La cultura movió la reactivación económica del país

A este Gobierno le correspondió asumir uno de los desafíos más grandes del sector en toda la historia: las consecuencias generadas por la pandemia del covid-19. A través de incentivos, programas, beneficios tributarios y convocatorias logró reactivar las expresiones artísticas y culturales en todos los territorios.

Una vez llegó la pandemia los primeros en cerrar fueron los espacios que eran nuestros puntos de encuentro: salas de teatro, salas de cine, conciertos, bares, restaurantes y el sector del entretenimiento en general. El drama fue real y también la pérdida de por lo menos el 35 por ciento de los empleos en el sector cultural.

“Mi esposa y yo, pese a ser empíricos, decidimos desde hace mucho tiempo ahorrar y eso, más las ayudas de nuestra familia, fue lo que nos ayudó a superar la crisis, porque fue muy duro, no se vendía nada en el 2020. Por eso estos programas han sido muy buenos, nos reactivaron, reactivaron la música”, cuenta Roberto Gutiérrez, lutier de instrumentos del Tolima.

Ante esta realidad, los proyectos que se habían diseñado al inicio del Gobierno de Iván Duque tuvieron que replantearse y encaminarse, en un primer momento, para enfrentar las consecuencias inmediatas de la pandemia, y, luego, para lograr la reactivación económica.

Mientras los contagios por covid-19 avanzaban, el Gobierno puso en marcha, de manera prioritaria, una ley que buscaba disminuir las cargas económicas de los gestores culturales, a la vez que pretendía identificar diferentes fuentes de ingresos para financiar el sector y reactivarlo.

Así se diseñó la Ley ReactivARTE (Ley 2070 de 2020), que istra y destina los recursos, además de contemplar una serie de medidas para la reactivación del sector cultural y la economía creativa, como la creación de Foncultura, el fondo que promueve el patrimonio, la cultura, las artes y la creatividad, y la estampilla Procultura.

La ley estipuló que las entidades territoriales reintegrarán a dicho fondo los recursos que no se ejecutaron dentro de los términos establecidos de la contribución parafiscal cultural y del Impuesto Nacional al Consumo para Cultura.

Y estableció que los municipios y departamentos que hubieran cubierto el 125 por ciento de su pasivo pensional, podrían financiar, entre otros, programas de construcción y mejoramiento de infraestructura cultural, desarrollo de procesos de formación artística y cultural, adquisición de dotaciones para escuelas de formación y procesos de patrimonio cultural, con recursos recaudados por concepto del 20 por ciento de estampilla Procultura.

La Ley ReactivARTE también logró que 27 actividades culturales y creativas tuvieran una modificación en la tarifa de retención en la fuente del 4 por ciento en los pagos o abonos en cuenta por concepto de honorarios, comisiones y prestación de servicios, con lo que se alivió la carga económica de los artistas y creativos del país.

Por último, ReactiVArte incluyó la creación del Registro Único de Agentes Culturales – Soy Cultura, para identificar los retos y establecer acciones prioritarias a partir del registro de todos los actores del ecosistema. De acuerdo con Angélica Mayolo, ministra de Cultura de Colombia, antes de esta ley no se tenía registro de quiénes eran o qué hacían los artistas y gestores, por eso, a partir de esta herramienta se logró avanzar hacia una caracterización, diagnóstico y acercamiento del sector para enfrentar los desafíos y trazar prioridades.

Es así como haciendo uso de herramientas digitales e internet, Soy Cultura llegó como un espacio para generar consultas y participación en torno a la creación de instrumentos de política pública, además de realizar seguimiento y evaluación a las estrategias implementadas.

Una vez que la Ley 2070 entró en vigencia, fue hora de crear programas que les ayudaran a los artistas, gestores y estudiantes, entre otros, a reactivarse económicamente. Así nació Cultura en Movimiento , un programa que benefició con incentivos a través de diferentes convocatorias a más de 60.000 artistas y gestores culturales con una inversión de 40.000 millones de pesos.

En el marco de esta apuesta se diseñó Jóvenes en Movimiento, un programa icónico para la ministra Mayolo. Ella lo llama “mi gran orgullo” y asegura que es la primera vez en la historia de Colombia que se crea una convocatoria con estas características: dirigida exclusivamente a organizaciones y colectivos de artistas entre 18 y 28 años, que históricamente han estado en desventaja debido a su corta trayectoria y experiencia, en comparación con quienes estaban en la industria hace décadas.

Uno de los beneficiados de este programa es Diego Andrés Tena, que hace parte del colectivo Visión Sonora. Dice que el hecho de competir con personas de su misma edad y con una experiencia similar hizo que fuera más sencillo convertirse en ganador del programa.

“Nuestro proyecto, además de grabar canciones con artistas del caribe colombiano, consiste en entrevistarlos para crear un podcast y vamos muy adelantados en esto. Además, fue un orgullo que el Ministerio nos llamara este año para el lanzamiento de la segunda convocatoria porque les gustó nuestra propuesta”, afirma.

Jóvenes en Movimiento tuvo una inversión de 10.575 millones de pesos en 2021, con las que se ejecutaron 958 propuestas, que beneficiaron 4.584 jóvenes de 321 municipios del país. Para el 2022 la inversión aumentó a 10.000 millones de pesos, que han favorecido a más de 4.000 jóvenes de 878 grupos o colectivos de 31 departamentos.

Otra de las estrategias para la reactivación fue la puesta en marcha de Música en Movimiento, con la que se han entregado 392 dotaciones a escuelas de música de todo el país, gracias a una inversión de 11.000 millones de pesos. Y con Artes en Movimiento, se trabajó de la mano con los entes territoriales para que los artistas y gestores culturales volvieran a darles vida a los espacios públicos.

Olimpo Díaz, uno de los favorecidos con este Movimiento, trabaja desde hace unos 10 años con la Fundación Canto por la Vida como lutier de instrumentos de música llanera en el meta, y celebra que gracias a este programa se reactivó la posibilidad de vender instrumentos de alta calidad para la dotación de escuelas.

“Durante el 2020 tuvimos que cerrar el taller por tres meses y después llevárnoslo a la casa, pero la ayuda del Gobierno nos permitió volver a la realidad y democratizó la posibilidad de acceder a las convocatorias del Ministerio”, explica.

Todos esos programas hicieron posible la reactivación cultural en los territorios, pues promovieron la circulación de presentaciones artísticas y la consecuente entrega directa de un reconocimiento económico para los artistas en 25 ciudades del país, con más de 7.000 millones de pesos invertidos, que beneficiaron 3.000 artistas en expresiones como música, danza, teatro, circo y narración oral.

Gracias a todas estas estrategias, cuando apenas empezaba la reactivación económica —en el tercer trimestre de 2021— se logró recuperar la totalidad de los 522.176 empleos que tenía el sector cultural antes de la llegada del covid-19. Así lo certificó el Departamento istrativo Nacional de Estadísticas, Dane.

Una vez alcanzado ese hito, el impulso permitió romper nuevos récords. Entre enero y junio de 2022, la Ley de Espectáculos Públicos reportó el recaudo más alto desde que fue creada en 2011, con 29.000 millones de pesos.

La ministra Mayolo señaló que esta reactivación fue posible gracias a la confianza institucional y la apuesta decidida del Gobierno por impulsar la cultura. “Uno de los objetivos de este Gobierno era invertir en las industrias culturales y creativas del país, por esto, dejamos el mayor presupuesto asignado en la historia, pasando de 394.000 millones de pesos en 2018 a 571.000 millones de pesos en 2022”, dijo.