Una serie de 50 interrogantes se planteó este lunes en su columna de EL TIEMPO el periodista Juan Lozano sobre la muerte del
coronel Óscar Dávila Torres, quien s
egún la versión oficial se suicidó con un disparo en la sien.Dávila Torres, adscrito a la seguridad de la Presidencia de la República, fue encontrado dentro de su carro, una camioneta Nissan Frontier, de placas FWX914, hacia las 7 la noche del pasado viernes 9 de junio.
Frente al tema, Lozano se preguntó si en verdad fue un suicidio o un asesinato y cuestionó la rapidez con la que se determinó que el alto oficial se quitó la vida.
“¿Quién es la luminaria forense que logró dilucidar en tiempo relámpago el asunto para determinar con contundencia que fue un suicidio, practicar las pruebas de balística, examinar el cadáver, descartar cualquier otra hipótesis, estudiar la escena, conseguir el dictamen de Medicina Legal e informar al Presidente el resultado para que este, a su turno, se lo comunicara por sus redes sociales al país? ¿Podrá aplicar para ganarse el Guinness Record a la velocidad forense?”, escribe Lozano.
“¿Quiénes podían albergar temores por las declaraciones del coronel a la Fiscalía? Si ya había expresado su decisión de colaborar con la Fiscalía... ¿qué había alcanzado a decir? ¿Quiénes sabían que ya había radicado su carta en la Fiscalía? ¿A cuáles “altos funcionarios de la Presidencia” se refería en su carta, pues hasta la fecha, entre los funcionarios de Palacio, solo se había hablado de Laura Sarabia?”, señala.
También se pregunta por qué ‘el estafeta del coronel' dejó su arma dentro de la camioneta. “¿Acaso no es obligación que siempre porten sus propias armas? ¿Por qué el coronel no habría usado su propia arma? ¿Por qué dentro del carro?"
Y se cuestiona sobre el futuro del escándalo desatado tras la filtración de unos audios donde el ex senador Armando Benedetti
insinúa una posible financiación irregular en la campaña presidencial que llevó a Gustavo Petro a la Casa de Nariño.“¿Sabremos algo real acerca de la financiación de la campaña? ¿Se volaron los topes? ¿Llegó dinero de Venezuela, del narco o de la corrupción? ¿Cómo está la cosa con Maduro? ¿Tiene algo que ver Maduro en este enredo? ¿Y la DEA?”
Finalmente, el columnista hace un llamado a dejar que “la mala política hunda al país” y a evitar “caer en la trampa de los odios y las retóricas incendiarias. Nuestro foco debe ser el bienestar de Colombia, caiga quien caiga en estas investigaciones”.
REDACCIÓN ELTIEMPO.COM