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Las mujeres no son más vulnerables en los choques que los hombres, según pruebas
Así lo demuestran pruebas con maniquíes con diversos factores como edad, peso, rasgos étnicos, etc.
Actualmente existen maniquíes que representan a prácticamente todo tipo de persona. Foto: Mercedes-Benz
Detrás de cada sistema de protección y ayuda para la conducción hay un sinnúmero de estudios que involucran a diversas ‘víctimas’ sometidas a pruebas de choque extremas que les permiten ver a los laboratorios de las diferentes casas automotrices lo que le pasa a cada miembro de una familia común cuando el vehículo en que se movilizan sufre un accidente grave de tránsito.
Son los crash test dummies, o maniquíes, los cuales reemplazaron en buena hora a los cadáveres que se utilizaban en los años 30 para ese mismo fin, o a los voluntarios que se sometían a velocidades extremas y desaceleraciones abruptas para luego indagar qué tanto habían sufrido durante esas pruebas.
Hoy, la simulación de los accidentes de tránsito está en manos de la biomecánica, la cual ha llegado a un grado de sofisticación tal que ya marcas como Mercedes-Benz están trabajando modelos del cuerpo humano que simulan huesos, músculos y órganos con gran detalle. Esto, según sus voceros, “permite evaluar el tipo real de lesión que pueda sufrir (un ) en una parte particular del cuerpo, en lugar de simplemente calcular la probabilidad de una lesión”.
Pero el debate ha girado siempre en torno de la mujer, pues se cree que por su contextura física o factores como el embarazo están siempre en desventaja frente a los hombres, aspecto que Mercedes-Benz desmiente mediante el derrumbe de varios de los mitos que giran alrededor de esa postura.
Todos sufren igual
Una de las principales desventajas de las simulaciones es que se basan en suposiciones, que deben ser comprobadas. Foto:Mercedes-Benz
El primero de estos mitos tiene que ver con las lesiones, las cuales no son dispares en accidentes graves, aunque sí en traumas leves: “Las mujeres son más susceptibles a sufrir lesiones en algunas regiones del cuerpo (piernas/pies y latigazo cervical en un impacto trasero), mientras que los hombres pueden verse gravemente afectados en otras, como cabeza y pecho”. Sin embargo, cuando un vehículo está bien diseñado y cuenta con los sistemas de protección de última generación, los riesgos de lesiones en las personas, sean hombres o mujeres, se reducen considerablemente.
Según la istración Nacional de Seguridad de tráfico (NHTSA) de Estados Unidos, la disparidad en la tasa de mortalidad entre hombres y mujeres se redujo a partir de los modelos del año 2000, que ya contaban con más protecciones y ayudas. Algo que no sucedía, por ejemplo, en la década de los 80 y los 90, cuando los diseños de los vehículos favorecían a los hombres de contextura grande y desfavorecían a s de ambos sexos de cuerpos más pequeños y ligeros.
Otro punto crítico son las mujeres embarazadas, aspecto en lo que Mercedes-Benz ha trabajado siempre para comprobar que los cinturones de seguridad de cualquiera de los vehículos de reciente generación protegen por igual a la madre y al hijo en gestación.
Esta postura fue corroborada en un estudio reciente de Adac (Club General del Automóvil Alemán), el cual certifica que el buen uso de los cinturones de tres puntos es vital para las mujeres embarazadas en caso de un accidente de tránsito.
Se dice también que las marcas utilizan solo figuras masculinas, pero lo cierto es que Mercedes-Benz recurre a 120 tipos de maniquíes, desde bebés de 3,5 kilos hasta adolescentes y adultos de ambos sexos, los cuales son sometidos a impactos frontales, traseros y laterales en condiciones simuladas de los mercados locales y mundiales.
De hecho, ya existe una nueva generación de estos muñecos llamada Thor, la cual está sustituyendo a los Hybrid III, que datan de 1986, con una representación del cuerpo humano mucho más precisa que permite mediciones más ampliadas de los efectos de un accidente de tránsito en cada persona.
Las pruebas de Mercedes-Benz
Cada año, el Centro de tecnología para seguridad vehicular de Mercedes-Benz, ubicado en Sindelfingen, realiza hasta 900 pruebas de choque y 1.700 pruebas en plataformas deslizables con 120 maniquíes de 21 versiones diferentes, entre bebés, niños de todas las edades y otros que representan mujeres y hombres de hasta 1,75 metros de altura y 78 kilogramos de peso, y hombres de contextura más grande (1,87 metros de alto y 101 kilogramos).
Las simulaciones de ocupantes “simplemente calculan cómo se comportaría un maniquí en un vehículo”. Foto:Mercedes-Benz
Según la marca, además de comprobar las lesiones que pueden sufrir las personas en choques y accidentes de tránsito, los resultados de estas pruebas también cumplen otra tarea de gran importancia.
Estos resultados entran a hacer parte de investigaciones que contribuyen a la mejora de sistemas de seguridad existentes, así como al desarrollo de nuevas tecnologías que se puedan comenzar a implementar más adelante en vehículos nuevos para que estos sean cada vez más seguros.
Aquí entonces vale la pena recordar que la seguridad de los vehículos se divide en dos categorías, la seguridad activa y la seguridad pasiva. La primera de ellas comprende todos aquellos sistemas encaminados a reducir las probabilidades de que ocurra un accidente, como por ejemplo el ABS de los frenos, el control de estabilidad o el frenado autónomo, mientras que la segunda engloba a los sistemas diseñados para reducir las posibles lesiones en caso que se dé un choque, bien sean los cinturones de seguridad, las bolsas de aire y la deformación programada de la estructura del carro.
¿Los simuladores podrán reemplazar a los maniquíes?
Se dice que las simulaciones atribuidas a la inteligencia artificial reemplazarán los test de impacto, algo que Mercedes-Benz no cree posible.
Hanna Paul, directora de pruebas de maniquíes en Mercedes-Benz, dice: “Por un lado, las pruebas de choque son necesarias para validar las simulaciones, que se basan en muchas suposiciones. Por otro lado, son obligatorios por ley o calificaciones”.
Paul también agrega que las simulaciones de ocupantes “simplemente calculan cómo se comportaría un maniquí en un vehículo”.
Los maniquíes para pruebas de choque que se utilizan hoy en día, no solo por Mercedes-Benz, sino por organizaciones como Euro NCAP, Latin NCAP o el Insurance Institute for Highway Safety (IIHS) de Estados Unidos, cuentan con una serie de sensores a lo largo de su “cuerpo” para medir las fuerzas que cada parte recibe en un choque y así establecer cuáles serían las posibles lesiones que se derivan luego de este.
Según la gravedad de las lesiones que ‘leen’ los sensores de los maniquíes es que los diferentes organismos pueden evaluar también la seguridad que ofrece la estructura del vehículo, así como la protección de los cinturones de seguridad y de las bolsas de aire, y de esa forma otorgar los puntajes de acuerdo con sus criterios.
Sin embargo, la marca alemana está trabajando en una nueva generación de maniquíes que llama human body models (HBM). Estos han sido diseñados para representar la anatomía humana con mayor detalle en cuanto a huesos, órganos y músculos.
A diferencia de los maniquíes tradiciones, los HBM utilizados en pruebas de choque les permitirían a los investigadores analizar con precisión el tipo de lesión que cada parte del cuerpo recibiría en un choque, en vez de simplemente calcular la probabilidad de las lesiones.
El centro de Mercedes-Benz
Las instalaciones del Centro tecnológico para la seguridad de Mercedes-Benz, ubicado en Sindelfingen, cuentan con un área de 55.000 metros cuadrados y allí todos los vehículos de la marca son probados antes de salir al mercado.
Cada modelo de la marca es sometido a cerca de 150 pruebas de choque, que a su vez son precedidas por cerca de 15.000 simulaciones en computador.
Así es Mercedes
La ‘mujer’ dummie promedio de Mercedes-Benz pesa 49 kilos, tiene 1,50 metros de estatura y fue armada con pechos y huesos pélvicos femeninos. Es sometida a choques con 150 sensores de medición ubicados en varias partes del cuerpo mientras ejerce de conductora, pasajera delantera o pasajera trasera. Estos maniquíes femeninos ofician desde hace 20 años en los laboratorios de la marca ubicados en Sindelfingen (Alemania).