Emblemáticos guantes de Holyfield cuando venció a Mike Tyson serán subastados

La pelea es recordada por la mordida de Tyson a la oreja derecha de Holyfield.

Guantes de Mike Tyson serán subastados con un precio de salida de Foto: @miketyson

05.09.2022 09:18 Actualizado: 05.09.2022 15:16

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Mike Tyson y Evander Holyfield disputaron el 28 de junio de 1997 en Las Vegas un combate histórico y no por el resultado, si no por un hecho que causó la indignación de fanáticos y figuras del boxeo.

Corría el tercer asalto del combate de revancha entre ambos y en un hecho sin precedentes, Tyson mordió la oreja derecha de su oponente, arrancándole un pedazo de cartílago.

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Ese combate quedó, con el paso del tiempo, en el olvido, hasta hace unos días que volvió a ser noticia por una casa de subastas en los Estados Unidos.

La misma que mediante su sitio web publicó los guantes de Holyfield, agregando que se encuentran en perfectas condiciones y con una oferta inicial de 10 mil dólares.

Las primeras ofertas por ese par de objetos no tardó en llegar y al momento ya se tiene un total de cinco candidatos, con un precio establecido ahora en poco más de 12 mil dólares.

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'No pensaba en el boxeo cuando lo mordí'

Sólo pensaba en las drogas. Yo creía que era Dios, me sentía como Dios.

Bastante se ha comentado acerca de este combate, hasta el propio Tyson sacó un provecho hace un tiempo y en una reciente entrevista radial, en donde el exboxeador de 55 años llevó uno de sus productos llamado 'Mike Bites' (Mike muerde); unas gomitas elaboradas a base de cannabis, y que tienen la forma de una oreja.

Al referirse acerca del suceso, Tyson dijo en 2020: "Quería matarlo. Estaba realmente enfadado porque me golpeó la cabeza y todo. Lo mordí porque quería matarlo. Me sacó de mi plan de lucha y de todo. Sea bueno o malo, no voy a dejar que nadie se lleve mi gloria”.

Adicionalmente, el ex campeón mundial de la mencionada categoría itió que su reacción también fue “por las drogas. Sólo pensaba en las drogas. Yo creía que era Dios, me sentía como Dios. Pero lo hecho, hecho está. Yo no pensaba en el boxeo cuando lo mordí. No me preocupaba el boxeo. Está mal lo que le hice, muy mal. Me volví como loco”.

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*Con información de El Universal - México (vía GDA)

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