Hércules. Así se llama la primera Fuerza de Tarea Conjunta que se pone en operación desde que las Farc entregaron las armas y dieron el gran paso a la desmovilización y la vida política tras 54 años de guerra con el Estado.
Tumaco, el municipio con más coca en Colombia y con una de las tasas más altas de homicidios del país, es el escenario de esa ofensiva, que esta vez no se concentra en la desaparecida guerrilla más antigua del continente.
Los uniformados tienen nuevos objetivos de alto valor, pues el proceso de paz empezó a permitir que los hombres que se dedicaban a enfrentar a las Farc en otras regiones fueran trasladados al puerto a combatir el narcotráfico, a las bandas criminales que azotan esa zona y, de fondo, recuperar la tranquilidad de los ciudadanos.
9.800 hombres y mujeres del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea (FAC) y un grupo especial de la Policía integran esa Fuerza de Tarea, puesta en operación por el presidente
Juan Manuel Santos.
Hace una semana, la FAC llevó a cabo una de las más grandes movilizaciones de tropa de la última década, al transportar 2.000 integrantes del Ejército en un solo día, desde las bases de Tolemaida y Cali hacia Tumaco. Fueron 18 horas de vuelo ininterrumpidas en tres aviones C-295, dos Hércules C-130, un Boeing 727 (Vulcano) y un C-40 (Cronos), todos de la FAC.
Los uniformados tienen la misión de enfrentar 14 redes criminales, integradas por unos 450 hombres armados que delinquen en 10 municipios de Nariño que fueron priorizados por la Fuerza Pública.
Tumaco, El Charco, Francisco Pizarro, La Tola, Magüí Payán, Mosquera, Olaya Herrera, Roberto Payán, Santa Bárbara y Barcaboas –costeros y de frontera con Ecuador– cuentan con un plan estratégico diseñado desde el comando de las Fuerzas Militares, y con las direcciones de inteligencia de cada fuerza, para restablecer el Estado social de derecho.
“Esto es un pedido de toda la población tumaqueña y del Pacífico nariñense, frente a la ola de violencia que hemos vivido en los últimos años, pero sobre todo en estos días después del proceso de paz”, dijo el alcalde de Tumaco, Julio César Rivera. Añadió que esperan que también lleguen a la zona más planes de interés social para beneficiar a los pobladores.
Esta ofensiva de las autoridades no solo es la más grande operación del posconflicto. También es la más grande en toda la historia contra un objetivo diferente a la guerrilla de las Farc.
El Eln, tras el fin del cese bilateral del fuego con el Gobierno, regresa a esa lista de blancos. Las tres principales bandas criminales –‘los Úsuga’, ‘los Puntilleros’ y ‘los Pelusos’– son también objetivos, al igual que las disidencias. Y en general, todas las organizaciones del narcotráfico y los mismos cultivos ilícitos, que por décadas fueron protegidos por las Farc.
El comandante de las Fuerzas Militares, general Alberto José Mejía, asegura que Hércules es una de las cartas claves para enfrentar las amenazas detectadas por el Sistema de Alertas Tempranas, pero que la estrategia para llevar el Estado adonde nunca ha dado la cara pasa también por los programas de desarrollo y acompañamiento interinstitucional, que serán la llave contra la ilegalidad.
En Nariño, las tropas tienen varios objetivos. Por un lado, el frente de guerra suroccidental del Eln, que delinque en Barbacoas y la frontera. En Tumaco, la prioridad son las disidencias surgidas de la columna ‘Daniel Aldana’ de las Farc, que tienen unos 100 delincuentes bajo el mando de ‘Guacho’ y ‘Cachi’. Además, está la disidencia que encabeza alias David y que se hace llamar ‘Guerrillas Unidas del Pacífico’, conformada por unos 80 hombres. A ellos se suman los hombres del ‘Tigre’, quien tiene una estructura conformada por 116 hombres entre los 14 y 18 años, básicamente asentados en el puerto y que en su momento integraron las milicias de la guerrilla. En Policarpa está la disidencia del frente 29, al mando de ‘Sabalo’, quien tiene unos 40 hombres bajo su mando.
La parte operacional va apoyada en un trabajo social coordinado por la Vicepresidencia que beneficiará a 27.420 personas.
Coca: el cáncer de la región
El Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de Naciones Unidas detectó en 2016 que solo en Nariño hay 42.627 hectáreas sembradas con matas de coca, lo que equivale al 43 por ciento de los narcocultivos del país. Tan solo en Tumaco se detectaron 23.148 hectáreas.
“En la costa Pacífica nariñense, los brotes de violencia están amarrados al narcotráfico; por eso, la importancia de que esta Fuerza de Tarea Conjunta no solo tenga un componente militar, sino que trabaje unida con la Policía”, señala Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac).
Restrepo resalta que la misión será, en todo caso, “de largo aliento”, dados los movimientos estratégicos de los grupos armados para ocupar territorialmente los espacios que dejaron las Farc.
Pero la megaoperación de Nariño tiene tres clones. La Fuerza de Tarea Vulcano adelanta en Norte de Santander (el otro enclave de la coca en el país) la operación Avalancha, para golpear al Eln y a la banda de ‘los Puntilleros’, antigua disidencia del Epl.
En Chocó, la Fuerza de Tarea Zeus adelanta una acción integral contra el Eln y el ‘clan Úsuga’. Estas acciones se suman a la operación Agamenón II, lanzada en el bajo Cauca antioqueño y el Urabá antioqueño y chocoano, comandada por el general de la Policía Jorge Luis Vargas y cuya meta es el ‘clan ‘Úsuga’.
“La experiencia ha demostrado que el trabajo coordinado de todas las fuerzas, compartiendo inteligencia y el desarrollo de operaciones mancomunadas, ha dado muy buenos resultados. Antes cada una andaba por su lado y no se veían los resultados de hoy”, asegura el exministro de Defensa Juan Carlos Esguerra.
Las Fuerzas Militares, sin dejar atrás su papel de garantizar seguridad nacional y la soberanía, han venido asumiendo otros roles, como el apoyo en la lucha por la erradicación forzada y programas de apoyo social y de bienestar de la población civil, que hasta hace unos pocos años no eran prioritarios por el fragor del conflicto.
Así, por ejemplo, los mismos aviones de la FAC que durante la última década fueron fundamentales para llevar las tropas a la retaguardia de las Farc hoy están siendo usados para llevar progreso a las regiones más apartadas del territorio nacional.
Erradicación forzada
Veintiocho pelotones –unos 1.200 hombres del Ejército– están encargados de apoyar la sustitución forzada de cultivos ilícitos en la costa nariñense. El año pasado hicieron presencia en Llorente y El Vallenato, donde arrancaron 2.500 hectáreas. Este año, la Fuerza Pública apoyará por primera vez a los campesinos en la sustitución voluntaria de 23.000 hectáreas de coca para agilizar el proceso. El año pasado, la misma comunidad les pidió apoyo en algunas veredas de Antioquia, Arauca y Putumayo con buenos resultados. Otras 40.000 hectáreas se erradicarán a la fuerza. A la fecha, van 210 hectáreas erradicadas. Bajo esta modalidad se exterminaron 52.571 hectáreas el año pasado.
947 operaciones humanitarias de la FAC
En un avión medicalizado de la FAC, un hombre de 76 años que había sido mordido por una culebra fue trasladado desde Nuquí (Chocó) hasta Medellín, donde le salvaron la vida. Él es una de las 928 personas que el año pasado fueron atendidas por personal de esta institución. La FAC, sin dejar atrás su papel en la vigilancia de la soberanía y el desarrollo de operaciones de seguridad nacional, ha estado prestando apoyo y transportando personal para atender tragedias como la de Mocoa en Putumayo, Cuba (por el paso del huracán Irma) y México, por el terremoto del 21 de septiembre. Esto, además de la búsqueda y rescate de víctimas de accidentes aéreos.
349 kilómetros de vías terciarias
“Nosotros pedimos que venga el Batallón de Ingenieros para que nos ayuden sobre todo en el tema de construir vías, porque no tenemos por dónde sacar nuestros productos lícitos”, dijo el alcalde de Tumaco, Julio César Rivera. El comando de Ingenieros tiene a su cargo 8.167 efectivos, que a lo largo y ancho del territorio han concretado obras de infraestructura, en especial carreteras. En Mocoa, tras la avalancha, reconstruyeron 19 vías y un puente que interconectó la ciudad con el centro del país. En total, el año pasado adecuaron 349 kilómetros de vías terciarias y construyeron 9 puentes, beneficiando a 46.000 ciudadanos.
Presencia en zonas apartadas
La entrada del posconflicto ha permitido que la Policía centre su accionar en el que debería ser su papel fundamental: la seguridad ciudadana. La mediación en conflictos y la entrada en vigencia del Código de Policía han incidido en la disminución de las muertes violentas, que llegaron a tener la tasa más baja en 40 años: 24 homicidios por cada 100.000 habitantes. Ciudades capitales son custodiadas hoy por cuatro helicópteros Halcón dotados con tecnología de punta. La Policía de Carabineros ha tomado mayor protagonismo en el campo, haciendo presencia en regiones donde otrora imperaba la ley de la guerrilla.
JUSTICIA