Julio César Turbay, candidato al Senado por el Partido Liberal, habló con EL TIEMPO sobre sus motivaciones para llegar al Congreso y lo que hará desde el Legislativo si es elegido como uno de los 108 senadores.
¿Quién es usted?
Soy un colombiano que como muchos en este país, ha trabajado honestamente. Soy papá de Julio César, Jacobo y Paloma. Esposo enamorado de Lina. Empresario de formación. Orgullosamente Colombiano, pero cansado, como la mayoría de nosotros, de la política de quiénes llegan al Congreso y de como vemos el futuro del país. Soy nieto del expresidente Julio César Turbay, y a pesar de haber crecido en el mundo de la política, nunca había participado activamente. Como quien dice, crecí viendo lo público desde la barrera.
¿A qué aspira?
Quiero ganar una curul en el Senado de la República. Estoy convencido de que necesitamos enderezar la política, el rumbo. Que llegue gente sensata, honesta y preparada que realmente represente los intereses de los colombianos y que ayude a formar el futuro del país. Debemos trabajar por el interés general y no el particular.
¿Por qué quiere llegar al Congreso?
Quiero llegar al Congreso porque creo que en vez de quejarnos, debemos buscar soluciones. A mis hijos siempre les digo que cuando crean que algo debe cambiar hagan algo ellos mismos para generar ese cambio. Hay que salir de la zona de confort y proponer proyectos de Ley que realmente logren impactar positivamente la calidad de vida de los colombianos.
¿Por qué un ciudadano debería votar por usted?
Para que se sientan representados desde el Senado. Para que sientan que eligieron alguien que tiene visión de país. Una visión que logre cambiar la desesperanza, la desigualdad. Porque soy alguien que no se va a dedicar a pelear, sino, por el contrario, a buscar soluciones que mejoren la calidad de vida de todos los colombianos. Para que cada colombiano tenga la certeza que me eligieron porque tengo la preparación para defender sus intereses.
No voy a estar en ningún escándalo de mermelada, ni de corrupción, ni voy a velar por ningún interés distinto al del pueblo colombiano. Legislaré por el bienestar general y no el de unos pocos. Tengo la certeza de tener una hoja de vida impecable que les da la garantía que haré la tarea como se debe: impecable.
El Congreso es una de las instituciones más desprestigiadas del país, ¿para qué ir allá?
Las leyes se hacen en el Congreso. Los colombianos tenemos que vivir con las reglas que definen los congresistas. Es el lugar, es el escenario para enderezar el rumbo, para legislar, para hacer control político de los temas que no nos dejan avanzar como país. Estoy convencido de que las luchas hay que darlas desde adentro, desde la institucionalidad. Hay que devolverle al Congreso su credibilidad, y eso se logra con congresistas nuevos, con senadores que lleguemos a renovar la forma de hacer política.
En caso de ser elegido, ¿qué proyecto de Ley será su prioridad?
Tenemos varios, de los cuales tres serán radicados el 20 de julio, tan pronto me posesione como senador. El primero, voto obligatorio y reducción del Senado en un 40% para una sociedad en la que todos tenemos derechos, pero también deberes. El segundo, está centrado en el pensionado, adulto mayor y busca un predial diferencial en su residencia. Y tercero, una iniciativa que logre inclusión en la educación, que hagamos educación por impuestos. Esto significa que el sector privado básicamente pueda calificar mano de obra, pueda apadrinar diferentes estudiantes y que lo pueda cruzar contra sus impuestos.
En estas elecciones, para usted: ¿Qué está en juego?
Está en juego la institucionalidad, está en juego el futuro del país, el nuestro, el de nuestros hijos, está en juego el poder ser un contrapeso frente a quien sea el presidente de la República. Las elecciones que vienen son las más importantes de la historia reciente de nuestro país.
La Corte Constitucional exhortó una vez más al Congreso regular el tema del aborto. ¿En caso de que usted salga electo que hará sobre este llamado?
Mire, mi hijo Jacobo nació de un embarazo de alto riesgo para mi esposa y para él. Nos hablaron de interrumpirlo. Confiando en Dios, no lo hicimos. Inconcebible la vida de nosotros sin él. Me considero próvida, y entiendo la despenalización, pero 24 semanas me parece exagerado. Lo que realmente necesitamos hacer en Colombia es garantizar la prevención, es decir, educación sexual sin tapujos. Aquí lo que hay es un ejemplo claro de que el Congreso no hace lo que debe. Si el Congreso hubiese legislado en su momento, estaríamos más representados y no solo cinco personas tomarían una decisión tan importante en la Corte.
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