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Entrevista

‘Una nueva reforma tributaria no es conveniente’: José Antonio Ocampo / Entrevista de María Isabel Rueda

El exministro de Hacienda dice que hay forma de hacer un ajuste fiscal sin recortar tanto los gastos de inversión.

José Antonio Ocampo cree que el Gobierno tiene que racionalizar el gasto, sobre todo de funcionamiento.

José Antonio Ocampo cree que el Gobierno tiene que racionalizar el gasto, sobre todo de funcionamiento. Foto: Mauricio Moreno. Archivo EL TIEMPO

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El exministro de Hacienda José Antonio Ocampo habla sobre las preocupaciones acerca de la actual situación de la economía y hace varias revelaciones. Considera inconveniente otra reforma tributaria.
En el marco fiscal del mediano plazo de 2023 se pensaba que los ingresos totales de la Nación en 2024 equivaldrían a 20 puntos del PIB, pero solo alcanzarán al 17,1 %. De acuerdo con lo anterior, se pensaba que los ingresos tributarios ascenderían a 18,6 % del PIB, pero solo serán del 15,4 %. ¿Qué pasó?
Hay dos explicaciones. En primer lugar, se sobreestimaron ciertos ingresos, como los que provendrían de litigios de la Dian contra morosos y evasores, con una ley que el Gobierno realmente no tramitó. Y, además...
¿Qué se cayó la prohibición a las empresas de deducir la regalías del impuesto de renta?
Las regalías realmente afectan el 2024. Pero más allá de eso, también pasó que hubo muchos anticipos del impuesto de renta del 2024 en el 2023. De todas maneras, los recaudos por impuestos de la Dian del 2024 serán, como porcentaje del PIB, superiores a los del 2022. O sea que sí ha habido un aumento de impuestos y más aún, serían un poco más altos si se incluyeran los anticipos que hubo en el 2023. La situación es compleja, pero no es catastrófica, para ponerlo de alguna manera.
Sí. También cayó el recaudo no petrolero, ¿no es verdad?
En realidad, todos los recaudos están cayendo en el 2024. Los que más han caído son los de origen externo, debido a las menores importaciones.
En su reforma tributaria no se quisieron tocar las exenciones al IVA, que es donde están verdaderamente los recursos fiscales. ¿Ese es otro factor que salió mal?
No, yo creo que los recaudos sí están aumentando como porcentaje del PIB, si uno suma la reforma tributaria del 2021. Pero, digamos, lo del IVA la verdad es que generó tantos problemas en el 2021, cuando era ministro el doctor Carrasquilla, que francamente no quisimos meternos en ese tema. Hay unos beneficios tributarios del IVA que sí podría pensarse en eliminar a largo plazo.
En realidad, todos los recaudos están cayendo en el 2024. Los que más han caído son los de origen externo, debido a las menores importaciones.
El Gobierno ya habla de un tema que pone a temblar al país: una nueva reforma tributaria. ¿Usted la considera conveniente?
No. Además, se ha mencionado varias veces la rebaja del impuesto de renta a las empresas del 35 al 30 %, pero no hay forma de compensar esa baja, o por lo menos el Gobierno no ha dado a conocer su fórmula. Insisto en que no es conveniente hacer una reforma tributaria en este momento. Cada punto cuesta dos billones de pesos y, por lo tanto, no parece viable esa reducción en la coyuntura fiscal tan compleja. Más bien lo que el Gobierno tiene que hacer es una racionalización significativa de los gastos, sobre todo de los de funcionamiento.
Pero no parece que tenga esa intención... ha hecho coqueteos con la reducción del gasto, pero así una cosa drástica, no, no...
Y más aún, hay unas propuestas de aumento de la planta estatal, por ejemplo de la Cancillería, que no son convenientes.
No, por Dios, están inventando embajadas de donde no hay... El 80 % o más del presupuesto va a funcionamiento. ¿Es posible recortar el gasto sin tocar la inversión pública?
Pues la inversión pública posiblemente hay que moderarla, pero de pronto no tanto como está programado en el presupuesto que está en el Congreso de la República. En reducir gastos de funcionamiento hay una forma de hacer ajuste fiscal sin recortar tanto los gastos de inversión.
La regla fiscal no es un tema exclusivamente colombiano; más de noventa países en el mundo han adoptado reglas fiscales. ¿Cómo cumplir la nuestra?
El Gobierno ha venido cumpliéndola. La istración anterior la suspendió por el covid y quedó suspendida prácticamente hasta el final. A este gobierno ya le tocó cumplirla. Y los pronunciamientos del ministro de Hacienda en ese sentido me parecen positivos. Pero eso lo que implica es que va a tener que haber una racionalización del gasto, precisamente para seguir cumpliéndola. Es una buena regla que lleva implementada hace bastantes años y en el gobierno pasado, además, le introdujeron unos elementos contracíclicos, o sea que, digamos, el déficit puede ser un poco mayor si la actividad económica es más baja y si los precios del petróleo son más bajos. Eso da un margen a este gobierno, porque ambas variables están débiles.
¿Es posible reactivar la economía manteniendo maniatado a Ecopetrol, sin nuevos contratos de exploración? Es que recordemos que Ecopetrol le da cuatro puntos del PIB al Gobierno cada año, si no estoy mal. Eso equivale a lo que se gasta anualmente en educación y al doble de lo que se gasta en salud... ¿Entonces, sin Ecopetrol, qué?
Ecopetrol es absolutamente fundamental para las finanzas públicas, pero lo más importante de todo es que las utilidades de Ecopetrol no se utilicen para subsidiar la gasolina y el AM, que fue lo que ocurrió por la decisión del gobierno pasado de no ajustar ninguno de los dos. Ese proceso, en el caso de la gasolina, ya se llevó a cabo, y en el del AM se comenzó a hacer. Eso es positivo. Y va a permitir que una parte de las utilidades de Ecopetrol entren ya a financiar el presupuesto nacional. Por otra parte, Ecopetrol sigue haciendo exploración, es lo que yo entiendo y ha hecho algunas propuestas interesantes en esa materia. Lo que sí me pareció desafortunado fue el anuncio de que no va a hacer inversión con Occidental para expandirse en EE. UU., oportunidad en la que las utilidades posibles eran considerables. Creo que eso había sido aprobado por la junta directiva y, a mi juicio, tenía que hacerse.
Usted ha hablado en varias oportunidades de una política de reactivación y de hecho el Presidente ha anunciado que presentará al país un derrotero. ¿Pero es posible reactivar la economía sin una colaboración intensa entre el sector público y el sector privado?
Es absolutamente esencial, no solamente para la reactivación, sino para el crecimiento económico del país, a más largo plazo. Y creo que en esa materia lo que hay que tener es reglas claras, pero en eso, desafortunadamente, hay anuncios, una y otra vez, que no indican que las haya. Algo ha mejorado con los peajes, que en algún momento se congelaron irracionalmente y que hoy ya se están aumentando. Pero todavía, por ejemplo, todo lo de vigencias futuras genera una cantidad de incertidumbres. Y yo diría que los anuncios sobre tarifas de servicios públicos también, sobre la inversión privada.
Todo lo de vigencias futuras genera una cantidad de incertidumbres. Y yo diría que los anuncios sobre tarifas de servicios públicos también, sobre la inversión privada.
¿Y no cree usted, por ejemplo, que el sector vivienda y la construcción de infraestructura son claves para esa política de reactivación? Aunque en su supuesto derrotero, el Presidente los incluyó...
Sí. El caso de las carreteras precisamente depende de peajes y de vigencias futuras, para que haya mayor inversión privada. Y ahí por lo menos los anuncios a veces han sido negativos, porque, digamos, se habla primero de congelar los peajes.
Decisión que, de hecho, se tomó cuando usted todavía era ministro de Hacienda...
Y con la cual estuve en desacuerdo, pero, pues así ocurrió. Y, por otra parte, siempre he dicho que las vigencias futuras sobre las obras que ya se han realizado o se están realizando son compromisos de la Nación, son deuda pública, para ponerlo de alguna manera y, por tanto, tienen que ser respetadas.
Ha mencionado en varias oportunidades que el Banco de la República debería bajar tasas más rápido. ¿Mantiene esa posición?
Sí era partidario de que se bajaran más rápido, pero hoy veo que el ritmo continuo de reducción ha sido positivo. Esta parte de la reactivación que estamos comenzando a ver se debe, a mi juicio, a eso, y creo que a medida que sigan bajando las tasas, va a haber la posibilidad de una reactivación más firme de la inversión privada, que es uno de los problemas más complejos que tiene la economía colombiana.
Sí, es muy preocupante la baja de la inversión. ¿Usted a qué atribuye que vaya tan mal?
En parte, es un efecto del ajuste de la economía. Es que, para ponerlo de alguna manera, la economía que recibió este gobierno estaba recalentada, con un déficit en la cuenta corriente, un déficit fiscal enorme. Y entonces, obviamente, había que hacer un ajuste, que se hizo, pero eso afectó la inversión privada más que proporcionalmente. Además, porque coincidió con el alza de tasas de interés.
Veníamos de la pandemia...
Hablamos de la reactivación de la inversión que hubo después de la pandemia. Pero la baja del año pasado tiene varios elementos: uno son los menores inventarios y yo no consideraría eso como un problema grave. La baja de la inversión, capital fijo, que fue, no sé, cerca al 10 %, no me acuerdo, o como del 8 %, fue la preocupante y es la que hay que reactivar. La inversión está muy afectada negativamente y eso es parte de lo que ha tenido a la economía en esta desaceleración tan fuerte.
¿Cómo ve la intención de bajar las tarifas de electricidad a toda costa y sin que haya un comité de expertos que esté guiando al Gobierno en esa senda?
Me parece inadecuado. A mi juicio, hay que hacer un estudio mucho más detallado y concertarlo con el sector privado, además, porque hay mucha inversión privada en el sector energético y sería inconveniente que ese fuera otro factor negativo, máxime cuando hay todo tipo de incertidumbres ahora acerca de los efectos del cambio climático sobre la oferta de energía. Lo cierto es que necesitamos muchos proyectos energéticos de generación eléctrica adicionales.
La inversión está muy afectada negativamente y eso es parte de lo que ha tenido a la economía en esta desaceleración tan fuerte.
La deuda pública se acerca a los niveles precisamente de la pandemia y se está volviendo más costosa, porque nos han ido bajando gradualmente la calificación las calificadoras de riesgo. ¿Qué hacer?
Ahí hay varios temas. Primero, la deuda pública neta sí está en torno a los niveles de la regla fiscal, o sea alrededor del 55 % del PIB. Eso no me parece un tema complicado. Sí lo es el tema del costo financiero. Ahí hay dos elementos: las tasas de los TES realmente están en niveles relativamente moderados; de hecho, están por debajo de las tasas del Banco de la República para las deudas de corto plazo. O sea, han tenido un comportamiento positivo. Las que han sido afectadas son las internacionales y eso tiene dos elementos. Primero las altas tasas de interés de Estados Unidos, que afortunadamente ya están comenzando a bajar; y el otro es el margen de riesgo, que básicamente aumentó por la pérdida del grado de inversión en el año 2021. A mí lo que me preocupa es que la perspectiva de recuperación del grado de inversión no se esté materializando y que antes, más bien, Moody’s, que era la única de las tres principales agencias que le daban a Colombia el grado de inversión, acaba de poner al país en perspectiva negativa. Eso me parece muy preocupante. Entonces, hay que trabajar mucho precisamente para generar confianza en esas calificadoras de riesgo, porque determinan el margen de riesgo que paga Colombia por sus bonos internacionales.
Eso le iba a preguntar. ¿Influye en algo el nivel de confianza que proyecta este gobierno?
No, realmente no, yo creo que los márgenes de riesgo son similares a los del comienzo del gobierno. El aumento fuerte del margen de riesgo se dio por la pérdida del grado de inversión en el 2021 bajo el gobierno anterior.
Hablando de confianza, ¿no le preocupa que tras la reforma pensional se cometan excesos con los recursos que maneja Colpensiones?
No, yo realmente no estoy preocupado por eso. Creo que dar el manejo de los recursos adicionales de ese fondo de ahorro al Banco de la República fue una excelente decisión del Congreso de la República.
Yo nunca traicioné al presidente Petro. No entiendo esa percepción, si es que lo ha planteado.
Esperemos... Y dos preguntas, para terminar, un poquito picantes. La primera: recuerdo un tuit suyo diciendo, palabras más, palabras menos, que se sentía muy orgulloso de haber colaborado con el primer gobierno verdaderamente progresista en los últimos doscientos años. ¿Aún mantiene esa posición?
Bueno, creo que eso jamás lo escribí...
¿Entonces, 'fake news'?
Nunca dije eso. Esa cita realmente no es mía. Acepté ser parte del Gobierno porque hacía parte de la alianza nacional que propuso Petro al comienzo de su gobierno, porque yo había apoyado, como se sabe muy bien, a Sergio Fajardo y no a Petro en las elecciones presidenciales.
Pero, fíjese que el presidente Petro menciona en todas las reuniones que usted lo traicionó...
Yo nunca traicioné al presidente Petro. No entiendo esa percepción, si es que lo ha planteado.
Sí lo ha planteado, pero no solamente con respecto a usted, sino con respecto a Alejandro Gaviria, a Cecilia López y al exdirector de Planeación Jorge Iván González...
Pues, si lo ha planteado, creo que es incorrecto. Ninguno de nosotros traicionó al Presidente.
¿Y luego de esos comentarios, que son ciertos, porque lo ha dicho, aceptaría el Ministerio de Hacienda con la información que hoy tiene?
No. En este momento no lo aceptaría. Además, porque no existe la alianza nacional, que fue lo que me hizo participar en el Gobierno a su inicio.
MARÍA ISABEL RUEDA
Especial para EL TIEMPO

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