No hay nada más inglés que un taxi londinense, dicen. Eso era hace unos años, hoy no es del todo cierto. Los icónicos black cabs, omnipresentes en la capital británica son al igual que el edificio del Parlamento y su gran torre del reloj, patrimonio cultural de los ingleses. Hasta ahí, porque el patrimonio económico le pertenece al gigante chino Zhejiang Geely Holding Group Co.
The London Taxi Company, con sede en Coventry, Inglaterra diseñó y fabricó los famosos taxis, pero tras afrontar varias crisis y cambios de dueño, entre estos Austin, entró en un proceso de liquidación y sus activos quedaron en manos de Geely, que la transformó en London EV Company.
Las dificultades económicas son apenas una de las razones por las cuales una marca cambia de dueño. Hoy las fusiones o ventures en el sector automotor son frecuentes pues con estas los costos de producción se reducen, hay mayores utilidades, mejores posibilidades de llegar a otros mercados y claro, comparten tecnología y plataformas.
Esto explica, por ejemplo, por qué muchos carros de Renault son iguales a los de Nissan, o los Kia iguales a Hyundai, o entre Volkswagen y Skoda. Por fuera son distintos, la única diferencia es el escudo, pero por dentro comparten chasises, motores y otros componentes.
Con estas consideraciones es que en las últimas décadas en la industria automotriz quedó atrás la rivalidad entre las marcas para dar paso a gigantescos conglomerados que cada día buscan expandir su radio de acción a todos los rincones del mundo.
El mapa de las marcas es muy distinto al de hace unos 30 años, cuando apenas empezaba a aparecer China, que hoy es jugador de primer orden pues casi todas las firmas reconocidas de occidente tienen alianzas con poderosos fabricantes de ese país.
Cifras de la industria
El gigante asiático lidera desde hace varios años la producción mundial de vehículos: en el 2021 fue primero con 25.72 millones, seguido por Estados Unidos (10.88); Japón (9.68 ); Alemania (4.66); México (3.99), y Corea (3.95 millones).
La industria del automóvil tiene unas cifras impresionantes. Se calcula que en el mundo hay 1.400 millones de vehículos. El año pasado todo el conjunto de marcas produjo 80’154.988 unidades, un tres por ciento más en tasa interanual y un 13 por ciento menos si se compara con el 2019, último año antes de la pandemia.
La cifra muestra las dificultades que tuvo la producción por la falta de microprocesadores y el cierre de plantas. La caída solo es comparable a 2011, año marcado por las consecuencias de la crisis financiera de 2008.
Ese año se fabricaron 79’880.920 unidades, según datos de la Organización Internacional de Productores de Vehículos (OICA).
Con todo lo que hay en juego en términos de negocios no es raro que cada día se conozcan nuevas alianzas y fusiones, pues la disputa por los mercados es fuerte. El año pasado, Toyota se mantuvo en el primer lugar de los fabricantes con 9,56 millones de unidades vendidas. Le siguen Volkswagen con 8.88 millones; Hyundai-Kia (6.67); GM (6.29), y cierra este top cinco Stellantis con 6.14 millones.
Esto, sin contar que comienza a configurarse un nuevo mapa con la fabricación de carros eléctricos, para lo cual las marcas están creando unidades de negocio diferentes y en algunos casos deshaciéndose paulatinamente de sus activos en motores de combustión para dedicarse exclusivamente a la movilidad eléctrica.
Alianzas y fusiones
De regreso a las fusiones y nuevas adquisiciones, la más reciente es la del conglomerado coreano KG Group para salvar a SsangYong de la quiebra con la compra del 61 por ciento de sus acciones. SsangYong, estaba fuertemente endeudado y ha estado bajo istración judicial desde abril del año pasado. Los principales negocios de KG Group se concentran en la industria del acero y los químicos.
Tal vez una de las movidas de gran peso y gran repercusión en la industria automotriz ocurrió el año pasado con la creación de Stellantis N.V. Con sede en Países Bajos, el grupo fue fundado el 16 de enero de 2021, fruto de la fusión entre el grupo ítalo-estadounidense Fiat Chrysler Automobile y el francés Groupe PSA.
De esta forma, Stellantis comercializa las marcas Fiat, Alfa Romeo, Lancia, Maserati y Abarth, de FCA Italia, que previamente se hizo a las estadounidenses Jeep, Chrysler, Dogde y RAM. Luego adquirió a Peugeot, Citroën y DS y finalmente le compró a General Motos Opel y Vauxhall.
Este es solo uno de no más de cerca de 20 conglomerados que se reparten más de 50 reconocidas marcas (ver la infografía que ilustra este artículo). El grupo Volkswagen es uno de los más fuertes con sus marcas Volkswagen, Audi, Bentley, Bugatti, Lamborghini, Porsche, Seat, Skoda, MAN, Scania, Volkswagen Vehículos Comerciales y Ducati (motos).
General Motors, fundada por William C. Durant, propietario de Buick, logró en su época sumar a su portafolio marcas como Oldsmobile y Cadillac. Tras los problemas económicos del 2009, GM puso fin a Oldsmobile, Pontiac, Saturn y Hummer, y en la actualidad es socio de Baojun y Wuling (fabricantes chinos), Buick, Cadillac, Chevrolet, GMC, Holden (mercado australiano),Jiefang (empresa china de vehículos comerciales).
Otro gigante de la industria lo conforman la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. Entre las marcas sa y las dos japonesas tienen el control sobre Renault, Nissan, Mitsubishi, Dacia, Alpine, Infiniti, Datsun (mercados emergentes), Renault-Samsung (Corea del Sur) y Venucia (China).
En Asia encontramos a dos de los más importantes grupos. Tata Group,de India, que hoy en día es propietario de Tata Motors, Tata Daewoo (vehículos comerciales), Jaguar y Land Rover. Y, Zhejiang Geely Holding Group Co., Ltd, más conocido como Geely, con sede en Hangzhou, Zhejiang, China.
Está conformado por Geely Auto, Volvo, Lotus, Proton, London EV Company, PolestarLynk & Co., Yuan Cheng Auto (vehículos comerciales) y Terrafugia (autos voladores). También es accionista de Volvo AB, fabricante de camiones responsable de las marcas Volvo Trucks y Renault Trucks y tiene el 10 por ciento del Grupo Mercedes-Benz y el 50 por ciento de Smart.
Entre los grandes fabricantes hay tres marcas japonesas, Suzuki, Subaru y Mazda, que si bien se mantienen independientes, han tenido alianzas o mantiene negocios e intercambio de acciones minoritarias con otros fabricantes. Mazda tiene participación accionaria en Toyota y a su vez Toyota en Mazda. Subaru y Suzuki también tienen nexos con Toyota.
Y aunque no se destacan por sus altos volúmenes de producción, hay dos marcas que son un referente en la historia del automóvil por sus famosos súper deportivos y su papel en la Fórmula 1, la inglesa McLaren, y la italiana Ferrari que era propiedad de Fiat, pero es pública y que desde 2015 cotiza con gran éxito en la Bolsa de Nueva York.
Las nuevas marcas ‘verdes’
La carrera hacia la electrificación está produciendo movimientos en la industrial.
Ford Modele, por ejemplo, es la nueva submarca de Ford que producirá autos eléctricos.
Renault, Nissan y Mitsubishi diseñaron el plan Alianza 2030, en el que su división eléctrica desarrollará el 90 por ciento de sus modelos hasta ese año, empleando para ello las cinco plataformas especiales para carros eléctricos que comparten.
Volvo estrenó su división Volvo Energy, destinada únicamente a acelerar la transición energética de la compañía.
En otros casos, ya se pueden ver productos de esta nueva línea de negocio con modelos de vehículos eléctricos como EQ de Mercedes-Benz; e-Tron de Audi; ID de Volkswagen; de BMW o Ioniq de Hyundai y sus homólogos EV de Kia.
En esta carrera hay un jugador importante, la estadounidense Tesla de Elon Musk, que el año pasado vendió 936.172 carros eléctricos, un crecimiento del 87 por ciento con respecto al 2021, pero su meta es vender entre 20 y 30 millones a largo plazo.
REDACCIÓN VEHÍCULOS