue cedido por la alcaldía de Río de Janeiro, los que optaron por hotel ayudaron a que la ocupación hotelera de la ciudad se encuentre en cerca del 90 % de su capacidad.
Los aficionados vestidos de azul y dorado, cada vez más numerosos en esta ciudad brasileña, se concentraron en un trecho de la más famosa de las playas de Río de Janeiro para animar al conjunto xeneize a dos días de la final, en una fiesta con cánticos, coreografías, provocaciones y ondeo de banderas.
Pese a que la Conmebol montó una Fan Fest con gratuito también en Copacabana y al que numerosos argentinos han acudido a tomarse fotos al lado de una réplica gigante de la Copa, los aficionados de Boca Juniors escogieron otro lugar de concentración, situado junto a un quiosco playero de propiedad de tres de sus compatriotas.
La previsión es que la fiesta se repita el viernes en el mismo lugar, pero con un número muy superior de participantes, ya que los xeneizes que ya llegaron a Río de Janeiro tienen previsto lanzar un "banderazo" en Copacabana para mostrar su apoyo al equipo y que no son una minoría en esta ciudad brasileña.
Para el viernes está prevista la llegada de una caravana de cerca de 85 microbuses que partió de Buenos Aires con unos 6.000 boquenses. Las autoridades brasileñas no tienen una previsión clara del número de argentinos que estará en Río de Janeiro el sábado, pero descartan que llegue a los 150.000 como lo calculan algunos medios del país vecino.
Las autoridades consulares consideran que sí pueden superar los 100.000 y que la masa vestida de dorado y azul sólo perderá en número con la que se concentró en Río de Janeiro para acompañar la final del Mundial de Brasil 2014 también en el Maracaná.
DEPORTES
Con La Nación (Argentina-GDA) y Efe