La compra de segunda vivienda en la Costa Atlántica colombiana ha tenido un repunte durante el último año. Tanto inversores locales como residentes en el exterior y extranjeros, han visto en estos destinos turísticos una gran oportunidad para garantizar ingresos adicionales, sobre todo en proyectos que tengan habilitado el permiso para operar con istración hotelera y que les permita promocionarlos en plataformas de arriendo temporal.
“En lo corrido del año 2022, la vivienda No VIS ha jalonado la actividad inmobiliaria en el Caribe, centrando su mayor venta en este segmento. Santa Marta se posiciona como la de mayor crecimiento porcentual del país en ventas a corte de primer semestre de 2022 y, particularmente, el segmento No VIS ha presentado un incremento de 136 por ciento en la venta con respecto al año pasado”, destaca Javier Quintero, gerente de Camacol Magdalena.
En efecto, esta ciudad es en el Caribe la que más crece en venta de vivienda de mayor rango, que tiene como destino la inversión o segunda vivienda y su posicionamiento se viene dando no solo por su gran atractivo turístico, sino también por la rentabilidad que ofrece en este tipo de inmuebles.
En opinión de Rafael Álvarez, presidente de IC Constructora, “la cercanía a la Sierra Nevada, el contraste de climas y los diferentes atractivos cercanos a la ciudad, hacen de Santa Marta uno de los destinos con mayor potencial para la inversión inmobiliaria, que además se ve favorecida por su precio por metro cuadrado, considerado como el menor de las tres ciudades principales del Caribe”.
De hecho, entre enero y junio de 2022, se han vendido allí 2.525 viviendas No VIS, que representan el 66 por ciento de la venta total de la ciudad. Al mismo tiempo, la oferta del segmento ha incrementado un 34 por ciento, lo que, según Camacol Magdalena, permite deducir que el mercado para este tipo de producto inmobiliario sigue por buen camino.
Por su parte, Cartagena registra un incremento del 27,2 por ciento en ventas de finca raíz durante el primer semestre de 2022, ubicándose en segundo lugar y destacándose también por la venta de proyectos en atractivos complejos inmobiliarios urbanísticos y de lujo, especialmente en la zona norte de la ciudad.
“Como constructores hemos podido comprobar que la oferta de valor de ambas ciudades y su potencial turístico siguen despertando el interés para inversión, especialmente de colombianos en el exterior. Consideramos que, con el debido acompañamiento de políticas gubernamentales dirigidas a este subsector inmobiliario, la segunda vivienda en el Caribe no solo puede continuar su senda de crecimiento, sino también convertirse en un motor esencial del desarrollo regional de la Costa”, apunta Juan Pablo García Abondano, gerente en AED Constructores.
Inversión segura y rentable
Si bien hay algunas coyunturas de carácter internacional que vienen afectando los costos de los insumos, generando a mediano plazo incrementos en el precio final de los inmuebles, a la voz de los expertos sobre tener segunda vivienda en ciudades turísticas, sigue abriendo una gran posibilidad de rentabilizar la inversión en mayor medida que la habitual inversión inmobiliaria.
“Cartagena y Santa Marta vienen registrando dinámicas en el turismo superiores a las experimentadas antes de la pandemia. A su vez, el número de camas hoteleras en estas ciudades no ha incrementado en la misma proporción, lo que posiciona a la segunda vivienda o vivienda turística, no solo como una posible solución para la industria del turismo, sino como una excelente inversión para los compradores de este tipo de inmueble”, agrega García.
A su vez, la segunda vivienda es bien reconocida como activo refugio ante inestabilidades económicas externas e internas, pues, como lo señala Quintero, “son productos inmobiliarios que, adicionalmente, se convierten en una fuente de ingresos para las familias, lo que hace mucho más interesante este tipo de inversión”.
Particularmente, en ciudades con potencial turístico son bienes que tienden a valorizarse en el tiempo y no se deprecian. “A diferencia de las acciones, presentan menor riesgo, ya que sus precios no varían tan drásticamente. Además, brindan la facilidad de tener en el mercado una oferta de créditos para su financiación; se puede invertir para arrendarlo, lo que permite que se pague solo, o también es posible heredarlo y sirve como un respaldo para obtener créditos para otros proyectos”, apunta Álvarez.
Otro "Morros"
El cuarto condominio de la familia morros, que se desarrolla en Serena del Mar, es morros eos. El edificio se compone de 214 apartamentos en seis pisos con áreas desde 43 metros cuadrados, (m2), hasta 274 m2 de construcción. Más que una tendencia, el vivir rodeado de un ambiente limpio y natural se ha convertido en un estilo de vida, al tener opciones como contar con un área totalmente equipada para facilitar la carga de los autos eléctricos.
Es un complejo urbanístico de 38.785 m2 de construcción que se suma a los otros. Los condominios morros se consolidan en la zona de playa de la Ciudad Soñada: morros eco, ío y zoe, terminados; y actualmente en construcción, morros eos y kai y uno de los mayores privilegios de los condominios es que tienen directo a 1,6 kilómetros de playa.
Los apartamentos del primer piso incluirán una zona exclusiva de patios con piscina privada. Las zonas comunes cuentan con tres piscinas, jacuzzis, juegos para niños, zona de relajación, gimnasio completamente dotado, baño turco, amplio lobby, salón social y planta eléctrica de cobertura total.
Consideraciones al invertir
A pesar de las buenas proyecciones para este tipo de inversión en el Caribe colombiano, es pertinente considerar el factor del precio directo, que en el último año se ha incrementado en un 30 por ciento, así como las tasas de interés.
Álvarez comenta que “en este tipo de proyectos, además, siempre está el riesgo de no calcular bien el nivel de endeudamiento y provisiones para cumplir con las cuotas, procesos legales y notariales, lo que puede implicar la pérdida de esta valiosa inversión”.
Y añade que “comprar sobre planos le permitirá tener un mayor plazo de cuota inicial y, por lo tanto, unas cuotas mensuales que se ajusten a su flujo de caja, para de esta manera tener más control de su inversión sin que se vea afectado en su día a día”.
Para ello, no obstante, es importante asegurarse de contar con el respaldo de una marca reconocida y avalada en el sector, así como de una fiduciaria que proteja los recursos abonados al negocio. De igual manera, comprobar la trayectoria de la constructora, su estabilidad, experiencia y solidez para sortear los nuevos retos de la construcción, así como su respaldo gremial y legal.
Finalmente, entendiendo que los factores principales de la compra son las bondades turísticas de las ciudades caribeñas, “es clave que el comprador evalúe las amenidades y oferta de valor final que el constructor ofrece. Dada la gran cantidad de vivienda turística ofertada, los inmuebles con factores diferenciadores claros, asegurarán a sus dueños una mayor valorización y rentabilización a nivel turístico en el tiempo”, concluye García.