Tras supervisar si la ‘salud’ de los bancos es buena y si están en condiciones de soportar una crisis, la Reserva Federal de Estados Unidos certificó a 35 entidades, incluidas las filiales estadounidenses del Santander y el BBVA.
Luego de superar esta prueba anual de estrés y salir adelante del examen, el próximo jueves se conocerá el resultado de la segunda ronda, que autoriza los dividendos y la recompra de acciones.
Los bancos en EE. UU. cerraron el primer trimestre con beneficios récord, gracias a la combinación de una economía que crece con solidez, a unas condiciones financieras favorables, al alza gradual de los tipos de interés, a los beneficios derivados de la reforma fiscal y a la rebaja de la regulación. Pero algo distinto es que sus modelos de negocio puedan hacer frente a un escenario de dificultad.
La Fed, como también se le conoce a la Reserva Federal, somete a los bancos con más de 100.000 millones de dólares en activos a esta primera prueba cuantitativa, con base en el rendimiento de su balance en varios escenarios utilizando el plan de capitalización presentado a la entidad. Este año, los criterios para la prueba son más altos en el caso de un escenario “severamente adverso”, similar al de la crisis del 2008.
Una economía que crece con solidez y condiciones financieras favorables, claves para las filiales de bancos en EE. UU.
Las filiales de Santander y el BBVA cuentan con el colchón de liquidez para soportar las pérdidas ante una crisis extrema. La exigencia mínima para pasar la primera parte del examen era de un capital de calidad (tier 1) del 4,5 por ciento para el peor escenario. En el caso del banco que dirige Ana Patricia Botín, el resultado es del 15,2 por ciento. Para el BBVA es del 7,6 por ciento.
El escenario más severo se basa en una profunda corrección del precio de los activos, incluido un desplome del 40 por ciento en el valor de la vivienda. En esa situación hipotética para la que deberían estar preparados los bancos, Wall Street se hundiría un 65 por ciento a comienzos del 2019 y el índice de volatilidad superaría el 60 por ciento. Además, la tasa de paro repuntaría al 10 por ciento y el crecimiento se contraería 9 por ciento.
Según la Reserva Federal, los choques son más severos con condiciones económicas “especialmente robustas”. El segundo examen determina si los bancos pueden devolver beneficios a los inversores sin crear un riesgo. Este año el examen cualitativo deben aprobarlo los 18 más grandes y complejos. Santander y BBVA no entran.
Se trata de las primeras pruebas de estrés publicadas con de la Fed nombrados por el presidente Donald Trump. El mes pasado, además, se adoptaron los primeros cambios a la legislación que regula la industria financiera tras la última crisis. El umbral para los bancos que se someten al primer examen se elevó de 50.000 millones a 100.000 millones en activos. Este año quedaron excluidos Cit Group, Comerica y Zions Bancorp.
Para las entidades que tienen activos entre los 100.000 millones y los 250.000 millones, la Fed puede relajar los criterios si lo considera oportuno. De esta manera se busca abrir la mano a la banca regional y local, buscando que agilice el crédito a los pequeños negocios y los consumidores en sus comunidades. También puede abrir la vía a una consolidación entre ese grupo de bancos.
@SANDRO POZZI
Ediciones El País