La virtualidad que trajo la pandemia del coronavirus hizo que las empresas de todo el mundo, incluidas las de Colombia, se dieran cuenta de que no era tan indispensable destinar tantos recursos para que sus ejecutivos viajaran a diferentes ciudades para adelantar reuniones de negocios.
Y más de dos años después del inicio de la pandemia y tras un proceso de reactivación gradual que tomó fuerza desde noviembre del 2020, este segmento, que fue el que más se restringió, pero al que Avianca Group y Latam Airlines le siguen apostando fuerte a este nicho de mercado, todavía no se ha recuperado del todo.
Manuel Ambriz, vicepresidente Comercial de Avianca Group, señala que el mercado doméstico ya está prácticamente por encima del 100 por ciento de lo que había antes de la pandemia, toda vez que el segmento turístico y familiar ha crecido mucho más rápido.
Según datos reciente de la Aeronáutica Civil, entre enero y abril, el total de viajeros del país superó los 14,82 millones, creciendo 15,6 por ciento anual, pero los viajeros internacionales aún están un 7,6 por ciento por debajo de la prepandemia.
Pero, según explica el directivo, el mercado de viajeros de negocios está a un nivel entre el 60 por ciento y 70 por ciento de lo que estaba antes del covid-19.
Sin embargo, explica que mientras las empresas que nacieron en la pandemia ya tienen un esquema de trabajo totalmente digital, en el resto de las compañías algunas van a ser capaces de mantenerse totalmente remotos, en especial las más pequeñas, pero las más grandes y con trayectoria antes de la pandemia, es posible que les cueste más.
Por ello, a medida que avanza la llamada nueva normalidad, se va recuperando la demanda de viajes corporativos, y en medio de la predominancia del esquema de bajo costo, las dos compañías están reforzando de nuevo su oferta para atender a estos viajeros de alto valor. Y es que en medio de un entorno internacional de altos precios del petróleo que han llevado a que el combustible de aviación se haya duplicado de precio, se trata de generar servicios de valor agregado en busca de subir la rentabilidad.
Se estima que en general, dependiendo de la situación específica de cada aerolínea, la participación de pasajeros de negocios oscilaba entre el 30 y el 50 por ciento del mercado antes de la pandemia, pero ahora, según publicaciones de la industria, este volumen está entre el 10 por ciento y el 20 por ciento, y en algunos casos el 30 por ciento, porque no se ha recuperado por completo.
Beneficios con ahorro
Para Santiago Álvarez Matamoros, director ejecutivo de Latam Airlines Colombia, luego de la pandemia las empresas cambiaron su chip y su foco hacia buscar ahorro en viajes, ya que el hecho de no viajar durante el período de la pandemia generó una cantidad de ahorros de viajes en las compañías que ahora las hace más conscientes de esa línea de gasto y, por lo tanto, la variable precio comenzó a ganar relevancia de cara a las empresas que toman la decisión de que se genere el viaje.
Y por el otro lado, según el directivo, también hay un enfoque hacia racionalizar la cantidad de viajes y el número de personas que viajan dentro de las empresas, pero pese a ello, en el caso de esta compañía, el volumen de estos pasajeros sigue recuperándose.
Y para darles servicios con valor agregado a estos clientes, tanto Avianca como Latam Airlines vienen adoptando acciones que buscan su fidelización.
“Estamos convencidos de que el segmento va a volver, va a seguir generando diferencial en términos de tarifas, porque es un segmento más exigente y que valora más el tema el tema de buen servicio y para eso Latam ha respondido poniendo en todos nuestros vuelos de corto alcance, la cabina Economy, en la que se bloquea el asiento de la mitad, y que está diseñada para pasajeros corporativos y de alto valor”, explica Álvarez.
Y señala que además de los programas de viajero frecuente, que, si bien han cambiado mucho por esa menor cantidad de vuelos y también debido a que personas perdieron sus categorías por el hecho de no haber volado al mismo ritmo que antes, estos también se vienen ajustando.
Además, Latam Airlines desde el 1.° de junio la cabina Economy implementó el servicio a bordo gratuito, dado que ya se levantó la restricción que había dado puesto el Gobierno para los vuelos domésticos. En el caso de Avianca Group, la apuesta se centra en la reconfiguración de los asientos, de los cuales habrá 12 sillas , que son más anchos y se ofrecerán a los clientes que quieren pagar un poco más por esa comodidad.
Luego le sigue la cabina plus, con 60 asientos, con cabecera móvil y un poco más de espacio entre las piernas, seguidos de 108 asientos que no se puede reclinar. Pero Manuel Ambriz, vicepresidente comercial de la compañía, señala que son sillas que ya no son exclusivas del pasajero de negocios como antes, ya que, si la gente está de viaje de placer con la familia y están dispuestos a pagar por estos asientos, los puede comprar.
“Para el cliente de negocios lo que es más importante es la puntualidad, las frecuencias y en algunos casos la flexibilidad para cambiar un vuelo, un cambio de ruta o un reembolso, pero también el precio que no deja de ser importante”, puntualiza el directivo.
Sin embargo, Avianca Group también está próxima a introducir un menú de venta a bordo, para que quien quiera pagar por ese servicio, lo haga.
“Estamos pensando que quien compre una tarifa L, a lo mejor le podemos hacer un descuento en la comida o darle un voucher por 10 dólares para comer. Lo estamos evaluando”, añadió Ambriz.
Los vuelos internacionales, asunto aparte
Según Santiago Álvarez, director ejecutivo de Latam Airlines, en los vuelos largos la comodidad es algo que valoran todos los pasajeros, por lo cual esos aviones tienen configuraciones distintas, y es un aspecto que poco ha cambiado en ese segmento.
El directivo explica que lo que sí ha cambiado para el viajero de negocios en vuelos de largo alcance es el modelo de negocio, en la medida en que los tiquetes incluyan maletas o no, o que toque pagar el asiento más confortable.
“Es un modelo para combinar servicios adicionales y que el pasajero sí tenga que pagar por ello. Eso se ha profundizado en esos vuelos, pero en general el tema de confortabilidad se ha mantenido muy similar a la prepandemia”, aseguró.
ÓMAR G. AHUMADA ROJAS
Subeditor de Economía y Negocios