Cuatro años después de la epidemia de ébola que cobró la vida de más de 11.000 personas,
África se enfrenta a un nuevo brote de esta enfermedad, después de que
se confirmaron 58 casos, de los cuales 27 han fallecido en la República Democrática del Congo (RDC), un suceso que puso en alerta a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿Qué es el ébola y cómo se propaga?
El virus del ébola tiene un periodo de incubación de entre 2 y 21 días, y no es infeccioso hasta que se empiezan a manifestar los primeros síntomas, que incluyen fiebre, dolor muscular, debilidad, dolor de cabeza y de garganta. Posteriormente, los contagiados presentan vómito, diarrea, salpullidos y fallas en el hígado y los riñones, así como sangrado interno y externo en algunos casos.
Según la OMS, el ébola se transmite a través del o directo con la sangre, las secreciones, los órganos u otros fluidos de los contagiados, así como al tocar superficies o materiales que han sido contaminados con estos fluidos, por lo que es un virus altamente contagioso.
La epidemia del 2014
La peor epidemia del ébola se dio entre 2014 y 2016 en el oeste de África e impactó a Europa y Estados Unidos. El primer paciente, un bebé de 18 meses, fue identificado en diciembre de 2013 en Guinea. El virus se propagó y llegó hasta la capital del país, Conakry. El 13 de marzo de 2014, con 49 casos confirmados y 29 muertos, la OMS declaró la emergencia.
El virus llegó a Sierra Leona y Liberia, países fronterizos con Guinea. En agosto de 2014, el ébola se propagó a otros siete países: Malí, Nigeria, Senegal, España, Reino Unido, Italia y Estados Unidos, donde se reportaron once casos. La epidemia se terminó oficialmente a comienzos de 2016, cuando Sierra Leona, el país más afectado por el virus, declaró que ya no había reporte de casos. En total se registraron más de 28.000 casos de ébola que dejaron unos 11.200 muertos.
¿Podría repetirse lo que pasó en 2014?
Según la OMS, por ahora no, pero el riesgo de un nuevo brote masivo es muy alto, por lo que las personas cuyos casos han sido confirmados se han mantenido en cuarentena y se activó un plan conjunto con el Gobierno de RDC para aplicar al menos 10.000 vacunas contra la enfermedad.
Sin embargo, este miércoles, la OMS confirmó que tres personas escaparon del hospital donde estaban concentrados, por lo que podría haber más contagios.
Los primeros casos aparecieron a comienzos de abril en una zona rural del noroeste del país, y su propagación llevó a que el 8 de mayo se declarara la alerta por epidemia en Bikoro, una ciudad de 200.000 habitantes. Este es el noveno brote de ébola en la RDC desde 1970.
La mayor preocupación de la OMS, sin embargo, es que el ébola llegue a zonas urbanas más grandes. Si bien el brote comenzó en zonas rurales, los temores aumentaron después de que el virus se propagó a Mbandaka, una ciudad de 1,5 millones de habitantes a orillas del río Congo y que es un importante punto de conexión con la capital, Kinshasa –que tiene una población de diez millones de habitantes-, por lo que se habilitaron los hospitales para poner en cuarentena a los contagiados.
Médicos Sin Fronteras, por su parte, está construyendo un centro de tratamiento de ébola a unos 15 kilómetros de Mbandaka para evitar otras fugas como la del miércoles, que pueden contribuir a propagar la enfermedad.
Por el momento no se ha declarado una crisis del ébola, pero el riesgo de que haya un nuevo brote masivo es ‘muy alto’. Sin embargo, la OMS afirma que por ahora no es una emergencia que pueda tener alcance internacional, para evitar que se impongan restricciones de viaje a los habitantes y que, en caso de presentarse, se podría responder de manera más efectiva a como se respondió en 2014.
REDACCIÓN INTERNACIONAL
Con información de EFE y AFP