‘No sentimos que haya razonabilidad ni equidad en la forma de remunerar a las AFP': Asofondos

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El primero, vemos que el modelo propuesto regresa a un régimen de prima media, obligatorio para todos los afiliados con un umbral de 2,3 salarios mínimos mensuiales vigentes, lo que sin duda afectará el ahorro, en un país que tiene muy bajo ahorro; por demás, el sistema como fue concebido y avanza en el Congreso no es sostenible en el tiempo, por el envejecimiento poblacional. 

Segundo, un modelo con tal nivel de complejidad logística y operativa, con un universo de más de 70 agentes operándolo, debería tener reglas de juego claras y equitativas (entre ellas, la estructura de remuneración) y hasta ahora en lo aprobado, no se ven. 

Y tercero, llevar a la realidad el nuevo sistema requiere esfuerzos inmensos, y no vemos que sea realista tener todo listo en julio de 2025. Mas allá del proceso de reglamentación, se requiere un plan de adecuación que, entre otros, implica desarrollos tecnológicos, adecuación de procesos, planta física. La Procuraduría, expresidentes de Colpensiones y otras voces expertas han manifestado igual preocupación sobre este aspecto.

Como lo mencione antes, no hay claridad y ante el hecho de que la reforma nos impone más responsabilidades al punto que duplicaremos nuestras labores, no sentimos que haya razonabilidad ni equidad en la forma de remunerar a las as del componente de ahorro bajo el nuevo esquema. 

A las AFP les tocará operar el viejo sistema (quienes dejan sus saldos en sus fondos pensionales y las personas que quedan en transición) y lo nuevo, que serán los aportes de un segmento de trabajadores que ganan por encima del umbral que se apruebe finalmente en el Congreso (hasta ahora 2,3 salarios mínimos), pero para todos los afiliados, incluidos los que coticen solo al componente de prima media, las AFP deberán continuar con el envío de extractos, cobro de aportes, actualización de la historia laboral, realización de inversiones si tienen ahorro en el componente de ahorro, brindar asesoría, entre otras muchas tareas. 

El criterio razonable para fijar una adecuada remuneración es que esta debe garantizar que los servicios prestados puedan continuar haciéndose con eficiencia y sin afectación de los afiliados. La remuneración que se ha fijado hasta ahora, según el texto que fue aprobado en la Comisión Séptima de la Cámara, sustituye la forma de remuneración de la comisión para las AFP, pero no es claro que esa fórmula garantice la viabilidad de quienes prestarán esos servicios.
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​En contraste, Colpensiones podrá cobrar 6,25 por ciento del aporte, un 65 por ciento más de lo que cobran actualmente las AFP.

Desde Asofondos hemos dicho que se puede sacar una buena reforma, no cualquier reforma. Y eso pasa al apuntar hacia un sistema que ahorre dado el fenómeno demográfico que hace que haya cada vez menos jóvenes y más viejos que, además, viven más tiempo. Como mucho, el umbral debería ser de  un salario mínimo mensial. Definitivamente, reiteramos que se requiere más tiempo para darle vía libre al nuevo esquema, por lo menos el 2026.

Es un avance acotar los subsidios, pero estos deberían solo cobijar a quienes ganen menos ingresos y no dejarlo abierto a todos los trabajadores, incluidos los de salarios altos, como hasta ahora ha sido aprobado en los tres debates previos. 

Finalmente, podemos reformar el sistema pensional, que es una necesidad que hemos manifestado desde hace mucho, pero si queremos generaciones con una vejez protegida, la discusión en este último tercio no debería darse a las carreras, es necesario abordar con calma aspectos que aun generan gran preocupación y que, sin el debido análisis, pueden ser contraproducentes para todos.