En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Creado para

Salvando obras, la apuesta de la Contraloría para rescatar proyectos abandonados

Estos son algunos de los proyectos que, luego de varios años de abandono, ahora funcionan en el país

El CDI Luz de esperanza, de Arjona, Bolívar, este año finalmente comenzó a funcionar.

El CDI Luz de esperanza, de Arjona, Bolívar, este año finalmente comenzó a funcionar. Foto: Zizza Limberti/ Contraloría

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
Gracias al trabajo conjunto de los veedores ciudadanos y la Contraloría General, el CDI Luz de esperanza, de Arjona, Bolívar, finalmente comenzó a funcionar. La obra estaba programada para hacerse en dos años. Pero tardó ocho.
El lugar más feliz de todo Arjona, un ardiente municipio ubicado al norte del departamento de Bolívar, queda a las afueras del pueblo, medianamente escondido. Es una nueva construcción, con pasillos amplios, con salones aireados y con un interesante proyecto pedagógico debidamente justificado, que se basa en la colorimetría. Por eso, cada espacio tiene justificado su propio color.
“A través de esta edificación que tiene cristales, estamos jugando con el color. Cuando el color es atravesado por la luz natural, ejerce unas emociones positivas en el cerebro de los niños y de las niñas”, cuenta la coordinadora pedagógica del Centro de Desarrollo Infantil Luz de esperanza, que atiende a por lo menos 320 niños de familias de muy pocos recursos y quienes viven en zonas periféricas, pero que encontraron allí la solución a todos sus problemas. Por lo menos, los importantes, como quién cuide a sus hijos en ambientes seguros mientras trabajan, que los alimenten como es debido, que les enseñen sus primeros pinos y que en las tardes se los devuelvan felices de la dicha y completamente agotados de todo lo que han corrido, aprendido, jugado y dormido durante el día.
Claro que esto no siempre fue así. Es más, durante cerca de ocho años, el color predominante fue el gris del abandono y ni siquiera estaban correctamente terminadas las ahora coloridas paredes. La obra había comenzado en 2016 y se quedó congelada en el tiempo con problemas en la infraestructura y sin las respectivas instalaciones eléctricas, de gas natural y el servicio de agua. Pero, finalmente, este año se pudo completar todo lo programado para atender a la población.
“A través de su programa Compromiso Colombia, recuperación de elefantes blancos, hizo que el departamento colocara en funcionamiento este CDI”, dijo Osvaldo Moreno, uno de los líderes de la veeduría ciudadana ¡Arjona, basta ya!, quien, de la mano de la Contraloría General de la República, logró que la obra no se quedara inconclusa y ahora sea el lugar más feliz de toda la región.

El orgullo de Cartagena

El nuevo colegio le cambió la vida a los habitantes del Ricaurte, en Cartagena.

El nuevo colegio le cambió la vida a los habitantes del Ricaurte, en Cartagena. Foto:Zizza Limberti / Contraloría

Más de 1.800 estudiantes van a diario al nuevo San Felipe Neri, el megacolegio ubicado en el popular barrio Olaya de Cartagena, que tardó casi diez años en terminarse de construir aunque estaba proyectado para cuatro.
El nuevo colegio le cambió la vida a los habitantes del sector Ricaurte, en el tradicional barrio Olaya, en la Cartagena profunda. Sus habitantes vieron crecer el elefante blanco de 6.493 metros cuadrados, resignados a su triste suerte. No todos, por supuesto.
“Fueron diez años de lucha en que las personas de esta comunidad, los líderes, las lideresas, las juntas de acción comunal, todas las personas se organizaron para que a partir de esos esfuerzos que ellos empezaron a hacer desde hace tanto tiempo hoy en día esto sea una realidad”, cuenta Armando Anaya, el feliz rector del gigantesco colegio que atiende estudiantes en la mañana, en la tarde y en la noche.
La lucha fue sin cuartel, tal como lo explica Adalberto Peralta, veedor y presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Olaya - sector Ricaurte: “Fue una odisea, aquí los padres de familia, los líderes comunales, los dirigentes del barrio tuvimos que salir a las calles para que nos pudieran escuchar”. Salieron a diario, marcharon, protestaron y tocaron puertas, hasta que una de ellas se abrió.
Desde que la obra inconclusa ingresó al programa Compromiso Colombia, la Contraloría General se dedicó en cuerpo y alma a poner de acuerdo a los contratistas con la Alcaldía de la ciudad y la Gobernación de Bolívar. Y aunque sin pausa, poco a poco todos empezaron a jalar para el mismo lado, hasta que a mediados de este año, en un soleado lunes de julio, el San Felipe Neri revivió. “Este es el mejor colegio de Colombia, sin duda, sin duda es el mejor colegio de Colombia y en un barrio marginado”, lo grita a los cuatro vientos el veedor Peralta.
El San Felipe, que costó casi 24.000 millones de pesos, tiene 34 aulas, una gran biblioteca, un salón de bilingüismo, otro de tecnología con 40 computadores, canchas deportivas, zonas lúdicas y barandas amarillas, todo nuevo. Y alimentación incluida.
“Mi vida aquí ha sido feliz, ha sido tranquila… Mis mejores tiempos han sido aquí”, confiesa Tatiana Medrano, la contralora estudiantil que acaba de graduarse como bachiller del San Felipe Neri, el orgullo de los cartageneros que por casi una década soportaron —de forma heroica— que les terminaran de construir su nuevo colegio.
Más Contenido*. Un proyecto de Contenidos Editoriales Especiales de EL TIEMPO con el auspicio de la Contraloría General de la República.

Sigue toda la información de Más Contenido en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.