Una reciente decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos puso sobre la mesa una vez más el espinoso tema del control de armas en ese país y abrió un nuevo frente de batalla entre las fuertes organizaciones que apoyan su venta libre y sin restricciones y aquellas que adelantan activismo en favor de una legislación más dura contra su proliferación y tenencia por parte de civiles.
La alta corte falló el martes 8 de agosto en favor de restablecer una regulación contra la venta libre y sin reglas de las llamadas ‘armas fantasma’ –o ghost guns–, en lo que representa un triunfo de la istración del presidente Joe Biden, que había hecho el pedido ante el máximo tribunal del país.
La decisión se tomó por cinco votos a favor frente a cuatro en contra y en el fallo, el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, y la jueza Amy Coney Barrett se unieron a los tres demócratas del tribunal para formar mayoría. Los jueces Samuel Alito, Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Clarence Thomas apoyaron mantener la regulación en suspenso durante el proceso de apelación.
La regulación de las ‘armas fantasma’ fue implementada por el gobierno de Joe Biden con el objetivo de llamar la atención sobre este tipo de armamento, en un país donde todos los días 120 estadounidenses son asesinados con armas de fuego, de acuerdo con Every Town For Gun Safety, una ONG de prevención de la violencia armada.
La norma se emitió el año pasado y cambió la definición de arma de fuego según la ley federal para incluir también en la denominación de ‘arma’ partes sin terminar, utilizadas para ensamblaje de armamento, como el marco de una pistola o el receptor de un arma larga, para que pudieran ser rastreadas más fácilmente.
El marco o receptor es la parte de un arma de fuego que permite integrar otros componentes, como el martillo, cerrojo, percutor, cañón, culata, el mecanismo de disparo y las miras ópticas.
De acuerdo con la orden ejecutiva, esas piezas deben tener licencia e incluir números de serie. Los fabricantes también deben realizar verificaciones de antecedentes de cualquier comprador antes de una venta, como lo hacen con otras armas de fuego fabricadas comercialmente. La regla no prohíbe que las personas compren un kit o cualquier tipo de arma de fuego.
El juez federal Reed O’Connor, de Texas, había anulado la orden a fines de junio del año pasado, bajo el argumento de que excedía la autoridad de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF). O’Connor escribió que la definición de arma de fuego en la ley federal no cubre todas las partes de un arma e indicó que el Congreso podría cambiar la ley.
“Los intereses de libertad de los ciudadanos respetuosos de la ley que desean participar en conducta históricamente lícita de construir sus propias armas, supera el interés competitivo del Gobierno en evitar que las personas prohibidas posean armas de fuego de manera ilegal”, señaló O’Connor.
El fallo de O’Connor permitía a cualquier persona con a internet “comprar de forma anónima un kit de piezas o un marco o receptor parcialmente completo y ensamblar fácilmente un arma de fuego”.
Tras el fallo de la Corte Suprema, la regulación del Gobierno vuelve a estar vigente mientras la istración apela el fallo de O’Connor ante la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de EE. UU. en Nueva Orleans, y posiblemente luego ante la Corte Suprema.
Las empresas y los grupos de defensa de la tenencia libre de armas que impugnaron la regla le dijeron a la Corte Suprema que O’Connor tenía razón y que la ATF se había apartado de más de 50 años de práctica regulatoria al expandir la definición de arma de fuego.
“Estamos profundamente decepcionados de que la corte haya hecho una pausa en nuestra derrota de la regla de la ATF que redefine efectivamente ‘arma de fuego’ y ‘marco o receptor’ bajo la ley federal”, dijo Cody J. Wisniewski, asesor general de Firearms Policy Coalition Action Foundation. “Independientemente de la decisión, todavía confiamos en que derrotaremos una vez más a la ATF y su regla ilegal en el Quinto Circuito, cuando ese tribunal tenga la oportunidad de revisar todos los méritos de nuestro caso”, agregó.
‘Armas fantasma’
Por ley, las armas en Estados Unidos deben ser fabricadas por compañías autorizadas. Estas las negocian a vendedores, que también deben tener autorización para ofrecerlas al público.
Todas las armas fabricadas en el país, y las importadas, deben llevar de manera obligatoria números de serie, que generalmente aparece en la parte posterior de la montura. Eso permite que sean rastreadas si han sido usadas en algún crimen.
Por el contrario, las denominadas ‘armas fantasma’ son las que se venden por partes y pueden ser ensambladas en la casa de un comprador, así este no tenga licencia para portarla. Cualquier persona puede comprar un kit para ensamblar un arma en tiendas físicas o a través de internet. También pueden ser elaboradas con impresoras 3D.
A los compradores de ‘armas fantasma’ no se les exigía una revisión de antecedentes para adquirir los elementos, antes de las normativas federales adoptadas por el gobierno de Biden.
En Estados Unidos los kits con el rótulo de ‘hágalo usted mismo en casa’ son muy populares en internet y se componen frecuentemente de un chasis en un 80 por ciento, es decir el arma está construida en un 80 por ciento, y lo único que debe hacer cada comprador es adquirir el 20 por ciento restante y ensamblarlo.
El arma que resulta de ese ensamblaje no tiene número de serie, no ha sido registrado ni ha pasado por controles, un gancho clave para la venta de los kits, toda vez que esos datos son los que usan las autoridades para rastrear las armas, desde quien la fabrica hasta quien la vende.
Según un informe de Everytown For Gun Safety, un kit de ensamblaje de un rifle AR-15 cuesta tan solo 345 dólares (1’417.000 pesos).
Otro de los aspectos que seduce a los potenciales compradores de las ‘armas fantasma’ es su facilidad para ensamblarlas. En algunas páginas web se indica que este proceso puede tardar entre una a dos horas, ya que el kit se vende con instrucciones para hacerlo y con enlaces para acceder a tutoriales en línea.
Everytown for Gun Safety asegura que los cinco videos de tutoriales más vistos en YouTube para ensamblar una pistola tienen más de tres millones de visitas. Un taladro es casi la única herramienta que se utiliza para ensamblar.
Estas son armas caseras (...) En consecuencia, cualquier persona, desde un criminal hasta un terrorista, puede comprar este kit y en tan solo 30 minutos, ensamblar un arma
Por la forma en la que se venden estos kits, los menores de edad y las personas con trastornos mentales –a quienes les está prohibido por ley tener armas de fuego– pueden tener a ellos.
El día en el que firmó la orden para vetar las ‘armas fantasma’, el presidente Biden dijo que “estas son armas caseras (...) En consecuencia, cualquier persona, desde un criminal hasta un terrorista, puede comprar este kit y en tan solo 30 minutos, ensamblar un arma”.
La venta legal de armas está protegida por la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos y cualquier intento de control es rechazado por los defensores de esta enmienda, principalmente republicanos que tienen mucho poder en el Congreso.
Usadas en tiroteos
Los kits para ensamblar armas de fuego se venden desde la década de 1990, pero las ventas se empezaron a disparar desde el 2009.
En la última década, las ‘armas fantasma’ han estado detrás de numerosos tiroteos en Estados Unidos. De acuerdo con sus portadores no habrían pasado los chequeos de antecedentes para comprarlas de manera legal en una tienda.
Según el Center for American Progress, un instituto de política independiente y no partidista con sede en Washington, en el 2013 el uso de un ‘arma fantasma’ en un tiroteo hizo saltar las alarmas. Ocurrió cuando un pistolero asesinó a cinco personas en las cercanías del Santa Mónica College, en California.
Según un reporte de The Trace –medio periodístico estadounidense sin ánimo de lucro dedicado a noticias relacionadas con armas en los Estados Unidos–, solo en California, el 30 % de las armas recuperadas en 2019 por las fuerzas del orden carecían de números de serie.
Un informe del canal KABC-TV aseguró que en el 2020 en California el 41 % de las armas con las que lidiaron eran ‘fantasma’.
Aunque no es nuevo, las ‘armas fantasma’ se han convertido en un problema que crece y preocupa cada vez más a los estadounidenses, sobre todo porque no existe una estadística exacta sobre el número de este tipo de armamento en poder de civiles, porque antes de las regulaciones del actual gobierno no se requería que tuvieran número de serie y a los poseedores, verificación de antecedentes.
Pero hay algunos datos que dan una idea de la magnitud del fenómeno. Según el Departamento de Justicia, los diferentes departamentos de policía recuperaron 19.300 armas caseras en 2021, cinco veces más que las decomisadas o halladas en escenas de crímenes en 2018.
Y el número de armas que rastreó la ATF, de acuerdo con cifras de esa entidad, pasó de 217.000 en 2015 a más de 393.000 en 2020.
Regulaciones
La regla cuestionada simplemente requiere que los kits de armas fantasma estén regulados como las armas que son. Salvará vidas
De acuerdo con el Centro Jurídico Giffords para la Prevención de la Violencia Armada, 10 estados y la ciudad de Washington han promulgado medidas para limitar y vetar la compra o el uso de ‘armas fantasma’, siendo Maryland el más reciente en hacerlo en abril de este año.
Precisamente el Centro Giffords se pronunció sobre el reciente fallo de la Corte Suprema y afirmó en un comunicado que “la regla cuestionada simplemente requiere que los kits de armas fantasma estén regulados como las armas que son. Salvará vidas”.
Virginia es uno de los estados que no cuenta con este tipo de legislación, aunque sí cuenta con la ‘ley de la bandera roja’, que no permite que las personas que puedan representar un riesgo para sí mismos u otras personas posean compren o transporten armas de fuego.
Y aunque diferentes legisladores y políticos del Partido Demócrata siguen conminando a la ATF para que la regulación que deja en pie temporalmente la Corte Suprema, mientras se resuelven las apelaciones, tenga una aplicación más rigurosa, el activo y vigoroso frente proarmas se ha enfrentado ferozmente a esa legislación.
De hecho, ya grupos legales conservadores la han objetado, basándose en las leyes que ya existen sobre la tenencia y el uso de armas de fuego y, especialmente, en la Segunda Enmienda, que protege “el derecho de un individuo a llevar un arma de mano para su defensa personal fuera del hogar”.
OGER ZUZUNAGA RUIZ (*)
EL COMERCIO (PERÚ) - GDA
(*) Con información de EL TIEMPO
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