Una idea que se vuelve a ventilar en campaña política es que Colombia abandone la producción de petróleo.
Con base en la actividad actual del sector de hidrocarburos, dejar ese sector significaría el derrumbe económico de varios departamentos del país, una caída superior al 3 por ciento de la economía nacional.
En un caso cercano –y sin que ese país se hubiera propuesto abandonar ese sector– en la última década la producción petrolera de Venezuela se redujo en cuatro quintas partes, y el producto interno bruto (PIB), es decir, lo que producen todos los negocios del país, se redujo en casi tres cuartas partes.
En Colombia el negocio petrolero no tiene el enorme peso que tiene en Venezuela, pero dejarlo de lado, como lo propuso el candidato Gustavo Petro, en entrevista con EL TIEMPO, podría llevar a la economía del país a contraerse –solo en principio– en un 3,3 por ciento, en tanto que varios departamentos, que derivan buena parte de sus ingresos de esta actividad, se verían en graves problemas.
Si bien hay consenso en que el país debe avanzar en una transición hacia el uso de energías más limpias, cortar de tajo la contratación de la exploración petrolera genera grandes riesgos.
En condiciones normales, la producción de hidrocarburos pesa el 3,3 por ciento del PIB de Colombia. Pero, adicionalmente, el hueco en la economía sería aún mayor pues el país tendría que importar casi la mitad del petróleo que hoy produce, que es el consumo de combustibles que se necesita para que el país funcione.
Además de las implicaciones económicas para la Nación, los efectos a nivel regional son enormes, en la medida en que los minerales tienen un gran peso en el PIB de varios departamentos del país, donde la producción de petróleo tiene amplia participación.
Por ejemplo, el 47,25 por ciento del PIB del Meta depende de los minerales, mayoritariamente petróleo. Pero no es el único, en Casanare ese aporte alcanza el 42,44 por ciento; en Arauca, el 37,85 por ciento; en Putumayo, el 23,41 por ciento; en el Huila, el 6,05 por ciento, y en Santander, el 3,62 por ciento, según cifras del Departamento istrativo Nacional de Estadísticas (Dane).
Juan Carlos Echeverry, exministro de Hacienda y quien también aspira a la
Presidencia, dijo a través de su cuenta de Twitter lo siguiente: "El anuncio de cortar de un día para otro la exploración y exportación de petróleo por parte de @petrogustavo si llega al poder sería el suicidio económico para 20 departamentos del país".
A nivel nacional, además de que los ingresos de Colombia por exportaciones se caerían en más de 30 por ciento, el déficit en la balanza comercial se dispararía en más del doble, cerca de 18.000 millones de dólares, teniendo en cuenta el comportamiento del comercio exterior de los últimos 12 meses.
Sobre las exportaciones, el exsenador y aspirante presidencial de izquierda moderada Jorge Enrique Robledo dijo en Twitter que en su propuesta, Petro pasó por alto decir que para que las reservas alcancen hasta 2034 se debería dejar de exportar, lo que colapsaría la economía colombiana.
Para el año entrante, la Nación espera unos ingresos de 7,5 billones de pesos producto de la extracción de petróleo, de acuerdo con el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), pero con los actuales precios del crudo, que rondan los 80 dólares por barril en los mercados internacionales, y del dólar, esos ingresos podrían incrementarse hasta en 500.000 millones, según cálculos de algunos expertos.
Durante la clausura de la IV Cumbre del Petróleo y Gas, Reactivación socioeconómica: un compromiso nacional, la semana pasada, el presidente Iván Duque resaltó los aportes del sector de hidrocarburos al desarrollo del país, y su importancia en las exportaciones, ingresos tributarios, regalías, entre otras contribuciones que han servido para apalancar programas de inversión social y ambiental en Colombia.
Indicó que: “El mundo no puede seguir cayendo en las satanizaciones absurdas, derivadas de la desinformación, cuando se trata de abordar los sectores que contribuyen a la actividad económica y la transformación social de nuestros países; este sector genera bienestar y no es enemigo del desarrollo”, insistió.
Conciencia climática
Por su parte, Francisco José Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas, señaló que “la industria del petróleo y gas le ha servido a Colombia durante un siglo; ha contribuido a su movilidad, a la generación de energía, a su desarrollo económico, social y ambiental. Y es una industria consciente del cambio climático, tiene claro su rol frente a este, y es aliada del Gobierno para ayudar a contrarrestarlo”, enfatizó.
El vocero gremial hizo énfasis en que, para avanzar en la gestión del cambio climático se requieren hechos más que palabras, hechos de sostenibilidad, y, en ese sentido, resaltó que las empresas afiliadas a la A lideran 58 proyectos para reducir 250.000 toneladas al año de CO2 (17 de los cuales apuntan a generar 100 MW); y en el segmento de combustibles, además de ampliar la oferta de energéticos en las estaciones de servicio, se lidera una estrategia de compensación de 10 millones de toneladas de dióxido de carbono, CO2.
Para algunos analistas no se puede pasar por alto que el sector petrolero pasa hoy por un buen momento, en gran medida, debido al repunte en el precio del dólar.
Ecopetrol, por ejemplo, obtuvo las mejores utilidades de la última década al cierre del tercer trimestre del 2021. La ganancia neta de la compañía llegó a 3,8 billones de pesos, lo que representó un aumento de 336,7 por ciento frente a lo registrado en el mismo periodo del año pasado.
En lo acumulado del año, las ganancias llegaron a 10,6 billones de pesos. Esto representa 6,3 veces las generadas en todo el 2020.
Efecto en Venezuela
Involuntariamente, Venezuela ha venido reduciendo su producción petrolera con un efecto en el derrumbe de su economía durante la última década.
El país que tiene las mayores reservas petroleras (300.000 millones de barriles, más que Arabia Saudita) está produciendo actualmente menos crudo que Colombia.
En el 2010, Venezuela le reportó a la Opep una producción de 2,8 millones de barriles diarios. Para el 2020, solo reportó 569.000 barriles diarios.
De esta manera, del 2010 al 2020, la producción petrolera se ha reducido en 79,5 por ciento. Y de manera paralela, el producto interno bruto venezolano se cayó, en ese mismo periodo, en 72,1 por ciento.