Tras casi siete años de estancamiento en el proceso judicial por el saqueo de los bienes incautados a la mafia, el exdirector de la liquidada Dirección Nacional de Estupefacientes Carlos Albornoz se vio este miércoles cara a cara con su antiguo protegido y ahora principal testigo en su contra: el exfiscal Camilo Bula.
Bula terminó como depositario y liquidador de bienes de extinción de dominio nombrado a dedo por Albornoz. Ahora paga 18 años de prisión por las maniobras ilegales para vender por debajo del precio del mercado millonarias propiedades incautadas.
En la audiencia contra Albornoz (que tras casi tres años detenido en una instalación policial quedó en libertad por vencimiento de términos), Bula aseguró que la venta del centro comercial Villa Country en el 2009 en Barranquilla se acordó por debajo de la mesa con los compradores (Fedco), y que por esas gestiones tanto él como Albornoz recibieron millonarios sobornos.
Puedo decir que al doctor Albornoz se le dieron sus 800 millones (...) Yo también recibí una comisión de éxito
Puntualmente, dijo que el exdirector de la DNE recibió $ 800 millones en varios contados, y documentó a petición de la Fiscalía encuentros clandestinos supuestamente realizados para agilizar esos pagos. “Nos pusimos de acuerdo con los compradores del centro comercial para que no oscilara esa venta por valor comercial superior a la plata que ellos nos estaban ofreciendo (...). Cuando (se) ofrece la comisión, nosotros le manifestamos a Albornoz que no teníamos problema siempre y cuando se manejaran las cosas (...)”, dijo.
Y agregó: “Puedo decir que al doctor Albornoz se le dieron sus 800 millones en varios contados (...). Yo recibí igualmente una comisión por éxito”. Bula aseguró además que la mitad de la plata de comisión legal que recibiría la inmobiliaria que llevó a cabo la venta terminó en manos de la red de funcionarios públicos corruptos.
El testigo dijo que aunque se suponía que tenía que darle cuentas a una comisión auditora de la DNE, su línea siempre fue directa con Albornoz. También habló de una cita en un centro comercial de Miami, para hablar del manejo clandestino de los bienes que terminaron feriados. La Contraloría dice que por la sola venta de Villa Country –en la que además se habrían movido redes de corrupción para cambiar normas urbanísticas y enmascarar el verdadero valor del bien–, la Nación tuvo un detrimento de 4.000 millones, pues costaba 22.000 millones pero se vendió por 18.362.
En total, las coimas a los de la red habrían superado los 2.000 millones por ese solo negocio, según Bula. En la audiencia afirmó que Albornoz tuvo tres reuniones con los compradores, supuestamente para garantizarles que se harían los pagos. Una de ellas, afirmó, se realizó en la sede del grupo Fedco en Bogotá. Su presidente, Leo Eisenband Gottlieb, está emplazado por la Fiscalía para imputación de cargos por supuestos sobornos. Esa audiencia tuvo que ser reprogramada porque este miércoles el empresario llegó sin abogado.
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