Después de la pandemia, que prohibió las aglomeraciones, los conciertos de artistas como Coldplay, Bad Bunny, Rosalía, Miley Cirus y Harry Styles, entre otros, fueron los grandes protagonistas del crecimiento del país en el 2022.
Según el Dane, la rama de la economía que más creció el año pasado fue la de las actividades artísticas, de entretenimiento y recreación, con un aumento de 37,9 por ciento frente a la cifra de 2021, muy por encima de las otras.
Dentro de esta, también se destaca la reactivación de los juegos de suerte y azar, sobre todo de las apuestas deportivas con el Mundial de Catar 2022, disputado del 20 de noviembre al 18 de diciembre.
Le sigue de lejos el crecimiento que tuvo la rama información y comunicaciones, con una variación de 14,2 por ciento; y la del comercio, transporte y alojamiento, que aumentó un 10,7 por ciento frente al 2021.
En concreto, lo que más creció de esta rama fue el transporte y almacenamiento (17,5 por ciento), seguido del alojamiento y servicios de comida (16,4 por ciento) y el comercio; reparación de vehículos y motocicletas (5,7 por ciento). “Es importante resaltar el dinamismo que tuvo el transporte aéreo y el turismo el año pasado, gracias a la reapertura después de la pandemia”, dijo la directora del Dane.
La industria manufacturera aumentó otro 9,8 por ciento en el 2022 y se destacaron los crecimientos de los productos textiles y la fabricación de productos de madera.
El único sector que acabó el año en terreno negativo, con una caída de 1,9 por ciento, fue el agro
El crecimiento del resto de las ramas fue más moderado. Por ejemplo, las actividades financieras y de seguros aumentaron un 6,5 por ciento; la construcción un 6,4 por ciento y el suministro de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado un 4,1 por ciento.
Las de menor crecimiento fueron la explotación de minas y canteras, con un 0,6 por ciento; y las actividades inmobiliarias, con un 2,0 por ciento. Y el único sector que acabó el año en terreno negativo, con una caída de 1,9 por ciento, fue el agro.
Según Anif, las condiciones climáticas redujeron las cosechas y la devaluación del peso repercutió en el costo de los insumos. Eso, además, significó un choque de oferta que llevó a la inflación de alimentos a ubicarse en 27,81 por ciento.