La fuerza de la voz

Cada una ha logrado un reconocimiento que empezaron a forjar desde cuando eran niñas. 

Desde los cinco años la voz dulce y el temple de María Alejandra Castillo permitía anticipar que tendría mucho eco. 

Y efectivamente así fue. En los siguientes años ganó 50 festivales infantiles y juveniles. Pero además, su destreza para la ejecución de instrumentos llaneros, la llevó a ganar 17 reinados internacionales de folclor.

Su liderazgo la ha llevado a otros logros. Junto con su pareja y socio de toda la vida, el compositor Gustavo Vásquez, tiene posicionada una de las academias más importantes del Llano como lo es Cabrestero (término llanero que se refiere al hombre que lidera una manada de reses en una jornada de vaquería).

“Recuerdo que cuando inicié -dice María Alejandra-, en la música éramos muy pocas las niñas que interpretábamos el folclor llanero en las diferentes modalidades (voces o instrumentista). Hoy vas a un concurso y la mayoría son mujeres talentosas y muy profesionales. Se ha logrado cambiar de a poco esa mentalidad de que el folclor llanero es machista”.

Con los colegas, “el respeto ha sido mutuo”, agrega. De hecho, cuando se le pregunta que canción le dedicaría a los hombres, sin dudarlo resalta “La inspiración de un llanero”, que compuso el maestro y coequipero Gustavo Vásquez: “La inspiración de un llanero, son las caricias de una mujer campirana, es el murmullo del río, el albor de la mañana, un trago de café cerrero, el cabo'e soga y, los años de experiencia que le tiñeron sus canas”.

María Alejandra también, como productora de espectáculos de gran formato, seguirá caminando el mundo para dar a conocer el folclor llanero, de la mano de la academia Cabrestero y su show ‘Joropo Sin Fronteras'. 

Han estado en Panamá, Venezuela, Perú, Estados Unidos, Chile, Bolivia y México. “Con innovación y pasión”, afirma María Alejandra Castillo, quien ya tiene claro su próximo objetivo: que la academia Cabrestero sea un referente nacional y por qué no internacional en el campo de grandes espectáculos.

A los 12 años Susana decidió que su vida sería cantar porque sentía un ’cosquilleo’ cada vez que tarareaba un joropo, incluso desde cuando sus padres la mecían en una cuna, en su natal Acacías (Meta). 

El mismo pueblo en el que un grupo de seguidores del folclor llanero pagaron en el año 2000 un perifoneo para anunciarle a la gente que la niña acacireña Susana Díaz Chacón participaría en el concurso ‘Pilosos de la música’ que transmitiría Inravisión, hoy RTVC.

La determinación se le acentuó luego de ser elegida como una de las ganadoras del concurso al interpretar ‘Sierra de La Macarena’. 

Ese día Acacías se puso de fiesta. El premio del concurso le permitió grabar en un CD las canciones ‘Sierra de la Macarena’ y ‘Esteros del Camaguán’.

No era su primer premio en la tarima. Susana recuerda que desde muy niña su mamá la estimulaba a que cantara en cuanto concurso o festival llanero hubiera. 

A los 8 años de edad logró su primer reconocimiento cuando participó y ganó el concurso Luis Ariel Rey de Acacías; fue la primera alegría para su mamá que de joven cantaba vallenatos y cumbias en su tierra natal.

Terminó Derecho y luego se especializó en Derecho istrativo. Confiesa que el camino no ha sido fácil para ella y muchas colegas. Siente que el machismo, ha generado muchos prejuicios .

“En unas fiestas de un municipio de Cundinamarca, al bajarme de la tarima en la plaza de toros, un señor me dijo que qué hacía una mujer cantando, que me fuera a lavar platos. La policía le exigió ofréceme excusas y luego se lo llevó al calabozo”, recuerda Susana. 

Por eso dice que las artistas que recién inician “no deben abrumarse ante sesgos absurdos que aún se sienten de algunos sectores de la industria musical, hacia las mujeres cantantes.