Proceso exprés convertirá a ‘Otoniel’ en el preso 36 extraditado este año

Un poco más de seis meses después de su captura en Turbo, Antioquia, el poderoso jefe del ‘clan del Golfo’, Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, podría estar respondiendo ante una de las dos cortes en Estados Unidos que tienen en su contra procesos por narcotráfico.

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El capo, por el que las autoridades de Colombia llegaron a ofrecer 3.000 millones de pesos y las de Estados Unidos cinco millones de dólares, cayó luego de más de una década de persecución de la operación 'Agamenón' el 23 de octubre del 2021 y según las cuentas del Gobierno, sería entregado a la DEA la última semana de este mes, cuando termina el plazo de 10 días hábiles que tiene su defensa para apelar la resolución que autoriza su extradición.

El presidente Iván Duque dejó claro el viernes que una vez se cumpla ese plazo legal se procederá de inmediato a la extradición del señalado narco, quien hoy es el preso más custodiado del país ante el riesgo de que se intente fugar.

Ese peligro latente que desde su captura empezó a alertar la Policía llevó a que el trámite de su extradición se cumpliera en tiempo récord. El concepto favorable para la extradición de ‘Otoniel’ en la Corte Suprema tardó menos de seis meses, mientras que, por ejemplo, el de su hermana Nini Johanna Úsuga, alias la Negra, capturada en marzo del año pasado, lleva más de un año y aún no hay una decisión; y el proceso para enviar a EE. UU. a Carlos Antonio Moreno Tuberquia, alias Nicolás, quien fue el segundo al mando del ‘clan’, tardó casi cuatro años.

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En sectores oficiales había incluso el temor de que decisiones judiciales terminaran dilatando la extradición del narcotraficante.

Además, en Estados Unidos hay interés en tener directo a ‘Otoniel’, quien es señalado de enviar, entre 2015 y 2018, veinte toneladas de droga a ese país y de tener tentáculos en Venezuela, Ecuador, Guatemala, Panamá, Honduras, Costa Rica, Nicaragua y México. En la acusación hay un capítulo especial sobre el pago de sobornos en Venezuela para mover cargamentos por su territorio.

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El ministro de Justicia, Wilson Ruiz, señaló que este año han sido extraditados 35 ciudadanos a Estados Unidos y ‘Otoniel’ será el número 36. Entre los extraditados en lo corrido de 2022 están ‘Nicolás’ y Luis Ángel Úsuga Murillo, primo de ‘Otoniel’.

Ruiz indícó que en el 2019 se registraron 163 extradiciones y en 2020 fueron 135. “La extradición es una herramienta de lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada y un instrumento de cooperación judicial internacional”, destacó el ministro.

La prisa con la que se viene resolviendo la situación de ‘Otoniel’ en Colombia generó desconcierto entre organizaciones de víctimas que esperaban que Úsuga David, quien en su larga vida criminal fue guerrillero y paramilitar, pudiera aportar a la verdad de masacres, desplazamientos, despojos de tierras y abusos sexuales perpetrados por las organizaciones ilegales a las que perteneció. Las organizaciones insisten en que el jefe del ‘clan del Golfo’ aún tiene muchas deudas con la verdad, la reparación y la justicia en Colombia.

Para el representante de las víctimas de Urabá en el caso de ‘Otoniel’, Luis Ángel Ortiz, la extradición es una “bofetada” a quienes quieren conocer la verdad. En conversación con EL TIEMPO, dijo que se está revictimizando a la población con esta decisión: “Muchas víctimas están sintiendo el dolor, pero sin poder hacer nada, porque el Estado es incapaz de proteger el derecho a conocer la verdad”.

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Para Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), con la extradición “se hace más costoso acceder a la verdad, en términos de procedimientos, pero también se reduce el riesgo de que pueda evadir a la justicia”.

Añadió que las solicitudes que interpuso Úsuga para declarar en la JEP también eran parte de estrategias de dilación: “Gran parte de sus versiones no son corroborables y hacían parte de un esfuerzo un tanto fantasioso” para eludir sus responsabilidades en Estados Unidos, aseguró Restrepo.

Por su parte, el presidente del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), Camilo González Posso, advirtió que extradiciones como la de Úsuga David “dificultan la operación de la justicia colombiana” y que desde Estados Unidos los procedimientos serían más lentos, “de modo que tienen razón las víctimas cuando dicen que se está inhibiendo la justicia colombiana”, afirmó.

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González consideró que para respetar los derechos de las víctimas “tendría que existir un mecanismo nuevo que garantice una prioridad a todo el procedimiento judicial de la justicia colombiana en relación con Úsuga David cuando esté en Estados Unidos”.

Este diario consultó a uno de los abogados de la defensa de Úsuga, quien manifestó que el futuro extraditado “tiene toda la voluntad de continuar en el sistema de verdad, justicia y reparación, y de continuar dando sus versiones”.

Sin embargo, la defensa señaló que podrían existir inconvenientes de carácter logístico para que ‘Otoniel’ declare en el sistema de justicia colombiano, pues dependería de la autorización del buró de prisiones de Estados Unidos, que actúa como organismo independiente.

Entre tanto, en el Urabá antioqueño se viene desarrollando una pugna por el control de la organización de ‘Otoniel’. Si bien su captura lo había alejado del poder de la red, con su inminente extradición se cierra cualquier posibilidad de que pueda mantener el control desde su sitio de reclusión.

Esto pone a Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, de 44 años, quien aparece en el cartel de los narcotraficantes más buscados del país con una recompensa de 500 millones de pesos, en el radar de las autoridades.

Ávila, conocido como ‘Chiquito Malo’, fungía como segundo al mando del ‘clan del Golfo’ y tras la captura de ‘Otoniel’ reclamó asumir el imperio criminal, el cual se disputa con Wílmar Antonio Girando Quiroz, alias Siopas.

REDACCIÓN JUSTICIA

* Con reportería de Valentina Herrera, de la Escuela de Periodismo Multimedia de EL TIEMPO