Artículos aparecidos en EL TIEMPO (enero 8) y en PORTAFOLIO (enero 11), anuncian la recuperación de Ecopetrol: Por el alza en el valor de sus acciones, tres veces respecto a la elevación del precio del barril, y por su capitalización de mercado, pero, ante todo, porque “a 35 dólares el barril ya la compañía da utilidades”, cuando antes las daba a 65 dólares. Sus ganancias fueron 3,2 billones de pesos al tercer trimestre de 2017; el Ebitda de 43 por ciento, cinco puntos porcentuales más que en 2016, y sus inversiones para 2018 se proyectan por 4.000 millones de dólares.
Estos logros se atribuyen a “iniciativas concertadas en una gran estrategia” y a “su programa de transformación”. No obstante, fuera de la gestión subrayada, hay hechos que permiten repensar al grupo Ecopetrol no tanto como mero productor de materia prima sino, después de Reficar, como un conjunto integrado y ya capaz de producir 50% de los combustibles que Colombia demanda, aun cuando podría también cubrir porciones mayores del mercado nacional y ser buen exportador de derivados.
Datos a septiembre de 2017 ayudan a responder la pregunta formulada en el título: Mientras que el diferencial de exportación de petróleo crudo respecto al precio Brent era de -6 dólares por barril, el promedio final de la canasta de crudos, gas y productos era +7 dólares por barril.
La cifra indica que las exportaciones de Ecopetrol se cotizan por debajo del precio de referencia internacional, pero cuando se agregan al balance final sus demás operaciones, sobre todo las del mercado nacional, que incluye las transacciones con sus propias refinerías, la empresa obtiene un balance superior.
Veamos: en diciembre, el precio de un galón de gasolina era en Bogotá de 8.889 pesos y de ellos se le reconocían 4.000 pesos a Ecopetrol, equivalentes a 56 dólares por barril, según la tasa de cambio de entonces. Si a esa cifra le descontamos los respectivos costos de producción y de refinación, el margen bruto en Cartagena es de 12 dólares –y se aspira a subirlo a 20– y en Barrancabermeja está en 13,7 dólares.
¿Por qué, siendo que Colombia abarca la mitad de la operación de Ecopetrol, no entregar crudo a nuestras refinerías a precios menores, lo cual, combinado con un manejo más eficiente, les aumentaría sus utilidades y, por tanto, sería otra fuente de acumulación y daría como resultado un mayor coeficiente técnico? La relación entre el valor del producto elaborado y de los insumos utilizados en la refinación está en Colombia apenas en 1,34, mientras que en México es de 2,21.
En esa misma línea y recapacitando las actuales políticas, ¿podría pensarse que existen condiciones para que se trasladen los difundidos éxitos de Ecopetrol al resto de la economía nacional abaratando el precio de los combustibles? Fedesarrollo (2015) concluyó que una disminución del 10 por ciento traería crecimientos del PIB, aumento del consumo de los hogares y reducción del IPC.
Puede lograrse si se modifica a la baja, en la fórmula del pago a Ecopetrol como proveedor, el factor principal de remuneración –que es el 70 por ciento de la cotización del Índice UNL87 del US Gulf Coast Waterborne– y se pone, por decir algo, en 65 por ciento, descontando mínimo 800 pesos al consumidor.
Finalmente, al modernizarse y ampliarse la Refinería de Barrancabermeja, una tarea estratégica y prioritaria que podría llevar a eficiencias de más del 90 por ciento, se alcanzarían beneficios a mediano plazo aún con mayores multiplicadores positivos. ¿Alguien se atreverá?