Era uno de los días más importantes en la carrera como entrenador de Juan Carlos Osorio. El mejor planteamiento de un técnico que nunca ha repetido una alineación y por fin logró la disciplina táctica de los futbolistas que se necesita en estos casos.
Y todo con cuatro debutantes para el inicio del partido, además de Édson Álvarez, en la segunda mitad, en busca de renovar la fuerza en el mediocampo y la franja derecha de la defensa. Todo un esfuerzo colectivo.
Línea de cuatro defensores, dos contenciones, dos volantes abiertos, un enlace y un centrodelantero... 4-2-3-1 con el que lograron contener a una selección de Alemania que durante la primera mitad fue predecible y chocaba constantemente con los defensores mexicanos, los cuales se repartieron las coberturas y ajustaron cuando, en los primeros 20 minutos, le ganaron la espalda en dos ocasiones a Hugo Ayala, quien salió de central por derecha para hacer la dupla en el corazón de la zaga con Héctor Moreno.
Guillermo Ochoa volvió a ser factor determinante con un par de atajadas, la más espectacular en el tiro libre de Toni Kroos. Aunque, como laterales, Carlos Salcedo y Jesús Gallardo todavía sufren en los perfiles, fueron bien apoyados por los dos volantes de afuera, Hirving Lozano y Miguel Layún, quienes, además, se desprendían con velocidad.
Los más destacados, los dos del mediocampo. Andrés Guardado y Héctor Herrera fueron el equilibrio y la fuerza para el equipo mexicano, que aplicó a la perfección el contragolpe como arma a la ofensiva, con Javier Hernández como poste y Carlos Vela bien establecido en el sector detrás del centrodelantero, para fijar a los mediocentros alemanes, quienes estuvieron imprecisos.
Este domingo quedó claro que aquellos conceptos de jugar con unos o con otros por altura, peso o velocidad no necesariamente es el camino. Bien acomodados, con mucho esfuerzo, cuando la técnica no era su fuerte.
Y el esfuerzo a tope, sin guardarse nada. La pregunta, en todo caso, es si el estratega colombiano repetirá alineación, lo que nunca ha hecho a lo largo de este proceso y ahora, después de lograr la victoria en el Mundial, puede ser la mejor opción.
No es el estilo de Osorio, pero puede ser... gustó lo que se vio en la cancha, y, para la mayoría, debería repetirse ante Corea del Sur, el sábado.
De un par de mediocampistas con salida, otro de extremos con mucha llegada y la búsqueda del cuadrante 14 con Carlos Vela, se llenó el discurso del estratega Juan Carlos Osorio, a quien el triunfo sobre Alemania le dio un panorama más claro de los alcances que puede tener con la Selección Nacional Mexicana.
El colombiano no cabía de gusto, y tampoco era necesario extenderse en la explicación de lo que se había visto en la cancha.
Por eso pasó a las dedicatorias, en las que sí se fue de boca: “Este triunfo es dedicado a los que han apoyado (el proceso) y a los que no; también a ellos, convencerlos de que se pueden tener resultados y triunfos como el de hoy (domingo).
Luego, otra vez, la serenidad. Sin olvidar que ha sido un buen inicio, pero que solamente los compromete a conseguir más.
“Vamos a celebrar responsablemente y nos vamos a recuperar para el próximo”, añadió el estratega del combinado mexicano, quien renunció al crédito de la victoria para dárselo a los futbolistas.
Desde el más experimentado, Rafael Márquez, hasta los más jóvenes, como Jesús Gallardo y Edson Álvarez, fueron citados por Osorio, quien logró el triunfo más importante del Tricolor en el Mundial.
“Los que han tenido experiencia internacional contagiaron a jugadores jóvenes que tuvieron un extraordinario partido... Tuvimos el coraje de jugar cuando se pudo; y cuando no, a defenderlo con la vida. Lo más importante es el fútbol mexicano, yo paso a segundo plano. Hay que enfocarnos en el segundo juego”.
BRAHAM GUERRERO
ENVIADO ESPECIAL EL UNIVERSAL
GDA