La explosión de un carro bomba dejó ayer al menos 78 muertos y 125 heridos en un barrio muy concurrido de Mogadiscio, en uno de los ataques más sangrientos perpetrados en la capital de Somalia, escenario habitual de atentados islamistas.
El ataque tuvo lugar en una zona de intenso tráfico, cerca de un puesto de control de las autoridades y de una oficina de impuestos. El lugar quedó cubierto de escombros y de vehículos calcinados.
“El número de víctimas mortales (...) sigue aumentando, ahora tenemos 78 muertos y 125 heridos”, dijo Abdukadir Abdirahman, director de un servicio privado de ambulancias, quien antes advirtió que el número podría ser mayor.
Un responsable de la policía, Ibrahim Mohamed, calificó la explosión de “devastadora”. El presidente somalí, Mohamed Abdullahi Farmaajo, condenó el ataque en unas declaraciones emitidas por la agencia nacional de prensa Sonna. “Este enemigo intenta aplicar la voluntad destructora del terrorismo internacional, nunca han hecho nada positivo por nuestro país (...)”, declaró. “Todo lo que hacen es destruir y matar, y (los somalíes) lo saben bien”, añadió.
Por su parte, el alcalde de Mogadiscio, Omar Mohamud Mohamed, declaró que todavía se desconocía el número exacto de muertos, pero que el ataque habría dejado alrededor de 90 heridos. “La mayoría de los fallecidos son estudiantes inocentes y otros civiles”, señaló.
La mayoría de los fallecidos son estudiantes inocentes y otros civiles
Según el responsable policial Ibrahim Mohamed, “dos ciudadanos turcos, que al parecer eran ingenieros civiles implicados en la construcción de carreteras, se encuentran entre los fallecidos”. En Ankara, el ministro turco de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, confirmó la noticia.
Un testigo, Muhibo Ahmed, dijo que “había mucha gente, también estudiantes que iban en bus y que pasaban por la zona cuando ocurrió la explosión”. “Todo lo que podía ver eran cuerpos desperdigados (...) y algunos calcinados, irreconocibles”, indicó otro testigo, Sakariye Abdukadir.
El atentado, que no había sido reivindicado, se produjo en un contexto de intensa actividad del grupo islamista Al Shabab, afiliado a Al Qaeda. Los insurgentes prometieron derrocar al Gobierno somalí, que cuenta con el apoyo de la comunidad internacional y de 20.000 efectivos de la fuerza de la Unión Africana en Somalia (Amisom).
AFP - Mogadiscio