Como le ocurre a un estudiante al que sus profesores le advierten que su desempeño lo puede llevar a perder el año, la reducción de la calificación de la deuda de Colombia, que hizo
Fitch Ratings, pasándola de BBB a BBB-, es un campanazo de alerta.
Una alarma sobre la mayor posibilidad de perder el llamado grado de inversión. Es decir, la confianza de los mercados mundiales a la hora de prestarle al Gobierno y para la llegada de recursos extranjeros a proyectos productivos.
Según la firma comisionista Credicorp Capital, el país ahora enfrenta amenazas directas de perder el grado de inversión por parte dos agencias: Fitch y Standard and Poor’s, que si bien no redujo la calificación, pasó a negativa su perspectiva (calificación BBB-).
Y agrega que mientras Standard and Poor’s parecía más enfocada en esperar los próximos pasos del Gobierno para enfrentar el choque en la economía por la recesión global y el coronavirus antes de decidir una acción de calificación, la calificadora Fitch fue más estricta y remarcó las crecientes debilidades en el crecimiento, la perspectiva fiscal, pero sobre todo, la credibilidad de la política fiscal, estableciendo una percepción más negativa
A esto se suma la caída en los precios del petróleo, que de extenderse más tiempo mermaría los ingresos del Gobierno, con los que se financian los programas sociales, presionando más el endeudamiento público del país.
Difícil margen de maniobra
Para Credicorp Capital, el escenario fiscal para Colombia para 2020 y los próximos años será difícil, ya que el impacto por la recesión global y el coronavirus pondrá grandes presiones sobre los ingresos del Gobierno en medio de una baja flexibilidad de gasto, lo que hará que la carga de la deuda probablemente siga su aumento imparable, que viene desde 2014.
Por ello, como le ocurre a la gente con sus finanzas personales, Credicorp estima que el aumento de los ingresos permanentes o un duro apretón a los gastos permanentes del Gobierno son las claves para evitar que la situación se salga de control.
No obstante, la firma señala que aunque el presidente Duque y el Ministerio de Hacienda han seguido reafirmando el compromiso con la consolidación fiscal, el contexto actual reduce el optimismo sobre la posibilidad de observar en los próximos meses propuestas estructurales relacionadas con los ingresos (impuestos), dado el descontento social en curso, el aumento del desempleo, la coalición no particularmente sólida en el Congreso y, además de eso, la actual crisis covid-19 “que causará un golpe severo en los balances de las empresas y los hogares”.
"La política fiscal es la herramienta crítica para evitar un deterioro de la actividad y las condiciones sociales más profundo de lo esperado, lo que significa que es probable que el Gobierno enfrente un dilema entre crecimiento económico y la consolidación fiscal, especialmente teniendo en cuenta el plazo relativamente corto proporcionado por las agencias de calificación para tomar medidas”, advirtió la firma comisionista.
Y confió en que la tormenta del coronavirus se desvanezca pronto, proporcionando tiempo para que el Ministerio de Hacienda presente las propuestas adecuadas en medio de mejores condiciones económicas y sociales.
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