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Máximo Noriega, el padrino político de Nicolás Petro que busca pista en la Fiscalía
El dirigente quiere hablar del caso contra su ahijado antes de alguna decisión en su contra.
Máximo Noriega y Nicolás Petro siguen en el proceso. Foto: EL TIEMPO
El jueves, en la audiencia en la que la Fiscalía reveló la versión de Nicolás Petro, el hijo del presidente Gustavo Petro, sobre el ingreso de dinero no declarado a la campaña presidencial de 2022, hubo un detalle inusual.
El abogado Fernando Rodríguez Bernier pidió acreditación en la audiencia. Y fue algo sorpresivo porque no era del equipo de defensa de Nicolás Petro ni de su exesposa, Dayssuris Vásquez. Tampoco de la Fiscalía ni de la Procuraduría.
Se trataba del apoderado de Máximo Noriega, frustrado aspirante a la candidatura del Pacto Histórico a la gobernación del Atlántico y muy cercano a Nicolás, al presidente Gustavo Petro y a la primera dama, Verónica Alcocer.
La acreditación fue negada por el juez 74 de control de garantías de Bogotá porque en este momento no hay una investigación formal contra Noriega. Pero el hecho muestra a las claras la preocupación que rodea al hombre que hasta hace apenas unos meses era considerado uno de los pesos pesados en la política de la Costa y que terminó negado por varios de sus antiguos socios políticos.
En efecto, en la recta final para inscribir las candidaturas para la gobernación del Atlántico, la semana pasada, Máximo Noriega vio truncada su aspiración por cuenta del aval que le revocó la Colombia Humana.
En un acto ruin, violando mi derecho a ser elegido, el vocero de la Colombia Humana Eduardo Noriega decide a última hora revocar el aval que el partido me había expedido, justo cuando ya me inscribía.
“En un acto ruin, violando mi derecho a ser elegido, el vocero de la Colombia Humana Eduardo Noriega decide a última hora revocar el aval que el partido me había expedido, justo cuando ya me inscribía. ¿Por qué Noriega y Agmeth Escaff quieren apoyar al candidato de los Char?”, cuestionó el dirigente a través de Twitter.
El portazo de la Colombia Humana no impidió que Noriega acudiera a la conocida fórmula del ‘cuerpo ajeno’ para seguir buscando el poder en el Atlántico: a última hora logró un aval de Fuerza Ciudadana para la candidatura de su esposa, Claudia Verónica Patiño, y los primeros días de esta semana había estado muy activo tratando de darle oxígeno a esa aspiración política.
Claudia Patiño, esposa de Máximo Noriega y candidata a la Gobernación. Foto:Cortesía
Todo esto antes del estallido político generado por la decisión de Nicolás Petro de colaborar con la justicia, cuyas esquirlas no solo llegaron hasta la Casa de Nariño sino que sacuden con fuerza toda la política de la costa Caribe y, sin duda, pondrán a Máximo Noriega a dar explicaciones ante las autoridades.
Aunque en la entrevista que Nicolás Petro le dio a la revista Semana aseguró que Noriega es “una víctima” del escándalo, lo cierto es que la Fiscalía tiene chats y grabaciones que muestran hasta dónde estaba enterado de los movimientos de dinero del diputado y de su exesposa.
Esas mismas conversaciones dejan ver que Noriega no solo era de la entera confianza de la pareja sino también su cercanía con el presidente Gustavo Petro y con la primera dama, Verónica Alcocer.
Foto compartida por Máximo Noriega (derecha) el día del cumpleaños del presidente Petro. Foto:@Maximo_NoriegaR
De hecho, aunque en la Costa conocen a Noriega como una especie de ‘padrino político’ de Nicolás Petro, su amistad con el hoy Presidente de la República es reconocida desde hace años. Tanto así que en 2019 el entonces senador Gustavo Petro estuvo de acuerdo con que fuera él el coordinador de la fallida campaña de Nicolás a la gobernación del Atlántico.
Derrotado por Elsa Noguera, el hoy delfín presidencial y Noriega fueron claves en la campaña del Pacto Histórico en toda la Costa el año pasado. Y todo estaba listo para que Noriega fuera por la gobernación hasta que se atravesó la pelea conyugal de Nicolás y Day Vásquez, que fue el detonante del escándalo.
Nicolás Petro, hijo del presidente Gustavo Petro, en audiencia de imputación de cargos. Foto:AFP
Paradójicamente, la cercanía con Nicolás Petro, que le fue tan útil en los últimos años, terminó convirtiéndolo en una ficha desechable para el Pacto. Así, el hombre que ocupó cargos claves en la alcaldía de Gustavo Petro y que una década después seguía teniendo línea directa con la actual pareja presidencial se quedó sin aval.
El 29 de julio Eduardo Rafael Noguera, delegado del secretario general de Colombia Humana, le pidió a la Registraduría revocar la candidatura de Noriega.
Lo que deja ver esa movida es que al parecer el mismo Pacto Histórico –que recoge a los partidos en coalición– está fragmentado en el Atlántico, con rencillas en las que Noriega terminó por fuera del camino y, en cambio, Alfredo Varela (de la Alianza Verde) se quedaría con el apoyo para gobernar el departamento.
El portazo para Máximo Noriega fue mayor si se tiene en cuenta que horas antes de haberle revocado el aval, la misma Colombia Humana se lo había ratificado, lo que generó un caos en la inscripción que terminó con la renuncia del dirigente a esas banderas, y a anunciar medidas jurídicas en contra.
Tal fue el nubarrón por esos días en la inscripción de candidatos del Pacto Histórico para las regionales, que Gustavo Bolívar, aspirante a la Alcaldía de Bogotá, sin mencionar el caso específico del Atlántico, cuestionó la forma en la que se procedió para la entrega de avales.
¿Habrá colaboración?
El reversazo en el aval a Máximo Noriega se conoció justo en el momento en que Nicolás Petro Burgos fue capturado por agentes del CTI de la Fiscalía, por los delitos de enriquecimiento ilícito y lavado de activos.
Con el ventilador del exdiputado Petro prendido en la Fiscalía, Máximo Noriega se decidió a enviarle una carta al ente acusador el viernes pasado para que le permita “aclarar” varios hechos que han salido a la luz por el escándalo.
El oficio fue conocido por EL TIEMPO, y en él, Máximo Noriega dice, a través de su abogado Rodríguez Bernier, que “en forma expresa y voluntaria se presenta ante su despacho, informando que renuncia a su derecho constitucional a guardar silencio y rendir interrogatorio”.
Entre los episodios que tendrá que aclarar está, por ejemplo, los alcances de los chats en los que Nicolás y Day coordinan una supuesta cita con él para “recibir una plata” que se les había olvidado llevar en un bolso.
Por todas las pruebas reveladas en las audiencias y ante el escenario altamente probable de terminar salpicado por las confesiones de sus amigos, Noriega incluso le pidió a la Fiscalía que lo oiga antes de cualquier medida contra su libertad, y le dijo que no sería necesario adelantar ningún allanamiento en su contra.
Según esa misiva, “ante la presentación voluntaria, libre, espontánea, del ciudadano con la determinación y deseo de colaborar con la investigación” no se justificarían acciones judiciales de carácter punitivo, en consideración de la defensa del dirigente político de la costa Caribe.