James Rodríguez vive momentos complicados en su carrera. El goleador del Mundial de Brasil 2014 aún no tiene claro en dónde va a jugar en la temporada que está por comenzar, luego de que, según versiones de prensa, el técnico español Rafa Benítez le dijo que no contaba con él en el Everton.
Mientras define su futuro, James se ha mostrado muy activo en redes sociales y este lunes concedió una entrevista en Twitch a WestCol, un streamer colombiano que tiene más de 200 mil seguidores en esa plataforma.
"Bien por la crítica constructiva, pero no por la destructiva. Con esa ya no voy. No soy máquina, puedo fallar cosas".
El futbolista, reconocido aficionado a los videojuegos, también disputó una partida de Call of Duty, en la que participaron algunos de sus compañeros en la Selección, como
Wílmar Barrios y
Mateus Uribe.A los 30 años, James sabe que la fecha de retiro está cada vez más cerca y por eso cree que su carrera no se prolongará mucho.
"Yo no quiero estar hasta muy grande en el fútbol, 35 años podría ser una buena edad para retirarme", dijo Rodríguez, quien sorprendió al hablar de los planes para su futuro, cuando deje de jugar: "Quiero ser presidente de algún club: estoy estudiando para eso, estoy haciendo un master. También quiero darme un año sabático para hacer todo lo que quiero".
James se refirió a las críticas que recibe. "Estoy siempre en el foco: hay gente que te va a querer, otra que te va a criticar. Bien por la crítica constructiva, pero no por la destructiva. Con esa ya no voy. No soy máquina, puedo fallar cosas. Además, ya que se metan con tus cosas, con tus seres queridos, eso ya es diferente".
Cuando le preguntaron acerca de qué consejo les daría a los futbolistas que comienzan a abrirse camino para llegar lejos, James recalcó que para conseguirlo deben irse de Colombia.
“Yo sabía que si quería ser bueno en el fútbol debía irme. Me fui a los 15 años para Argentina. Mi consejo es que si quieren ser 'alguien' deben irse del país", aseguró.
James reconoció lo difícil que es para él, en ocasiones, manejar la fama. “A veces me gustaría poder ser uno más. Ir a la esquina a comerme un perrito caliente y pasar desapercibido. Es bonito que la gente me vea, me pidan fotos, firmas y me digan cosas buenas, porque eso significa que algo hicimos bien. Hace unos 10 años no puedo hacer eso, me toca puro domicilio (risas)“.
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