Premio No Es Hora De Callar a las Mujeres Periodistas extiende plazo de inscripciones

El Premio No Es Hora De Callar a las Mujeres Periodistas 2024 —en su cuarta edición— extendió su plazo de inscripción hasta el próximo viernes 5 de abril. El formulario de postulación está disponible. 

La campaña contra las violencias de género, creada por la periodista Jineth Bedoya Lima, con especial atención en la violencia sexual, ha realizado acciones de incidencia nacional e internacional desde su creación, en septiembre del 2009.

Una de las acciones ha sido el Premio No Es Hora De Callar a las Mujeres Periodistas, que, junto a EL TIEMPO y con el apoyo de ONU Mujeres, ha reconocido cinco trabajos periodísticos con enfoque de género desde el 2020, año de su primera edición.

(Quizá le interese el Documental: Las mujeres de la Sierra, entre el silencio y la impunidad)

Las periodistas que quieran postular sus proyectos pueden estar vinculadas a medios de comunicación nacionales —públicos o privados—, alternativos, comunitarios, independientes y universitarios.

Las ganadoras han investigado problemáticas que afrontan las mujeres en comunidades indígenas, seguridad, el ámbito de la salud obstétrica y en los estadios de fútbol como fanáticas del deporte, entre otras. Estos trabajos fueron presentados en formatos audiovisuales, de texto y digitales.

La convocatoria de la cuarta edición está oficialmente abierta. Las mujeres periodistas, de forma colectiva o individual, pueden presentar sus propuestas de trabajo hasta el viernes 5 de abril, teniendo en cuenta las siguientes indicaciones:

El producto final circulará por todas las plataformas de la Casa Editorial EL TIEMPO, brindándole visibilidad al trabajo ganador.

La iniciativa de promover, estimular y premiar propuestas periodísticas con enfoque de género, surgió luego de que Jineth Bedoya Lima —creadora de No Es Hora De Callar y editora de género de EL TIEMPO— recibiera el Premio Mundial de Libertad de Prensa Guillermo Cano de la Unesco, en abril del 2020.

La última periodista premiada fue Juliana Ruiz Marín, comunicadora de la Universidad de Antioquia. Su propuesta, "Hinchadas feministas en Colombia”, logró documentar las distintas situaciones que viven las mujeres que conforman barras o que, simplemente, asisten al estadio y alientan con fervor a un equipo de futbol.

Este trabajo, que se encuentra en el canal de YouTube y las redes de EL TIEMPO, se puede buscar como ‘Sin nosotras, nunca más’, bajo el formato audiovisual de documental.

En el 2023, se registró más de un feminicidio por día en Colombia, según la fundación Pares. Los delitos que anteceden a este crimen suelen ser la violencia física, la psicológica, la económica, la patrimonial y la sexual.

Respecto a la violencia sexual, el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses reportó que, en el 2023, se hicieron diariamente 58 exámenes de medicina legal por presunto delito sexual (según informe de enero a noviembre).

En el marco del conflicto armado colombiano, la violencia sexual fue y sigue siendo empleada como un arma de guerra, según el informe final de la Comisión de la Verdad, reseñado en el volumen 'Hasta la guerra tiene límites'.

"Los diferentes actores armados que han formado parte del conflicto en Colombia cometieron violencias sexuales. El cuerpo de las víctimas se transformó en un campo de ejercicio de poder violento y su apropiación se convirtió en una estrategia de guerra implementada para imponer o mantener diversos tipos de orden moral, económico, militar, social o político", se lee en el capítulo sobre violencia sexual.

Por otro lado, en Colombia y otros países del mundo, los y las periodistas son víctimas de diversos ataques, los cuales pretenden, por lo general, frenar sus investigaciones o censurarles.

Según la Relatoría Especial de Libertad de Expresión (Rele), la forma más extrema de censura a un periodista es el asesinato, pero le siguen el exilio forzado y el encarcelamiento. Sin embargo, para este organismo —fundado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en 1998— también resulta preocupante la violencia digital y las demandas tácticas para impedir el ejercicio periodístico, reconocidas como las nuevas estrategias para censurar reporteros.

El panorama para las mujeres que deciden dedicarse al periodismo es aún más desalentador, y no se puede normalizar. En el libro ‘Voces de mujeres: Periodistas valientes’, Jineth Bedoya Lima recopiló la historia de nueve reporteras que fueron víctimas de violencia sexual mientras ejercían su profesión. La mayoría de ellas eran reporteras de guerra.

Lara Logan, de Sudáfrica. Caroline Sinz, de Francia. Mona Eltahawy, periodista egipcia-estadounidense. Hania Moheeb, de Egipto. Lydia Cacho, de México. Lynsey Addario, de Estados Unidos. Jenny Nordberg, de Suecia. Michelle Rivalcoba, también de México. Gretchen Carlson, estadounidense.

Es una realidad —reconocida internacionalmente— que la guerra atraviesa los cuerpos femeninos. Por eso, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas reconoció que la guerra tiene una afectación desproporcionada en la vida de las mujeres, a través de la Resolución 1325 del 2000.

Este acuerdo internacional insta a que en todos los procesos de paz se garantice la protección, la participación, la prevención y la reparación de las mujeres, adolescentes y niñas afectadas por los conflictos armados.