En los laboratorios de Medicina Legal avanzan las pruebas de obtención e identificación del ADN extraído de la sangre encontrada en una toalla y una cobija incautadas en medio de un allanamiento por la Fiscalía y la Policía Judicial en una vivienda ubicada en Armenia, Quindío.
De comprobarse que la sangre encontrada es de Betty Vallejo Reyes, de 58 años, estos elementos se convertirían en parte de las pruebas para procesar a Rosalba Marín Montes y Marisela Ruiz Marín, madre e hija, por el homicidio de la mujer.
Las mujeres fueron capturadas en medio de la investigación adelantada por la Fiscalía por la desaparición de Betty Vallejo, reportada por sus hijas el 8 de septiembre del año en curso.
La desaparición de la señora generó varias jornadas de solidaridad y protesta, ya que era muy conocida en el sector.
De hecho, los primeros señalamientos recayeron sobre Rosalba Marín Montes y Marisela Ruiz Marín, quienes habían tomado en arriendo en agosto el primer piso de la casa a Betty Vallejo.
"Los familiares de Vallejo empezaron a notar cosas extrañas al no responder el celular y al no encontrarla en la casa, a lo que se sumó que varias de sus pertenencias terminaron en manos de las arrendatarias", dijo uno de los investigadores a EL TIEMPO.
De acuerdo con la Fiscalía, entre los elementos de prueba, se pudo establecer que las inquilinas aseguraron "que la propietaria del inmueble en el que vivían les regaló algunas de sus pertenencias, entre ropa y electrodomésticos, y, posteriormente, se había ido".
Esta fue una de las situaciones que prendió las alarmas de las hijas de Betty, quienes no creían en que se hubiera ido, sin despedirse o decirles a dónde a sus hija, y que hubiera regalado sus pertenencias .
De igual forma, los investigadores del CTI de la Fiscalía realizaron varias inspecciones a la casa, donde se practicaron varias pruebas forenses con luminol, un reactivo químico que posibilita ubicar sangre así haya sido limpiada, "que permitieron detectar evidencia, como rastros de sangre en una toalla, en una cobija y en varias partes de la vivienda", señaló la Fiscalía.
Frente a la nueva evidencia, madre e hija afirmaron, de acuerdo a la Fiscalía, que los artículos manchados, "supuestamente, los habían recogido de la calle" y cambiaron su versión al señalar que la señora Vallejo "fue golpeada por hombres armados que llegaron al lugar y se la llevaron".
Las mujeres huyeron al día siguiente, y tras una ardua labor de seguimiento y ubicación fueron capturadas. Rosalba Marín, en Pereira, Risaralda. Allí, señala el ente acusador, de manera voluntaria rindió indagatoria y confesó su responsabilidad en el crimen.
"Explicó que habría atacado a la dueña porque le pidió reparar una humedad en una pared; asimismo, indicó el lugar en el que estaría sepultada la víctima", señaló la Fiscalía.
De otro lado, la hija de Rosalba, fue capturada en una vereda de Palestina, Caldas.
Con la información obtenida, personal de la policía judicial exhumó un cuerpo –el fin de semana– en un lote del barrio Los Naranjos, de Armenia, y se estaba practicando el proceso para su identificación.
A las mujeres, madre e hija, se les imputó los delitos de homicidio agravado y desaparición forzada agravada.
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