La
cifra del PIB revelada por el Dane para el primer trimestre confirma el
mal desempeño económico en este comienzo de año. Un crecimiento de solo 1,1 por ciento anual es decepcionante. Al estar por debajo del crecimiento poblacional implica que el ingreso per cápita de los colombianos se mantuvo virtualmente estancado.
La gran pregunta es si las cifras son compatibles con una recuperación en los trimestres siguientes y con un crecimiento mayor a 2 por ciento en el año completo, como el que proyectábamos la mayoría de analistas.Desde una perspectiva negativa debe decirse que la desaceleración fue generalizada. Particularmente preocupante resulta la minería, que cae 9,4 por ciento. El sector de edificaciones también sorprendió por su contracción de 7,1 por ciento, aunque se compara con un primer trimestre del 2016 atípicamente dinámico, lo que indica que la actividad sigue en niveles razonablemente altos.
En una óptica más positiva, se destaca la fuerte recuperación agropecuaria, que creció 7,7 por ciento. También es notable el buen desempeño relativo de las obras civiles, en donde empiezan a verse los impactos de las 4G, mayor ejecución de los gobiernos locales y un nuevo dinamismo de la inversión de
Ecopetrol.
La posibilidad de ver una economía recuperándose dependerá en alto grado de lo que suceda con el consumo de los hogares y el ánimo empresarial. En ambos frentes hay importantes inquietudes, pero hay también señales favorables. Las encuestas de Fedesarrollo muestran que, si bien la confianza de los consumidores sigue en terreno negativo, ha mejorado significativamente desde enero, su punto más crítico. Además, la menor inflación ha facilitado al Banco de la República hacer recortes importantes en las tasas de interés, que seguramente se reflejarán en mejores condiciones para el consumo y la inversión.
Las cifras de comercio exterior son alentadoras y permiten mantener un optimismo cauteloso. Tanto las exportaciones de productos básicos como las no tradicionales crecen tras dos años de contracciones. Igualmente significativo es que las importaciones repuntan, con un aumento de 30 por ciento en bienes de capital y de 10 por ciento en materias primas y productos intermedios, lo que sugiere que el letargo de la actividad empresarial estaría por terminar.
LEONARDO VILLAR GÓMEZ
Director Ejecutivo de Fedesarrollo