Entre las propuestas de ajuste al salario mínimo del 2021, que se discute en la Comisión de Concertación de Políticas Laborales y Salariales, hay abierto un abismo de diferencia, que tiende a profundizarse.
Ya antes de que comenzaran formalmente las negociaciones, el 30 de noviembre, las centrales obreras que tienen asiento en la Comisión habían lanzado la propuesta unificada de que el salario subiera, en cifras redondas, de 877.802 pesos a 1’000.000 de pesos y que el subsidio de transporte se ajustara de 102.854 pesos a 120.000 pesos.
“La caída de la economía –afirmó en su momento Diógenes Orjuela, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores– está ligada a la caída de los ingresos, y es cierto: la gente no tiene con qué comprar”.
En ese orden de ideas, la propuesta de las centrales iba encaminada a que “la gente tenga suficientes recursos para poder comprar productos de sectores golpeados por la crisis, estimular la producción y, por consiguiente, generar empleo”, explicó Miguel Morantes, presidente de la Confederación de Trabajadores de Colombia.
Hasta hoy las centrales insisten en su propuesta, pese que a que los indicadores claves para calcular el incremento del mínimo juegan en contra de la pretensión. En la Comisión el equipo técnico del Banco de la República estimó que la inflación del 2020 cerrará en 1,9 por ciento; la productividad, por otro lado, fue ligeramente negativa: -0,6 por ciento.
Pero fue con base en estos resultados, y en la dura situación por la que pasan miles de empresas en todo el país, que durante la sesión del jueves de la Comisión los empresarios del país, representados por la Andi, Asobancaria, Fenalco, Acopi y la SAC, propusieron un aumento del 2 por ciento en el salario mínimo para el 2021 y sobre el auxilio de transporte de los trabajadores.
En términos monetarios, ese porcentaje representa un aumento de 17.560 pesos sobre el salario base, con lo cual esta remuneración quedaría en 895.363 pesos. Sin embargo, sumado el nuevo subsidio de transporte (104.911 pesos), que aumentaría en iguales proporciones (2 por ciento), cada trabajador de salario mínimo en el país recibiría, a partir de la primera quincena del 2021, cerca de 1'000.547 pesos, si se acoge esta propuesta.
Los sindicados se fueron lanza en ristre contra la propuesta, a la que calificaron de “mezquina con los trabajadores y alejada de los requerimientos del país en este momento de crisis”. Y criticaron que se tengan en cuenta indicadores como la inflación y la productividad, porque este año son producto de la situación atípica que trajo la pandemia.
Ante las profundas diferencias los ojos se vuelven ahora hacia el Gobierno, que podría ayudar a encontrar un punto medio y jalonar un acuerdo. Analistas, gremios e incluso las centrales han sugerido, en distintas oportunidades, que el Ministerio de Trabajo asuma un papel más propositivo que mediador, y escuche y lance propuestas que acerquen a las partes.
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