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Noticia
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La encrucijada del Gobierno con el Presupuesto del 2025 que le quita recursos a la inversión en medio del bajonazo económico
Proyecto que el Gobierno presentó al Congreso recortó $ 16,6 billones claves para la reactivación, pero elevó el gasto en 6 %. Analistas plantean alternativas para compensar dicho desbalance.
Ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla. Foto: Andesco
En mayo pasado las actividades primarias, que engloban agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca, entre otras, registraron un crecimiento anual de 4,6 por ciento anual, un mes atrás había sido del 10,3 por ciento, pero en realidad, con excepción de marzo, que presentaron caída de 4,1 por ciento, dichas actividades han tenido las mejores dinámicas en 2024, según lo revelado por el Dane a través del Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE).
Quizás por eso sorprendió esta semana que dicho sector, que viene jalonando la economía del país, fuera uno de los grandes sacrificados dentro del proyecto de Presupuesto General de la Nación del 2025 (PGN) que el Gobierno presentó al Congreso por un monto total de 523 billones de pesos. Después de Recreación y Deporte, que el año entrante tendrá que funcionar con 66 por ciento menos de recursos que los asignados este año, el agro, con recorte del 47 por ciento, será el segundo mayor afectado por el apretón que habrá en 15 de los 31 sectores que hacen parte de PGN.
En 24 de esos sectores los recursos para inversión también se recortarán, detalla el proyecto en poder del Legislativo para su discusión y votación.
En total, el próximo año serán 16,6 billones de pesos menos para invertir, pues de una partida por 99 billones previstos para el 2024 se pasa a otra de 82,4 billones, cerca de 17 por ciento menos, lo que encendió las alertas entre algunos gremios de la producción que consideraron una muy mala señal en momentos en que el país lo que necesita es, precisamente, activar la inversión.
Otros consideran, no obstante, que si bien los recursos son necesarios, el Gobierno tiene otras cartas que puede jugar para compensar esa caída en el presupuesto de inversión del 2025, como, por ejemplo, recortar el gasto y hacerlo más eficiente; mejorar las condiciones de seguridad, reducir aún más los trámites para los empresarios y agilizar las licencias ambientales, entre otras.
A esas preocupaciones se suma, además, el hecho de que no todo el Presupuesto del 2025 está cubierto, pues al menos 12 billones se tendrán que buscar mediante una nueva reforma tributaria, la cual consideran inconveniente bajo la actual coyuntura de débil crecimiento de la economía y cuando el recaudo tributario del presente año ha estado muy por debajo de lo esperado.
Luis Fernando Mejía, director del centro de estudios Fedesarrollo. Foto:Sergio Acero Yate. EL TIEMPO
Luis Fernando Mejía, director del centro de pensamiento y de estudios económicos Fedesarrollo, sostiene que “hay un riesgo alto de que estos ingresos adicionales no se materialicen, ya que 12 billones de pesos tendrían que provenir de una reforma tributaria que podría afectar aún más la recuperación económica”.
Insiste en que una reforma tributaria no es conveniente en una economía con bajo crecimiento, justamente en parte por los efectos de las reformas tributarias de 2021 y 2022 sobre los hogares y las empresas.
"Lo prudente desde el punto de vista fiscal y de recuperación de la actividad productiva sería reducir el monto del presupuesto en 26,6 billones (1,5 por ciento del PIB)", dice.
Si bien entre los economistas hay consenso en que un recorte de la inversión puede afectar el propósito de reactivación de la economía, más aún si no se logra conseguir esos 12 billones de pesos que hacen falta, al Gobierno le quedan otras salidas que le pueden dar algún margen de maniobra para que la economía despegue en los dos años que restan de su mandato, claro está si se le mete el acelerador a esas alternativas.
César Pabón Camacho, director Ejecutivo de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, señala que lo primero es minimizar los efectos del recorte fiscal, priorizando el funcionamiento por encima de la inversión, a los sectores con mayores encadenamientos en la actividad económica (infraestructura y construcción) y a aquellos que han sido más eficientes. También es importante, dice, tener un componente de mayor eficiencia en los recortes de gasto para no afectar los programas que se están ejecutando bien.
César Pabón Camacho, es el director Ejecutivo del departamento de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, entidad filial de Grupo Aval. Foto:Milton Díaz
En su lista de las opciones que tiene el Ejecutivo para reactivar la economía distintas a las presupuestales, figuran, por ejemplo, un plan de simplificación de trámites y otro que apunte a las licencias ambientales un tema que afectan mucho el desarrollo de los proyectos de infraestructura del país.
Pabón Camacho también es un convencido de que desde las regiones también se puede impulsar la actividad económica con el aprovechamiento del programa de obras por impuestos, programa del que este año solo se ha ejecutado 500.000 millones de pesos del billón de pesos asignado.
También está la movilización de las regalías, que para el bienio 23-24 alcanzan los 30 billones, pero se han ejecutado apenas 10 billones. Por último, el economista dijo que los gobiernos locales, en trabajo mancomunado con el sector privado, pueden ejecutar obras de infraestructura de gran impacto económico y ayuden a reactivar la economía.
Seguridad, la clave
Desde el centro de estudios económicos Anif también creen que las salidas para la reactivación no pueden estar centradas solo en los recursos del presupuesto. José Ignacio López, su presidente, explica que el Gobierno podría extender el programa agrícola de garantías, que inicialmente no necesitan un cupo fiscal muy grande.
Pero menciona un tema clave, la seguridad donde se hace necesario garantizar el tránsito por las vías del país donde en los últimos meses se han vuelto a presentar bloqueos y paros que encarecen la logística, y coincide en la urgencia de acelerar las licencias ambientales, un papel mucho más activo del Grupo Bicentenario, perfeccionar los títulos de desarrollo agropecuario para que cubran actividades agroindustriales, reactivar las obras viales que están paralizadas. Ese conjunto de medidas, en opinión del economista no requieren recursos fiscales sino una buena gestión y buena capacidad de ejecución.
José Ignacio López, nuevo presidente de Anif Foto:Anif
"El Gobierno puede acelerar la ejecución, no solo decir cuál es el monto total sino definir la velocidad a la que están ejecutando los proyectos y acá lo que vemos es que esa ejecución sigue siendo baja", insiste López.
Algunos analistas creen que la decisión del Gobierno de recortar en cerca del 17 por ciento el presupuesto de inversión tiene que ver más con el hecho de que la reducción de las tasas de interés que viene realizando el Banco de la República podrá una cuota importante en el proceso de reactivación de la economía, que se desaceleró bastante el año pasado y parte de lo que va corrido del presente debido, precisamente, por el fuerte encarecimiento de la financiación.
Andrés Langebaek Rueda, director Ejecutivo de Estudios Económicos de Grupo Bolívar, es uno de ellos, quien considera que si bien la caída en el presupuesto para inversión es bastante fuerte, no todo tiene que hacerse con los recursos de la vigencia actual, como por ejemplo, cuando se otorgan subsidios para la vivienda de interés social (VIS), los cuales tienen que programarse a lo largo de la vida del crédito, sobre todo si son subsidios a la tasa.
El economista es un convencido en que el Gobierno se la está jugando con que la reactivación se dará, en buena medida, por efecto de la reducción de tasas de interés por parte del Banco de la República. Y coincide, además, con lo expresado por otros consultados en que siempre la eficiencia del gasto es importante. "No siempre es el monto sino hacia dónde se dirige y que tan eficientemente se está gastando, por ejemplo, para complementar la inversión del sector privado", señala.
Pero para quienes ven que el problema del Gobierno ha sido el aumento desmedido del gasto público al salida a la actual coyuntura tiene que ser por esa misma vía. José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda y de Comercio, hoy rector de la Universidad EIA, es de la línea de quienes creen que en lugar de recortar inversión, la tijera debe ser por el lado del gasto de funcionamiento, que en los últimos tres años ha aumentado en 117 billones de pesos.
"Hay de sobra para bajar por el lado de trasferencias y el gasto burocrático, porque al final lo que genera dinámica productiva en un país es la inversión pública y no el gasto público", advierte.