El noreste de
Australia se enfrenta a una crisis humanitaria sin precedentes
tras el paso devastador del ciclón Jasper. El miércoles pasado, este fenómeno natural tocó tierra cerca de Wujal Wujal, una comunidad aborigen en Queensland, desencadenando una serie de inundaciones catastróficas.
En respuesta a esta emergencia, las autoridades australianas han emprendido una operación de evacuación masiva. Se estima que alrededor de 300 residentes de Wujal Wujal están aislados, luchando contra las consecuencias del desastre.
Las inundaciones han provocado un aislamiento extremo en la región, con comunidades como Wujal Wujal sufriendo la peor parte. Los servicios de emergencia de Queensland, desafiando las condiciones adversas, finalmente lograron acceder a la comunidad, situada a 166 kilómetros de Cairns, una ciudad turística clave.
La situación se complicó aún más cuando las lluvias torrenciales obligaron a cancelar las operaciones de rescate previamente planeadas. Además, las alertas de avistamiento de cocodrilos han aumentado el peligro en la zona.
Shane Chelepy, subcomisionado de la Policía de Queensland, expresó en una entrevista con ABC, la cadena pública australiana, la urgencia de evacuar a los ancianos y a los habitantes más vulnerables de Wujal Wujal hacia Cooktown, ubicado a 72 kilómetros al norte.
La ciudad, afectada por la escasez de agua potable, alimentos y energía, enfrenta una situación crítica. La destrucción de viviendas por las inundaciones ha exacerbado la crisis, haciendo imperativa una evacuación rápida y eficiente.
Paralelamente, las autoridades trabajan para brindar asistencia a otras comunidades afectadas como Degarra y Bloomfeild. Estas áreas remotas también han sufrido las consecuencias de las fuertes lluvias, incluyendo inundaciones y deslizamientos de tierra. El aéreo se ha convertido en una opción vital para llegar a estas zonas inaccesibles.
Reactivación de servicios en Cairns
Cairns, la ciudad más importante del extremo norte de Queensland y puerta de entrada a la Gran Barrera de Arrecifes, también ha sido afectada. Sin embargo, hoy se ha reanudado la actividad en su aeropuerto tras la limpieza de escombros en la pista. Este paso es crucial para facilitar las operaciones de ayuda y recuperación en la región.
En otra parte de la región, el personal militar continúa apoyando las evacuaciones con el uso de lanchas. Al mismo tiempo, la compañía responsable del suministro eléctrico está trabajando sin descanso para restablecer el servicio a unas 2.000 personas afectadas por cortes de energía. Estos esfuerzos son fundamentales para restablecer una cierta normalidad en las áreas golpeadas por el ciclón.
El Servicio de Meteorología de Australia ha proporcionado un rayo de esperanza, informando que las intensas lluvias comenzarán a disminuir en el norte de Queensland.
En un esfuerzo por mitigar los efectos de la catástrofe, el gobierno australiano ha desplegado aproximadamente 150 soldados en la zona para participar en las tareas de emergencia y rescate. Este despliegue subraya la gravedad de la situación y la necesidad de una respuesta coordinada y rápida.
El ciclón Jasper, aunque se debilitó rápidamente tras tocar tierra, ha dejado un rastro de destrucción en su camino. Aunque Australia no es ajena a los ciclones potentes, como el ciclón Yasi de categoría cinco que azotó Queensland en febrero de 2011, el impacto de Jasper ha sido particularmente severo.
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en la información publicada por EFE, y contó con la revisión de la periodista y un editor.