Una de las primeras recomendaciones de los expertos en finanzas personales es definir unas metas, propósitos y tiempos para invertir los recursos que se tienen, pues de esto depende la elección de la alternativa adecuada del mercado.
Lo anterior porque no es lo mismo invertir en un CDT, que puede ser una opción cuando el dinero se necesitará en uno o dos años para destinarlo a otro objetivo, como comprar una vivienda, que invertirlo en acciones, donde lo aconsejable es que estas se conserven, como mínimo, unos cinco años para lograr un mejor rendimiento.
Para los expertos de Mibanco lo recomendable es ahorrar entre un 10 y un 20 del salario mensual para ir formando un capital que más adelante se pueda destinar a una inversión que produzca mayores rentabilidades de las que generan algunos productos financieros tradicionales o una cuenta de ahorro.
Jairo Prada Corrales, profesor de economía de la Universidad del Norte, de Barranquilla, dijo recientemente que en tiempos de covid-19, las personas están buscando invertir en vivienda.
“Se ha observado que las inversiones que más buscan los hogares es la de una segunda vivienda porque sienten que tienen mayor seguridad. Curiosamente, el año pasado y en lo que va de este ha habido una tremenda expansión en el sector construcción, especialmente en viviendas de interés social y viviendas medias. Esto se da porque las personas están comprando este tipo de viviendas para respaldar sus ahorros en dinero”, aseguró.
Otras opciones
Según analistas de Credicorp Capital, si la persona está dispuesta a soportar altas volatilidades y posibles mayores bajas temporales en los precios, como las acciones, considérelas.
Si prefiere no arriesgar mucho (conservador), considere activos refugio, estos son los que, en momentos de estrés de mercado, como el actual, sirven para conservar el valor del dinero, asegurando fácil liquidez y reduciendo las pérdidas al mínimo, como deuda pública, oro, yenes o dólares.
Pero si las necesidades de tener efectivo son altas, lo recomendable son las cuentas bancarias, FIC, CDT, o bonos AAA con vencimientos de máximo año y medio.
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