Las voces de las mujeres en los conflictos se alzan en la cámara de Judith Prat

La fotografía transformó la vida de la española Judith Prat Molet, quien inició su trayectoria profesional, denunciando graves violaciones de derechos humanos, desde su rol de abogada. La cámara y la conciencia del poder de la imagen volvieron imparable a Prat en su vocación de contar las injusticias y las violencias que viven las mujeres de todo el mundo en contextos de conflicto.

Como fotoperiodista ha alzado las voces de las mujeres en las guerras del Congo, Yemen y Siria. También ha documentado la tragedia de las niñas reclutadas por el grupo yihadista nigeriano Boko Haram, entre otros conflictos.

La aragonesa, que ha recibido múltiples galardones por sus fotografías y que en 2023 lanzó un documental sobre la victimización de las mujeres por la brujería, fue una de las invitadas especiales a la conmemoración del Día Nacional por las Víctimas de Violencia Sexual, evento en el marco de las actividades impulsadas por la campaña 'No es Hora de Callar', liderada por la editora de género de EL TIEMPO Jineth Bedoya.

"Estudié derecho, me especialicé en derechos humanos y comencé a viajar a los 26 años con organizaciones internacionales documentando violaciones de derechos humanos. Cuando volvía de los viajes pensaba 'si la gente pudiera ver lo que yo he visto entenderían mejor lo que yo trataría de contar y denunciar'. Así que comencé a pensar en la fotografía como una herramienta al servicio de mi trabajo. Y me puse a estudiar fotografía documental. Y la fotografía al principio estaba al servicio de mi trabajo como abogada. Lo que pasa es que ella fue ganando espacio en mi vida, tomando fuerza y acabó convirtiéndose en mi lenguaje más natural. En mi profesión. Y aquello que hacía como abogada he seguido haciéndolo como fotógrafa. Simplemente cambié la herramienta"

"Mi primer viaje documentando violaciones de derechos humanos fue en las cárceles de Venezuela donde documentábamos la situación de los presos. Curiosamente, años después, mi primer reportaje fotográfico serio fue en una cárcel de Panamá,  la misma temática con la que me inicié en los derechos humanos. Y  fíjate que íbamos a montar una exposición en la cárcel La Modelo de Bogotá que para mí era un poco como un resumen de mi profesión"

"La realidad es que las violaciones de derechos de las mujeres se dan en todo el mundo. En países desarrollados también están asesinando mujeres. Se están asesinando mujeres por violencia machista en España.  Durante varios años he cubierto conflictos armados y ahí descubrí muy pronto que las mujeres sufrían muchas más violencias que el resto de la población. Estoy hablando de contextos y lugares muy distintos. Pero en todos ellos se utiliza la violencia sexual contra las mujeres como arma de guerra. Las mujeres sufren la violencia general del conflicto, pero además sufren la violencia sexual como arma de guerra y después el estigma por haber sufrido esa violencia sexual como si hubieran podido elegirlo. Las mujeres sufrían de una doble violencia, luego el estigma como una tercera violencia y ahora ya hablo de una cascada de violencia que sufren"

"La exposición que vamos a poder ver se titula 'Boko Haram, una guerra contra ellas". Las mujeres nigerianas sufrían toda una cascada de violencia. Hay violencias que no percibimos como tales pero que son extremadamente importantes. Lo que ocurría es que Boko Haram, como renegaba de la educación para las mujeres, secuestraba a muchas niñas que iban a la escuela.  ¿Y qué hicieron las familias inmediatamente? pues sacar a las niñas de la escuela. Eso que en principio no se percibe como una violencia pues en realidad lo es, y es muy grave, porque se estaba condenando a toda una generación de niñas, en el noroeste de Nigeria, al analfabetismo y por lo tanto a la violencia y a la pobreza futura. Esa violencia la vemos en todo tipo de conflictos, en diferentes países, con diferentes causas. La he visto en el Congo, en Nigeria, en el Kurdistán, en un montón de lugares donde se producen conflictos"

"Han sido muchísimas, quizás la guerra del Congo por la duración, tantísimos años de guerra con unas consecuencias brutales para la población. Precisamente ahora hay un repunte muy fuerte de la violencia en la República Democrática de El Congo. Ese país que tiene el 80% de las reservas mundiales de Coltán, ese mineral estratégico y que el control de las minas está detrás de esa violencia que sufre la población. O Yemen, una guerra absolutamente silenciada porque es prácticamente imposible entrar al país. Están en guerra desde 2014, si no me equivoco. Yo conseguí entrar en 2018 pero no he podido volver desde entonces, es muy difícil. Las diferentes facciones no permiten la entrada al país. Y sabemos poco de lo que está pasando. Que es quizá lo peor que puede ocurrir, cuando no podemos contar lo que ocurre y en realidad creo que la labor del fotoperiodista, de los periodistas, es tratar de contar aquello que no quieren que contemos. Hay muchos escenarios donde lo que está ocurriendo es muy grave y no está en las primeras páginas de los periódicos. El silencio es lo peor que puede ocurrir en una población que sufre un conflicto".

"Las mujeres cuando trabajamos como fotoperiodistas en estos contextos tenemos que enfrentarnos a la violencia general del conflicto y a una violencia específica, que es la violencia  machista que nos persigue allá donde vayamos. También en nuestro día a día, algo que los compañeros no tienen, ¿no? tenemos los mismos riesgos que los compañeros y además el riesgo de sufrir esa violencia machista, esa violencia sexual. En ese sentido yo he tratado de protegerme. Pero hay una parte del riesgo que debes asumir, sin duda alguna. Pero no me he encontrado en una situación especialmente complicada, creo que he sido afortunada"

"A mí me han expulsado del Sahara Occidental por tratar de contar las violaciones de derechos humanos del gobierno marroquí contra la población Saharawi. Me han quitado las tarjetas de las cámaras en Turquía por intentar contar la violencia de la policía de Erdogan contra el pueblo Kurdo. No he podido entrar en Yemen por muchos años porque se impedía la entrada a la prensa en el país. Así que cuando tantos poderes intentan que no hagamos nuestro trabajo, para mí es la confirmación que nuestro trabajo es necesario"

"En Colombia, como en muchos otros países donde la violencia es bastante generalizada, las mujeres también la sufren de manera especial. Vemos cómo ahora mismo estamos estos días celebrando el día nacional por la dignidad de las mujeres víctimas de violencia sexual. La pelea de Yineth Bedoya en instancias internacionales para denunciar este tipo de violencias ha sido fundamental para que el Estado colombiano reconozca que esta violencia existe  y además tome las medidas necesarias para la reparación, la dignidad y la resignificación de tanto dolor que hemos sufrido las mujeres"

"Cuando fotografío mujeres en estos contextos no veo víctimas. Fotografío sobrevivientes, mujeres valientes, capaces de sobreponerse a toda la violencia vivida. Además son las que están proponiendo alternativas a esa violencia. Para mí son ejemplo de inspiración para mi propia vida. Yo no sería la misma mujer que soy hoy si no las hubiera conocido a lo largo de mi carrera. Tenemos que incorporar sus relatos al nuestro. Si no lo hacemos estamos contando mal las cosas. La historia del siglo XX la han contado hombres blancos de clase media o alta. La voz de las mujeres es necesaria y la historia tenemos que contarla también nosotras"