¿Va a salir de su casa, no necesariamente de paseo? Hay bombillos o alertas en su tablero que son esenciales para la vida del motor del carro, a cualquier hora, en la ciudad o la carretera.
A continuación, tres de los más importantes y qué debe hacer en caso de que se enciendan. En www.motor.com.co puede leer más acerca de otras alertas claves para un viaje tranquilo y seguro.
El testigo de la gasolina
Esta lucecita que marca el nivel de la gasolina es clave, aunque es un poco menospreciada, por lo cual le dedicamos más espacio. Hay muchos mitos acerca de cómo mantener el nivel en el tanque. Este tiene una única capacidad y zarandear el carro para que entre más gasolina es carreta. Lo que hace es sacar el aire y gases que haya en la parte superior y lograr que entre el combustible que cabe, ni una gota más.
Muchas personas sostienen que nunca se debe dejar bajar el nivel del cuarto. Es más por previsión de quedarse sin gasolina que por una razón técnica, pues el sistema está concebido de tal manera que la bomba puede chupar y empujar gasolina hasta la última gota. La prueba es que cuando se llega al límite, el motor no anda más.
En todos los carros modernos, la bomba está inmersa en el tanque e instalada dentro de un elemento plástico en el cual también sube y baja el flotador que le da la señal de nivel al instrumento. En la base de la bomba hay una finísima malla –que va casi a ras con el fondo del tanque– que detiene partículas de mugre si las hay.
Hay muchos mitos acerca de mantener el nivel de gasolina en el tanque. Este tiene una única capacidad y zarandear el carro para que entre más es carreta
Los tanques actuales son plásticos, y muy asimétricos, esto para acomodarlos en los espacios libres del carro. Tienen un diseño que lleva la gasolina a un punto donde está la succión de la bomba, y esta mantiene un nivel básico en ese sitio gracias a los movimientos del líquido en el recipiente cuando el carro está en movimiento.
La información sobre la reserva es muy cambiante y cada marca la calibra a su manera dependiendo de muchas variables, entre estas, el consumo o la situación geográfica, pues en muchos países quedarse sin gasolina es una infracción, por lo cual dan la señal con más margen. Pero, por lo general, una alerta de gasolina indica que alcanza para recorrer unos 50 kilómetros.
Dicen que si baja el nivel del cuarto del tanque, la bomba se quema. No es cierto. Sí es posible que se caliente un poquito más porque externamente la gasolina no la está cubriendo totalmente, pero eso no incide ya que la bomba se refrigera con la gasolina que está moviendo internamente, y mientras haya ese líquido nada pasa.
Pero por esa misma razón, si la gasolina se acaba y se apaga el motor, nunca intente encenderlo porque cada vez que abre el ‘switch’ la bomba trabaja unos cuantos segundos en seco, y si lo hace repetidamente, se recalienta y se daña.
Tampoco gaste suela ‘chancleteando’ el acelerador, ya que esa operación en los motores con inyección solo abre y cierra la mariposa del aire, y en nada estimula el encendido, que es imposible por falta de combustible. De paso, acaba con la batería y luego la varada es peor porque si el voltaje se cae por ese gasto, el computador no funciona.
Al agregar gasolina, la bomba se carga sola y de inmediato presuriza las líneas de la inyección, y a la vez queda comprobado que esta es capaz de usar todo el líquido pues lo usual para el desvare es agregar un galón de emergencia, lo cual en el piso del tanque es apenas una bajísima capa.
Otro mito es que la gasolina de Colombia es sucia. Si así fuera, millones de vehículos vivirían varados. La gasolina es transportada por los oleoductos con todo tipo de filtraciones hasta los centros de acopio, donde también es rigurosamente conservada y luego va a los camiones cisterna. En ese ciclo del transporte terrestre, y más en los tanques de las estaciones, es cuando a veces se contamina, pero eso ya no es culpa de la gasolina.
La falla usual es que surtan gasolina con el agua que hay en el fondo de los tanques de las estaciones, lo cual es normal. Pero las tomas de las bombas del surtidor están por encima de ese nivel. Como el agua tiene mayor densidad, es decir, más peso que la gasolina, esta va al fondo del tanque indefectiblemente, del carro y de la estación.
La bomba –mal llamada pila por su similitud física con este elemento– la chupa de inmediato y al pasar por los inyectores a las cámaras se producen explosiones falsas y el motor no camina. La solución es drenar el tanque, pues lo primero que va a escurrir es el agua ya que está en el fondo.
Antes los sistemas tenían filtros externos, pero ahora solo se usa el de la base de la bomba y tiene que haber mucha mugre para que se tapen. Preguntan mucho por el servicio a este elemento y se puede hacer quitando la tapa superior del tanque, accesible debajo del asiento trasero, pero es conveniente tener una herramienta especial para girarla porque a veces la aflojan con golpes en los laterales y como es plástica se daña. Al abrir, sale el sistema completo y basta con limpiar los residuos que pueda haber en la malla. Si la contaminación es muy alta, es mejor quitar el tanque y lavarlo.
Hay un síntoma externo que permite pensar que el filtro está tapado, y es cuando el zumbido de trabajo de la bomba se empieza a oír desde afuera, señal de que está trabajando forzada por la mugre que hay en sus tripas.
Se puede cometer el error de poner AM o gasolina en el motor equivocado. Salvo la varada, no pasa nada especial en las tripas del motor y es indispensable sacar el líquido equivocado del tanque respectivo. Cuando es muy poco AM en la gasolina, habrá fallas, pero puede que el motor camine y se normalice cuando lo queme, pero para acelerar eso vaya poniendo gasolina en cuanto pueda para bajar la proporción. Con gasolina, su motor diésel no prende.
La caja recalentada
En los carros automáticos actuales, de todas las marcas, es muy frecuente que el aceite de la caja se recaliente cuando esta se deja trabajar por su cuenta en la montaña. Es ahí cuando empieza a hacer una cantidad de cambios equivocados porque no suelen tener calibración para estas cuestas y alturas, y el torque del motor se cae a medida que la carretera se empina.
El aceite hierve, hace burbujas, los cambios patinan, el bombillo destella y el carro se para. Antes de que todo esto suceda, maneje en montaña siempre la caja en posición manual y usando a fondo el motor, sin miedo, para eso es. No la deje pensar porque de nuestros climas y geografía no sabe. Algunas cajas se ‘amansan’ si se las deja enfriar un buen rato deteniendo el carro, pero otras, cuando el computador se entera de esa anomalía, no dejan caminar más el vehículo o ponen el sistema en modo de protección, y hay que ir al taller a borrar la falla del programa.
La luz de la batería
Hay otro aviso en el tablero, usualmente bajo el sello de batería. Quiere decir varias cosas: la primera, que el alternador ha dejado de cargar, problema que se soluciona en un taller, pero puede ser porque la correa de los rios se reventó y no lo gira. Si el alternador está dañado, el carro va a caminar un buen trecho, por lo menos unos 50 kilómetros, mientras la batería tenga el voltaje requerido. Para ayudar, apague todas las fuentes de consumo.
Sin embargo, si esa correa se daña, cuando las direcciones son asistidas hidráulicamente, el timón se pone como una piedra y es imposible controlar el carro. Usualmente hay anuncios previos, como chillidos de la correa por destemplada, sobre todo al encender el motor en frío, porque es cuando el alternador se pone más duro ya que debe suplir la corriente gastada en el arranque, al prender las luces o conectar el aire acondicionado.
Visualmente es posible prevenir este daño mirando que los bordes de la correa no estén deshilachados o haya grietas en su cuerpo. Si no tiene hidráulica, sin correa puede caminar hasta que la batería aguante.
JOSÉ CLOPATOFSKY
Director revista Motor