Boletos Qubit es un emprendimiento caleño que aplica la inteligencia digital a la forma de comprar tiquetes para facilitar el proceso a los clientes, además de hacerlo más seguro y libre de fraudes.
Lina Sánchez, es la Chief Technology Officer de esta iniciativa que está en crecimiento y, como lo describe su página web, tiene la misión de “llenar estadios y conectar a las personas desde cualquier parte del mundo con la diversión, la cultura y el deporte”.
El de Lina es uno de los 40 casos de mujeres que lideran emprendimientos de alta tecnología en Colombia, Ecuador y Perú, y que han apalancado su talento con el apoyo del programa Start Path Empodera, auspiciado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional USAID y Mastercard, en un periodo de dos años.
Pese a que el terreno del llamado sector ‘fintech’, es uno liderado en su mayoría por hombres, el liderazgo de Lina y las otras 39 mujeres, sumado al espaldarazo por parte de dos destacadas organizaciones internacionales , lo que hace es visibilizar que sí es posible una transformación que le apueste a la inclusión en este campo, gracias al efecto multiplicador de estas emprendedoras que inspiran a nuevas generaciones.
“El campo de la tecnología prosperaría más si hubiese más mujeres porque nosotras tenemos la habilidad de estandarizar rutas y poner orden, además de establecer procesos, entre otras cosas, lo que hace que todo sea más eficiente, más barato y hasta más estético”, indica Lina quien, además, advierte que el conocimiento es la mejor herramienta a la hora de contrarrestar tabúes.
“Al principio, cuando se trata de crear el equipo, las personas que llegan son escépticas de que sea liderado por una mujer, pero en términos generales el conocimiento habla más que otra cosa . Cuando uno habla con desarrolladores y ellos se dan cuenta de que tengo el conocimiento, ser mujer pasa a segundo plano”, explica.
Para ella, el programa de Start Path Empodera lo que ha logrado es hacer que las mujeres muestren lo que están haciendo.
“Lo que pasó fue que se combinó mi conocimiento con el empoderamiento y eso hizo que mi liderazgo fuera superior al que tenía antes. Eso se ve en los resultados de la empresa porque se nos abrieron más puertas y si bien antes vendíamos para eventos pequeños y ahora lo hacemos para eventos medianos, ya estamos hablando con productores de eventos grandes. Esa es nuestra proyección del segundo semestre”, apunta la líder de Qubit.
Según ella, contar con el apoyo de Mastercard ha sido decisivo en su tipo de negocio. “Es como tener un sello de respaldo y eso hace que ese ecosistema crezca y que le dé más sensación de seguridad a las personas. Por ser una empresa web3, en Mastercard nos conectaron con una división especializada en este campo y esa sinergia es relevante porque no es lo mismo que estés haciendo proyectos en web3 por tu cuenta a que lo estés haciendo con Mastercard”.
Se combinó mi conocimiento con el empoderamiento y eso hizo que mi liderazgo fuera superior al que tenía antes. Eso se ve en los resultados de la empresa porque se nos abrieron más puertas
Melissa Penagos es de Medellín y también lidera un emprendimiento tecnológico llamado BeeData, basado en la inteligencia de los datos, que le apunta a optimizar los procesos de las empresas utilizando esta herramienta. Melissa agradece el acompañamiento de Start Path Empodera, al tiempo que invita a que cada vez sean más las mujeres que se sumen a estas iniciativas tecnológicas porque su experiencia le ha demostrado que sí es posible lograr el éxito en este campo.
Con ella coincide María del Mar Palau, CEO de Bankamoda, emprendimiento que da facilidades de crédito digital a la industria de la moda, pero específicamente a las pequeñas unidades de negocio en el sector como costureras y sastres, entre otros.
Gracias a Bankamoda, explica esta mujer, muchas de las personas que se sentían excluidas de la posibilidad de préstamos, ya fuera por los trámites, los requisitos o los documentos engorrosos, han encontrado una oportunidad.
Para ella, uno de los factores a destacar de Start Path Empodera es que, “se trata de un escenario que posibilita y no es el típico espacio de competencia sino que nos da el poder de creer, de crear y de transformar desde la cooperación”.
Esto sumado al acompañamiento constante, que destaca Angélica María Santos, la directora de ‘Yo soy’, una plataforma que busca conectar oportunidades de trabajo con población vulnerable. “Con Start Path Empodera solo tengo agradecimiento, los mentores que he tenido en este espacio son inteligentes, brillantes, y me han llevado a entender el modelo”, apunta Angélica.
Resultado del proceso de dos años, USAID y Mastercard destacan ocho aprendizajes. El primero de ellos es que sí se requieren programas de aceleración con enfoque de género, y en este punto es fundamental ofrecer contenidos relacionados con liderazgo y empoderamiento, especialmente en un sector en el que los clientes y los inversionistas tienen sesgos frente a empresas tecnológicas lideradas por mujeres, al ser una industria en la que predomina el talento masculino.
Se trata de un escenario que posibilita y no es el típico espacio de competencia sino que nos da el poder de creer, de crear y de transformar desde la cooperación
El segundo es el de entender las necesidades puntuales de los emprendimientos, con contenidos personalizados y no estandarizados.
Como tercer punto está el de la premisa de que, más que acelerar compañías de mujeres, el ecosistema como tal debe tener más mujeres, con medidas específicas como la del «scoring» alternativo, es decir, herramientas que evalúen sin sesgos de género la capacidad financiera de mujeres emprendedoras. El programa destaca que, “se requieren programas que no solo acompañen a las emprendedoras sino que impacten al resto del ecosistema, en aras de cambiar la mentalidad de un entorno en el que predominan lógicas masculinas”.
Como cuarto punto está el que apunta a que el liderazgo de las emprendedoras no necesita emular el de los hombres, en tanto las mujeres que emprenden tienen características potentes y distintivas, con preguntas profundas como, por ejemplo, cómo contribuir a un mundo mejor. Esto sumado al quinto punto, que le apuesta al “coopetir” en lugar de competir.
“Descubrimos que las emprendedoras propician ambientes de sororidad en los que predomina la empatía y la voluntad de cooperar, a diferencia de programas en donde es recurrente la competencia entre hombres que destacan de sí mismos más fortalezas que dificultades”, explica el programa.
El sexto punto se refiere al respaldo global de Mastercard y de USAID, que contribuye no solo a que los demás crean en ellas sino que también lo hagan ellas mismas. El séptimo aprendizaje es el de saber que involucrar a los equipos de cada emprendimiento multiplica los beneficios, con base en la inclusión y la diversidad.
El octavo y último punto le apunta a entender que, incluso entre países equivalentes, los ecosistemas son universos diferentes, por lo que el nivel de evolución del emprendimiento en cada país es único y difícilmente se compara entre economías que, a primera vista, puedan asemejarse, y depende además del contexto de cada nación. Sin embargo, también es cierto que hay aprendizajes que pueden viajar entre los países para fortalecer aspectos débiles de ecosistemas vecinos y, así, sumar a la conformación de un mercado regional más atractivo para la industria de las tecnologías financieras.
“Lo que logramos con Start Path Empodera fue crear una red de emprendedoras en tecnología en América Latina, abrir puertas y generar conexiones de valor para el crecimiento de sus negocios y un cambio de mentalidad para apoyar de manera más efectiva el emprendimiento de mujeres”, explica Anu Rajaraman, directora de Usaid/Colombia.
En este momento, y luego de que este programa iniciara en 2020 y desarrollara ya cuatro ciclos de aceleración , se cuentan 40 emprendedoras entre Colombia, Perú y Ecuador.
+CONTENIDO. Un proyecto de Contenidos Editoriales Especiales de EL TIEMPO, con Usaid/Colombia.