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Nueva Esperanza, ‘papá’ de los hallazgos arqueológicos en grandes proyectos

Antiguos habitantes tenían amplias redes de intercambio y obtenían bienes de la costa Atlántica.

En el hallazgo de Nueva Esperanza en Soacha, se rescataron más de 23 toneladas de material. Foto: Empresas Públicas de Medellín

22.05.2022 16:37 Actualizado: 24.05.2022 11:46

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A mediados de la década de 2010 se comenzó a ejecutar un proyecto de la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) que incluyó la construcción de una subestación de 500.000 voltios para mejorar el suministro de energía en el sur de Bogotá.

El proyecto se lo ganó EPM, y la subestación debía conectarse con otras ya existentes. Requería, también, la construcción de otra subestación de Codensa para llevar energía al sistema regional.

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Luego de ese tiempo, en las 3 hectáreas de Codensa se rescataron 15 toneladas de material arqueológico, y en las 8 hectáreas de EPM, 20 toneladas. Foto:Empresas Públicas de Medellín

Con el fin de ejecutar esta obra, uno de los pocos terrenos planos dentro del perímetro válido para el proyecto se encontró cerca del Salto de Tequendama, en la meseta de Nueva Esperanza.

Durante el estudio de impacto ambiental, se encontraron los primeros vestigios arqueológicos, que luego se determinaría que correspondían a asentamientos humanos de hasta de 2.400 años de antigüedad

Al comienzo, se pensó que se llevarían a cabo rescates arqueológicos puntuales. El rescate en el área de Codensa fue llevado a cabo por la unión temporal Ingedisa-Ambiental Consultores. En esta área, los trabajos fueron dirigidos por Tatiana Santa. Y en el área de EPM e Ingetec, por John González.

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En la medida en que se fue encontrando material muy abundante, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh) dispuso que el rescate fuera del 100 por ciento.

La magnitud de esta labor fue tal, que Ingedisa-Ambiental Consultores conformó un equipo de 200 personas entre arqueólogos y auxiliares.

Quienes conocen de esta disciplina consideran que es de las primeras excavaciones arqueológicas realizadas en Colombia en las que se incorporaron las normas de seguridad en el trabajo.

Actividad compleja

Las labores del rescate se prolongaron durante dos años, en los que no se podía avanzar en la construcción de las subestaciones hasta tener protegido el patrimonio cultural.

Luego de ese tiempo, en las 3 hectáreas de Codensa se rescataron 15 toneladas de material arqueológico, y en las 8 hectáreas de EPM, 20 toneladas.

Una vez se ejecuta el trabajo de campo, viene el trabajo de laboratorio con los objetos rescatados.

El análisis de los objetos y de los vestigios en el terreno encontró que los habitantes de Nueva Esperanza, hace dos milenios, contaban con amplias redes de intercambio con las que llegaban a obtener bienes de la costa Atlántica. Entre tanto, los habitantes de Nueva Esperanza mantenían un o muy dinámico con el valle del río Magdalena.

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Se hallaron rastros de construcciones de hasta 25 metros de largo para las que se usaban postes revestidos de arcilla, material que traían desde largas distancias. Se encontró, también, un canal que es evidencia del conocimiento para el manejo de las aguas.

Igualmente tumbas, piezas de orfebrería, cuentas de collar, vasijas, estatuillas y herramientas para trabajar el algodón. Manifestaciones de la cultura que comprenden 2.000 años, y los periodos Herrera, Muisca Temprano y Muisca Tardío, que termina hacia la llegada de los españoles.

Luego del análisis de los hallazgos de Nueva Esperanza, se ejecutó el Plan de Tenencia, en el que se tocan las puertas de museos, fundaciones o universidades. El enorme volumen de objetos hizo difícil conseguir instituciones que se encargaran de la conservación a perpetuidad.

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