En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Henry Kissinger cumplió 100 años y sigue desafiando al mundo
El polémico exsecretario de Estado de Estados Unidos sigue dando de qué habar en la política global.
Henry Kissinger (a la izquierda), el entonces vicepresidente Nelson Rockefeller y el presidente Gerald Ford. Foto: Foto. AFP / Archivo Nacional
Su siglo de edad no le impidió a Henry Kissinger hablar hace poco sobre la guerra en Ucrania ni, mucho menos, viajar a China durante 17 horas en julio para reunirse en Pekín, por cuenta propia, con el ministro de Defensa chino, Li Shangfu, sancionado por Estados Unidos por la compra de armas a los rusos en 2018.
Allí también se encontró con el máximo responsable de la política exterior, Wang Yi, y expresó la necesidad de que su país –Estados Unidos– y China eliminen los malentendidos, coexistan pacíficamente y eviten una confrontación, según fuentes oficiales del país asiático.
Washington aclaró que la visita no fue oficial sino que Kissinger la realizó como “ciudadano privado”, según Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado.
Henry Kissinger –político estadounidense de origen judeoalemán– “no solo ha sobrevivido a la mayoría de sus colegas, detractores eminentes y alumnos, sino que ha permanecido infatigablemente activo. Y piensa seguir así. Planea visitar Nueva York, Londres y su ciudad natal de Fürth, en Alemania”, según escribió recientemente su hijo David en 'The Washington Post'.
El importante y polémico personaje acaba de cumplir 100 años y no parece rendirse frente a los desafíos del tiempo. En su centenario de vida es aclamado y condenado a la vez como un genio diplomático y por decisiones suyas que les costaron la vida de miles de personas. Pero el poder sigue siendo para él, sin duda, ese “afrodisíaco definitivo”, como lo definió alguna vez.
Su visita a China se produjo en medio de grandes tensiones entre ese país y Estados Unidos, de los fallidos esfuerzos de Washington de estabilizar la relación con el gigante asiático y de los fracasados intentos de funcionarios del gobierno de Biden de entablar una comunicación de alto nivel entre militares.
Pekín cortó las comunicaciones militares de alto nivel con Estados Unidos hace un año, en represalia por la visita a Taiwán de Nancy Pelosi, entonces presidenta de la Cámara de Representantes.
China tampoco aceptó un encuentro entre Li y el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, a principios de 2023, aunque los dos funcionarios hablaron brevemente en la principal cumbre de defensa de Asia, el Diálogo de Shangri-la, que se realizó en Singapur entre el 2 y el 4 de junio pasado.
No obstante, China sí recibió al centenario Kissinger, quien habría dicho que viajó a Pekín como “amigo” de la potencia asiática y que “Estados Unidos y China deben eliminar los malentendidos, coexistir pacíficamente y evitar la confrontación”, según una declaración oficial china.
Henry Kissinger y el presidente de China, Xi Jinping, se reunieron en el Gran Salón del Pueblo de Pekín en el 2018. Foto:Foto: Thomas Peter. AFP
Pero algunos analistas occidentales recordaron que “Estados Unidos no tiene amigos ni enemigos permanentes, sino intereses”, como dijo Kissinger en una oportunidad. Miembro del Partido Republicano, secretario de Estado y asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos en las décadas de 1960 y 1970, y uno de los asesores de mayor confianza del expresidente Richard Nixon en su gobierno (1969-1974), Kissinger, curiosamente, incrementó su poder durante y después del escándalo del Watergate, que tumbó a su jefe, el trigésimo séptimo presidente de Estados Unidos.
El vicepresidente Gerald Ford, que asumió el poder después de la renuncia de Nixon, le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad en 1977 y lo mantuvo en el Gobierno.
Nacido en Alemania el 27 de mayo de 1923 y nacionalizado como estadounidense en 1943, Kissinger es reconocido, entre otras cosas, por el importante papel que desempeñó como asesor de Seguridad Nacional y secretario de Estado, al propiciar el acercamiento de Estados Unidos con China durante el gobierno de Nixon y por sus tentativas de paz en Vietnam.
Por su trabajo en la negociación por el cese del fuego, que culminó con los Acuerdos de Paz en París, en donde se establecieron la condiciones para poner fin a la guerra y restablecer la paz en Vietnam, Kissinger recibió y aceptó “con humildad” el Premio Nobel de la Paz hace 50 años, junto con Le Duc Tho, miembro del Politburó de Vietnam del Norte, que lo rechazó alegando que la paz no se había restablecido entonces en Vietnam del Sur. El conflicto solo terminó en 1975.
La actuación de Kissinger también se considera clave en la distensión y reapertura de las relaciones de Estados Unidos con la entonces URSS, que redujo las tensiones de la Guerra Fría y dio lugar a los tratados sobre delimitación de armas nucleares.
A lo largo de su centenaria vida, ha sido también consejero de presidentes demócratas y republicanos, incluso de Donald Trump, y preside en la actualidad una oficina de consultoría que abrió cuando llegó a Estados Unidos, después de que huyó con su familia de la Alemania nazi en la década del 30 del siglo pasado.
Hace poco, desde la cumbre de sus 100 años, opinó que la guerra en Ucrania llegaba a un punto de inflexión con la participación de China en las negociaciones y pronosticó que, “para finales de este año”, llegarán a su punto crítico, en una entrevista con la cadena CBS News.
Coautor, junto con Eric Schmidt, exdirector ejecutivo de Google, y Daniel Huttenlocher, decano del MIT, de La era de la IA (inteligencia artificial) y nuestro futuro como seres humanos (The Age of AI: And Our Human Future), publicado en 2021, Kissinger ha advertido también a los gobiernos para que se preparen frente a los riesgos potenciales que se asocian con la tecnología.
Las sombras
Pero ¿a qué se debe que persistan la importancia y la influencia de Kissinger a sus 100 años de vida?, le preguntamos a Boaventura de Sousa Santos, doctor en sociología del derecho de la Universidad de Yale y profesor jubilado de la Universidad de Coímbra, en Portugal.
“Tal como el neoliberalismo es el contrario al liberalismo, el neoconservador es el contrario del conservador. El último se considera superior al adversario para superarlo, sobre todo, si no tiene que negociar con él. Kissinger es un conservador”, respondió a EL TIEMPO.
La historia política y diplomática de Kissinger se ha visto ensombrecida por acusaciones sobre su participación en acciones terroristas en diversas partes del mundo, en las que se violaron los derechos fundamentales.
Con el permiso de Nixon, Kissinger intentó que Washington y Hanói firmaran la paz, pero se vio envuelto en episodios nada relacionados. Archivos desclasificados de Estados Unidos y de la Unión Soviética dan cuenta de su participación en los bombardeos sobre Laos y Camboya durante la guerra de Vietnam, entre el 18 de marzo de 1969 y el 26 de mayo de 1970, en los que perdieron la vida miles de civiles de ambos países.
Kissinger y Nixon promovieron, igualmente, una serie de operaciones secretas que crearon las condiciones para el golpe militar en Chile contra el gobierno de Unidad Popular del presidente Salvador Allende en 1973, de acuerdo con el Archivo de Seguridad Nacional, que abrió sus puertas al público el 3 de noviembre de 2020.
También se ha acusado a Kissinger de aplicar medidas de realismo político a favor de los intereses de Estados Unidos y de ayudar o envalentonar a regímenes represivos en Pakistán e Indonesia.
En el best seller 'Juicio a Kissinger', publicado en español por Crónicas Anagrama en 2006, el periodista y escritor angloestadounidense Christopher Hitchens (1949-2011) sostiene –con base en esos archivos, testimonios de primera mano y en un amplio estudio del material desclasificado– que Kissinger también está relacionado con la guerra de Indochina; la matanza masiva perpetrada en Bangladés; los asesinatos planeados en Chile, Nicosia y Washington, además del genocidio de Timor Oriental.
“La única impunidad que disfruta Henry Kissinger es el rango; huele que apesta. En nombre de las innumerables víctimas, conocidas y desconocidas, es hora de que la justicia intervenga”, escribió Hitchens, que también fue autor, coautor y editor de más de 30 libros; entre ellos, de cinco colecciones de ensayos sobre política, literatura y religión, entre otras temáticas.
Con la detención del dictador chileno Augusto Pinochet en Londres en 2000, y la
intensa presión para proceder a la captura del expresidente de Serbia Slobodan Milosevic, la posibilidad de una legislación internacional que actúe contra los tiranos en todo el mundo se perfilaba como una realidad.
“Como Christopher Hitchens demuestra en este libro inapelable, Occidente no necesita ir muy lejos en busca de candidatos idóneos para el banquillo de los acusados. Estados Unidos es la patria de un individuo cuyo historial de crímenes de guerra resiste la comparación con los peores dictadores de la historia reciente: el ex secretario de Estado y consejero de Seguridad Nacional Henry A. Kissinger”, afirma en la reseña del libro en español que publicó Amazon en 2006.
Henry Kissinger celebró sus 100 años este sábado 27 de mayo. Foto:Efe
En opinión de Bernie Sanders, precandidato y contendor demócrata de Hillary Clinton a la presidencia de Estados Unidos, Kissinger “fue uno de los secretarios de Estado más destructivos de la historia de Estados Unidos”.
El juez español Baltasar Garzón también intentó procesarlo por violaciones de los derechos humanos, pero falló en el intento porque no le fue permitido interrogarlo.
El año pasado, la Unidad de Extradición y el Ministerio del Interior británico le comunicaron a Garzón, por medio de la Interpol, que no podía llevarse a cabo su petición de tomar declaración del ex secretario de Estado en Londres.
“El Ministerio del Interior británico se puso en o con el Departamento de Estado de EE. UU. para informarle de la petición del juez español. Dicho departamento contestó que Henry Kissinger fue asesor de Seguridad Nacional entre los años 1969 y 1973 y secretario de Estado de 1973 a 1977 y que ha decidido no autorizarlo a declarar en Londres, según pedía el juez Garzón, sobre los crímenes de la dictadura del general Augusto Pinochet”, según el diario El País de Madrid.
Por todo lo anterior y otras razones, el profesor Boaventura de Sousa Santos considera que Kissinger pasará a la historia como “un criminal de guerra que logró ser parcialmente perdonado en este mundo pero que no lo será en el otro”.
Opinión aparte, lo que casi nadie discute es que para estudiar la historia de la segunda mitad del siglo XX hay que estudiar a Kissinger. Pocos personajes del siglo XX han tenido la influencia que él aún tiene en la política y en la diplomacia internacionales.
El profesor Thomas Schwartz, autor de la biografía Henry Kissinger and American Power, en declaraciones a Efe, explicó que la historia personal de Kissinger lo convirtió en una figura fascinante: “Sobrevivió al escándalo del Watergate y tras su paso por la política, Kissinger ha seguido omnipresente en editoriales, libros, charlas y entrevistas para ensanchar un mito con el que muchos se han querido fotografiar: desde Hillary Clinton a Donald Trump, pasando por Vladimir Putin o Xi Jinping”.
Por su parte, Barry Gewen, editor de The New York Times Book Review, sostiene que más que un personaje histórico, debe ser considerado un “filósofo de las relaciones internacionales”.