Cambio de horario en Nueva York: ¿se adelanta o atrasa el reloj?

Nueva York se prepara para dar la bienvenida a un cambio que afecta a millones de neoyorquinos y visitantes cada año: el cambio de horario. En noviembre de 2023, específicamente el domingo 5, los relojes se atrasarán una hora, pasando de las 2 a.m. a la 1 a.m.

Esta medida, conocida como el "horario de invierno", marca la transición de Nueva York y otras regiones de los Estados Unidos hacia un reloj que se atrasa durante los meses más fríos. En el caso de 2023, este ajuste horario sucederá en la madrugada del primer domingo de noviembre.

El horario de invierno es una práctica común en Estados Unidos que tiene como objetivo aprovechar mejor la luz natural durante los meses más oscuros y, en teoría, ahorrar energía eléctrica. El proceso inverso, donde se adelanta el reloj en primavera, se conoce como el "horario de verano" y ocurre en el segundo domingo de marzo.

El concepto del horario de verano se originó en Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial como una medida de ahorro de energía. Al adelantar los relojes una hora, se podía aprovechar mejor la luz del día. Durante la Segunda Guerra Mundial, esta práctica fue reintroducida para conservar recursos.

Sin embargo, después de la guerra, el horario de verano se convirtió en un tema controvertido. Algunos argumentaban que los beneficios eran marginales o inexistentes, y que el cambio de horario causaba más problemas de los que resolvía. En 1966, el Congreso de Estados Unidos estableció un sistema uniforme de horario de verano que comenzaba el último domingo de abril y terminaba el último domingo de octubre.

En 2007, este sistema fue modificado nuevamente como parte de la Ley de Política Energética de 2005. El horario de verano comenzó en el segundo domingo de marzo y terminó en el primer domingo de noviembre. Esta es la razón por la que el reloj se adelanta en primavera y se atrasa en otoño, como ocurrirá el 5 de noviembre de 2023 en Nueva York.

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A pesar de la controversia en torno al horario de verano, algunos argumentan que esta práctica sigue siendo relevante hoy en día. La idea principal detrás del cambio de horario es aprovechar al máximo las horas de luz natural y reducir la necesidad de calefacción y electricidad durante las tardes y noches. Esto podría tener un impacto positivo en el ahorro de energía y, en última instancia, en la reducción de las facturas de energía eléctrica.

Por otro lado, hay críticos que argumentan que los beneficios del horario de verano son mínimos y que los trastornos en los ritmos de sueño de las personas pueden tener consecuencias negativas para la salud. También señalan que no todos los estados de Estados Unidos siguen esta práctica, lo que puede generar confusión.