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Noticia

Una mirada a los desafíos de la educación superior en Colombia

Se espera disminuir la deserción, fortalecer la capacidad de financiación y aumentar la cobertura.

La educación mediada por la tecnología puede lograr un ejercicio de inclusión más amplio.

Es necesaria una visión de futuro en el conocimiento científico y tecnológico, que oriente las exigencias de formación universitaria. Foto: iStock.

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Una de las funciones centrales de la educación superior es su contribución al desarrollo de las fuerzas productivas mediante la mayor calificación de la fuerza laboral.

“Esto aumenta la eficiencia y productividad per cápita, así como la formación de la capacidad de investigación e innovación en ciencia y tecnología, base de mayor competitividad. El grado de desarrollo del capital intelectual de una nación, generado por la educación superior, es el más importante indicador de su potencial de crecimiento e innovación”, señala Víctor Manuel Gómez Campo, experto en la materia y profesor pensionado de la Facultad de Ciencias Humanas, área de Sociología de la Educación, de la Universidad Nacional de Colombia.

Sin embargo, Gómez advierte sobre la necesidad de una visión de futuro en el conocimiento científico y tecnológico, que oriente las exigencias de formación universitaria. Por ejemplo, afirma que, en 2022, la matrícula de programas en Matemáticas y Ciencias Naturales fue del 2,1 por ciento; en Agronomía, de 1,9; “mientras el 70 por ciento de matrícula estuvo en istración, Contaduría, Derecho, Psicología y otras áreas no directamente relacionadas con el desarrollo de las fuerzas productivas”.

Los retos

De acuerdo con Óscar Domínguez González, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascún), “los desafíos para la educación superior en Colombia están alrededor de garantizar mayor a los diferentes niveles de educación, asegurando la permanencia en el sistema, disminuyendo la deserción, tendiendo a mejores estándares de calidad en la formación impartida, promoviendo altos niveles de graduación y ofreciendo más empleabilidad para los egresados del sistema”.

Por otra parte, según Gloria Bernal, directora del Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana, la cobertura de educación superior continúa siendo uno de los principales desafíos, ya que el 46 por ciento de los jóvenes entre 17 y 21 años no accede a educación superior.

Además, “el tránsito inmediato sigue siendo una de las principales preocupaciones, ya que solo 4 de cada 10 estudiantes encadena sus estudios de bachillerato con la educación superior”, señala y agrega que otra de las necesidades es la articulación de competencias entre los diferentes niveles educativos (homologación de materias). “La calidad de los programas y de las instituciones educativas es otra de las principales necesidades, ya que el 44 por ciento de la matrícula se encuentra en instituciones de educación superior (IES) no acreditadas”, indica la experta.

A su vez, Juan Fernando Montañez, rector del Politécnico Grancolombiano, puntualiza sobre la falta de cobertura, “que se debe en muchas ocasiones al difícil de poblaciones ubicadas en territorios en los que no hay presencia de instituciones. Como respuesta a esto, la educación virtual ha venido creciendo en los últimos años en Colombia. Sin embargo, hay otro gran reto: el escaso a servicios de Internet”.

En cuanto a la política educativa, el directivo señala la necesidad de adaptarse al cambio, “ya que la educación mediada por la tecnología puede ser un apalancador para lograr un ejercicio de inclusión y cobertura más amplio. Para construir una sociedad más equitativa, inclusiva y preparada para los desafíos de este siglo, es necesario promover una mayor inversión en ciencia, tecnología e innovación”.
Estudiante

La educación mediada por la tecnología puede ser un apalancador para lograr un ejercicio de inclusión y cobertura más amplio en el país. Foto:iStock

Disminuir la deserción

Dado que la deserción se encuentra vinculada por factores socioeconómicos, como el rendimiento y la capacidad financiera, “es necesario un sistema de bienestar robusto al interior de las IES que genere opciones de acompañamiento y sostenimiento para que los estudiantes puedan culminar sus programas”, asegura Bernal.

La académica también señala la importancia de mejorar la educación/orientación vocacional y profesional de los jóvenes, que es una de las causas de la deserción. “Esto también ayuda a evitar problemáticas asociadas a la salud mental debido a la frustración que acarrea la elección equivocada de programas”, dice.
Es bueno que tengamos un diseño institucional y de sistemas que nos permita que los jóvenes estudien lo que quieren estudiar y donde lo quieren estudiar:  Óscar Domínguez González, director ejecutivo de Ascún
Por otro lado, “muchos docentes universitarios hemos tenido la experiencia de tratar con algunos estudiantes con límites en sus competencias comunicativas, esenciales en el desempeño profesional en cualquier área y en la participación ciudadana. A estas carencias, las mínimas competencias en bilingüismo limitan la capacidad de aprendizaje de cualquier área del conocimiento”, apunta Gómez.

El resultado, según el experto, “es un sistema de educación superior limitado en sus exigencias académicas por el bajo nivel cultural y de formación básica de la mayoría de sus estudiantes. Lo que se demuestra en la prueba Saber Pro de egresados: sobre 300 puntos, la media es de solo 145”.

​Frente a esto, “es bueno que tengamos un diseño institucional y de sistemas que nos permita que los jóvenes estudien lo que quieren estudiar y donde lo quieren estudiar. Esto se logra con un buen trabajo desde la educación preescolar y básica, con una buena definición de orientaciones desde la educación media y con una gran oferta de la educación posmedia que sea pertinente y esté accesible a los jóvenes para que puedan avanzar en su proyecto de vida”, puntualiza Domínguez, de Ascún.

Tendencias a desarrollar

Para los expertos, las principales tendencias y necesidades de las IES y los futuros profesionales deben apuntar a áreas críticas que no solo impulsarán el desarrollo económico y social del país, sino que también abordarán problemas urgentes y aprovecharán nuevas oportunidades. Bernal, de la Universidad Javeriana, señala algunas de estas:

• Capacidad de adopción y transformación digital y tecnológica a través de ‘blockchain’, Inteligencia Artificial (IA), ‘big data’ y ciberseguridad.

• Desarrollo de competencias en la gestión e innovación de fuentes de energía limpia, así como profesionalización en conservación ambiental para mitigar impactos, gestionar recursos naturales y adaptarse al cambio climático. También es clave el desarrollo de biotecnologías para garantizar la seguridad alimentaria de manera sostenible.

• Desarrollar modelos educativos híbridos y mejorar la calidad de la educación en línea, así como prácticas pedagógicas que atiendan a la diversidad del estudiantado y promuevan la inclusión.

• Desarrollo de competencias para diseño, multimedia y creación de contenido digital que son cada vez más demandadas. Además, competencias blandas como la creatividad, adaptación al cambio, solución de problemas, comunicación, empatía, trabajo en equipo, entre otras.

• Igualmente, las innovaciones como la telemedicina y la biotecnología requieren profesionales que combinen conocimientos de salud con habilidades tecnológicas.

Innovación y educación dual

Las universidades tienen estrategias de formación académica en materia de la IA.

La educación dual combina la formación académica con un aprendizaje práctico empresarial. Foto:iStock

Frente a este panorama, el rector del Politécnico Grancolombiano indica la necesidad de innovar y mejorar la calidad mediante enfoques más flexibles y modernos. Además, “hay un fuerte llamado a adaptarse a las transformaciones, entendiendo los desafíos y oportunidades que trae la Inteligencia Artificial a la educación superior”, apunta Montañez.

De igual forma, el profesor Gómez enuncia la necesidad de diversificar la oferta y las instituciones. “Es decir, organizar y diferenciar entre diversos tipos de instituciones y programas según sus respectivas misiones y funciones: investigación, función cultural, formación profesional, formación técnica, etc. La diversificación responde a diferentes necesidades de formación de nivel superior, provenientes del masivo de jóvenes de diferentes orígenes socioeconómicos y culturales a ese nivel”, destaca.

En esta línea, el modelo de educación dual combina la formación académica con un aprendizaje práctico empresarial que permitirá a los jóvenes desarrollar sus habilidades y competencias tecnológicas, al tiempo que adquieren su primera experiencia profesional certificada, según la Ley 2039 de 2020.

En Colombia, el Ministerio de Educación avanza en el desarrollo de esta modalidad para impulsar la educación técnica profesional y tecnológica, facilitando la inserción laboral de los estudiantes y afianzando vínculos entre la empresa, la academia y el Estado. Lo anterior, en respuesta a las necesidades de capital humano cualificado del sector productivo y de servicios; a la vez que aporta a un cierre de brechas del desempleo juvenil.
VALENTINA HERRERA GONZÁLEZ
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