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Los dudosos diplomas de director de revista que golpeó a periodista
Gustavo Castro aparece como director de una universidad que no tendría reconocimiento del Gobierno.
Esas son las tres palabras con las que Hernán Gustavo Castro Alcárcel se describe en la página de la revista Congreso, que él dirige, publicación impresa y digital que ya va por su edición número 66.
Castro, quien quedó en el ojo de la opinión pública este lunes por un video que se compartió en redes sociales y en el que se le ve agrediendo a una periodista que había ido hasta su oficina para cobrarle su salario, figura en su página como un empresario colombiano que trabaja en la asesoría de comunicaciones.
Tras la denuncia pública, Castro estuvo detenido varias horas en una URI por el delito de lesiones personales.
Luego recuperó su libertad porque un juez consideró que la detención no se hizo en flagrancia (en el momento de la agresión) y porque se están buscando más pruebas, así como a otras personas a quienes supuestamente les habría quedado debiendo por su trabajo, y que serían víctimas del cuestionado director de la revista Congreso.
Contra Castro ya se inició un proceso penal que se hará por el sistema abreviado y en el que la Fiscalía deberá radicar la acusación en su contra en los próximos días.
Tras el escándalo, uno de los primeros en pronunciarse fue el Congreso de la República, que negó tener alguna relación con la revista de Castro, y aseguró que su medio no hace parte de la institución.
Y aunque la revista de Gustavo Castro, en efecto, no es la oficial del legislativo, sus nexos con esa institución y con congresistas hacen que se mueva como pez en el agua por la vida política.
Esa cercanía con el servicio público y su constante asistencia a los eventos del Ejecutivo y Legislativo ha quedado registrada en las numerosas fotografías que hay de Castro en la red, en donde aparece posando con reconocidos políticos, entre ellos expresidentes.
En su web, Castro aparece como el director de la revista desde hace 15 años, plataforma en la que publica temas sobre el Congreso, la Presidencia, las altas Cortes y las Fuerzas Armadas.
En el portafolio de servicios, en el que la revista dice que tiene 5.000 suscriptores, ofrece promociones y descuentos para quienes quieran pautar en el medio de comunicación, así como "entrevistas, reportajes, y todo el apoyo periodístico para que su marca o empresa se destaque".
En la misma página de la revista aparecen más datos y documentos del perfil de Hernán Gustavo Castro. Por ejemplo, dice que es licenciado en comunicación social y periodismo de Logos International University.
El diploma de licenciado de Gustavo Castro. Foto:Archivo particular
Esta universidad se describe como una "Institución de Educación Superior Religiosa Autónoma, independiente e innovadora que propicia la tolerancia, el pluralsimo, el respeto y la moral".
Su sede principal, según figura en su página web, está en la Florida, Estados Unidos. Y en la misión del centro educativo para el 2020 aparece que será la primera institución norteamericana "sin ánimo de lucro, ubicada en el nororiente colombiano, en ofrecer un amplio portafolio de servicios educativos virtuales de talla mundial".
Según la página de la revista Congreso, Castro fue rector honorífico de ese centro educativo. El nombramiento lo hicieron el tres de octubre del 2017 la junta directiva de Logos International University y su presidente, el sacerdote Édgar Eduardo Prada, quien tiene cédula de Bucaramanga, según dice en los papeles de la página.
Gustavo Castro es nombrado como rector de Logos International University. Foto:Archivo particular
En el 2015 el alma máter de Castro quedó en la lupa luego de que el entonces superintendente de Notariado y Registro, Jorge Enrique Vélez, aseguró que el Gobierno no reconocía a esa entidad con el estatus de universidad, ni convalidaba los títulos de sus egresados, perjudicando a decenas de personas que invirtieron dinero y tiempo en la institución.
En ese momento se cuestionó a la universidad por no tener un criterio válido para certificar su plan de estudios, críticas a la que el presidente Édgar Prada respondió diciendo que, como los parámetros académicos del centro educativo son de Estados Unidos, pueden resultar confusos para el país.
Sin embargo, en la época el Ministerio de Educación señaló que la supuesta universidad no aparecía en las bases de datos del Departamento de Educación de los Estados Unidos y, por lo tanto, no tenía capacidad legal y jurídica para emitir títulos de educación superior.
Así figura en la respuesta que el Ministerio de Educación le entregó a uno de los afectados cuando no se le convalidó su título de psicólogo.
Resolución en la que el Ministerio de Educación no reconoce a Logos International University. Foto:Archivo particular
El hecho generó todo un revuelo pues varios reconocidos políticos habían recibido títulos de la universidad, entre ellos, Richard Alfonso Aguilar, entonces gobernador de Santander, y hoy senador de la república. En el 2012 Aguilar recibió el título de doctor honoris causa en Derecho Internacional Humanitario y istración Pública de la Logos University.
Otro de los beneficiarios con el doctorado exprés fue el entonces alcalde de Bello, Antioquia, Carlos Alirio Muñoz López, quien en el 2014 consiguió graduarse como doctor en istración pública de la cuestionada universidad.
Los títulos y condecoraciones
Pero además de posar como rector de la cuestionada Universidad, jurisconsulto y periodista, Castro asegura en sus redes sociales que es abogado de la Universidad La Gran Colombia de Bogotá, politólogo y expresidente del Movimiento Político Ciudadano de Barranquilla.
Castro nació en la capital del país en 1959, y en su perfil de Facebook afirma que es asesor jurídico externo del Congreso. Dice que en Miami lo condecoraron con la 'Gran Cruz Comendador', y que la Cámara de Representantes le entregó el reconocimiento de la Orden de la Democracia 'Simón Bolívar'.
Además, asegura Castro, el Concejo de Bogotá también reconoció en su momento sus buenos servicios y "su importante aporte periodístico en temas económicos, políticos y sociales de la ciudad capital".
Y es que desde la revista Congreso -que tiene un costo de 12.000 pesos- Castro le ha dado tribuna a diferentes personalidades de la vida pública. Por ejemplo la última edición de la revista, la número 66, tiene en la portada a Celinea Oróstegui, directora ejecutiva de la Rama Judicial, a quien le hizo una entrevista.
Oróstegui es uno de los polémicos poderes del Consejo Superior de la Judicatura, donde se ha sostenido por más de una década.
Portada de la revista Congreso Foto:Archivo particular
En esa revista Castro, hoy acusado de lesiones personales, hizo una editorial sobre la paz, afirmando que había que apropiarse del proceso desde diferentes ámbitos, haciendo un llamado a "aceptar, respetar y tolerar".
Otros de los personajes que, según la revista, han hecho parte de sus portadas es el comandante del Ejército Nicacio Martínez, recientemente ascendido en el Congreso y quien en los últimos días ha desatado polémica por señalamientos en su contra que lo vinculan con supuestos falsos positivos hace más de una década, así como con una polémica directriz en las Fuerzas Militares que pedía incrementar las bajas.
Pero además de sus publicaciones en la revista Congreso, Castro tendría otros nexos con la política y con el legislativo.
En junio del 2018 figuraba en las listas del Congreso de la República como uno de los aspirantes para el cargo de secretario de Comisión. Un mes después aparece en la lista de los que cumplieron los requisitos para ocupar dicho puesto. Y en agosto del 2018, en una revista de la Asociación Internacional de Lanceros, se describe a Hernán Gustavo Castro Alcárcel como "secretario general de la Comisión Segunda del Senado".
Otras denuncias contra Gustavo Castro
El proceso que se iniciará en su contra por lesiones personales no es el primero por el que Hernán Gustavo Castro ha tenido que responder ante la justicia.
En marzo del 2008 la Fiscalía precluyó una investigación que tenía desde el 2006 contra Castro y ordenó el archivo de un proceso que se había iniciado en su contra por acaparamiento, especulación y otros delitos por usurpar marcas y patentes.
Y en el 2009 se volvió a iniciar otra investigación en su contra por un fraude mediante cheque. Para el 2012 la imputación había sido aplazada varias veces porque Castro y su abogado no asistían a las audiencias. Aunque en agosto de ese año le imputaron cargos por fraude procesal y emisión y transferencia ilegal de cheque, delitos que Castro no aceptó.
En el 2015, el juzgado 23 penal municipal anunció el sentido de fallo condenatorio contra Castro y lo condenó a 18 meses de prisión. Pero la defensa apeló y en septiembre del 2015 el Tribunal Superior de Bogotá dijo que la acción penal por el delito que se lo había condenado ya había prescrito, por lo que ordenó precluir el proceso contra Castro.