General Motors (GM) registró una brusca caída del 42 por ciento en el beneficio correspondiente al segundo trimestre, la cual atribuye principalmente a los costos asociados a la venta de sus operaciones en Europa.
El fabricante de Detroit ganó 1.660 millones de dólares. Los ingresos se mantuvieron más o menos como hace un año, en los 36.980 millones de dólares, pero muestran una ligera moderación que se acelerará.
Efecto de una venta
Los resultados recogen unas pérdidas operativas de 770 millones por el cese de las operaciones tras la venta de Opel y Vauxhall al grupo PSA.
Sin esos costos, el beneficio habría sido de 2.430 millones. En ese caso, la caída habría sido del 11 por ciento. La comparación es compleja, porque el segundo trimestre del 2016 fue récord. Así mismo, los resultados, de hecho, anticipan que la industria está en un punto de inflexión.
El negocio de la automoción tocó techo en el pasado ejercicio, al menos en Estados Unidos.
La tendencia apunta a una ligera moderación de los ingresos operativos, que se atribuye a un menor volumen.
Las matriculaciones de vehículos de GM cayeron un 11 por ciento en el mercado norteamericano, a las 894.000 unidades.
A escala global, conserva una cuota de mercado del 10,3 por ciento luego de vender 2,3 millones.
Mary Barra, la directora ejecutiva de GM, insiste en que la compañía sigue adelante con el proceso de transformación de su estructura “para capitalizar la oportunidades de crecimiento”.
Además de reconfigurar su posición geográfica, saliendo de los mercados con menos potencial para crecer, está en proceso de reducir la producción de modelos sedán para concentrarse en su lugar en los crossover.
Chuck Stevens, su director financiero, anticipa una caída en las ventas globales a lo largo del segundo semestre del año respecto al mismo periodo del 2016. No se trata solo de un ajuste en la demanda.
General Motors está preparando sus fábricas para la producción de los nuevos modelos que llegarán al mercado.
Eso anticipa, también, que el beneficio de la compañía se moderará en la recta final del año.
Stevens comentó que la venta de las operaciones en Europa estará cerrada para final de año, lo cual le generará unas cargas de 5.500 millones.
En el corto plazo, la gran apuesta internacional es China, su mercado más importante.
También, América Latina, donde logró reducir las pérdidas operativas un 81 por ciento, hasta los 23 millones. El negativo acumulado en los primeros seis meses es de 142 millones, un 23 por ciento menos.
SANDRO POZZI
Ediciones EL PAÍS, SL 2017