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La escalada que supone la anexión de territorios ucranianos a Rusia
El hecho promete aumentar la confrontación con Occidente y agita la amenaza nuclear.
Celebración en Lugansk luego de que se hiciera oficial la anexión a Rusia. Foto: EFE
Tal como hizo hace ocho años con Crimea, el presidente ruso, Vladimir Putin, firmó este viernes la anexión de cuatro regiones de Ucrania: Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia; luego de la celebración de referendos, considerados ilegítimos por la comunidad internacional.
Al igual que entonces, cuando los crimeos celebraron un referéndum de anexión, que contó con el apoyo del 96,77 por ciento de los votantes, según la versión rusa, en este 2022 también se produce la absorción de las cuatro provincias ucranianas ocupadas tras una serie de consultas hechas entre el 23 y el 27 de septiembre en medio de irregularidades.
Entre el 87 y el 99 por ciento de los ciudadanos respaldaron la anexión de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón a Rusia, según dijeron las autoridades prorrusas.
Al anexionarse partes de Ucrania y expandir los territorios que Rusia se ve obligada a defender, Putin está apostando a que el mundo lo verá como un líder que no tiene nada que perde
Con la reciente maniobra, Rusia se anexiona en torno al 12 por ciento del territorio de Ucrania.La Federación Rusa, que cuenta con más de 147 millones de habitantes, superará entonces los 150 millones de personas tras el proceso de anexión.
Putin da este paso en el octavo mes de la campaña militar en Ucrania, pero lo hace, sobre todo, tras sufrir importantes derrotas en el norte y el noreste del país vecino, en medio de una contraofensiva ucraniana.
En un reciente editorial, el diario británico The Guardian señaló que pese a que el objetivo de anexión era previsible desde el inicio de la guerra, se hizo mucho más probable cuando quedó en evidencia que a Moscú le estaba yendo mal en el frente militar y diplomático y cuando aumentó el descontento interno por el fracaso de las tropas en terreno.
Miles de personas en los territorios ocupados celebran la anexión que Occidente considera 'ilegal'. Foto:EFE
“Al aumentar las apuestas, Putin está exponiendo los límites de la destreza militar de Rusia. Las movilizaciones rápidas y las anexiones apresuradas no son acciones de un país, o de un líder, que está en una posición de fuerza”, señala por su parte un análisis de The Washington Post.
Para Occidente, la apuesta de Putin por la anexión y la movilización de 300.000 reservistas a servir en la guerra son una prueba del fracaso de la ambición del mandatario ruso de hacerse con el control de Kiev y derrocar a los políticos ucranianos de forma rápida tras el lanzamiento de la operación especial el 24 de febrero.
“La obstinada resistencia de Ucrania que culminó con la reconquista relámpago del territorio en la región de Járkov ha puesto al Kremlin en un segundo plano, obligándolo a avanzar al azar con lo que se ha convertido en su plan B”, dice Alissa de Carbonnel, subdirectora de programas para Europa y Asia Central en International Crisis Group, en una columna para el diario británico The Guardian.
Frente a la presión externa, el presidente ruso, Vladimir Putin, suele aumentar las apuestas en lugar de dar un paso atrás u ofrecer concesiones
Pero Konstantin Zatulin, legislador de la Duma de Rusia, le dijo al canal de televisión Al Jazeera que la anexión, al contrario, busca enviar un mensaje claro a Occidente de que Rusia no pretende retroceder en su objetivo político y militar, ni siquiera por los reveses que lo obligaron a replegar sus tropas a inicios de septiembre.
"Frente a la presión externa, el presidente ruso, Vladimir Putin, suele aumentar las apuestas en lugar de dar un paso atrás u ofrecer concesiones", dice Zatulin.
Rusia, en todo caso, tiene objetivos claros con la anexión de las cuatro zonas: amenazar a Ucrania con una escalada si no frena su contraofensiva, advertir a Occidente, pero también frenar su retirada y reagruparse de cara al invierno.
Para Alissa de Carbonnel, sin embargo, la anexión supone una inflexión hacia un punto peligroso en la guerra.En primer lugar, porque con la anexión, Putin busca que el conflicto pase de ser un enfrentamiento en territorio ucraniano –terreno ajeno– a una guerra que se vive en su propio territorio.
De hecho, la doctrina militar rusa prevé recurrir al arma nuclear si su territorio es atacado. Y, para el Kremlin, este será el caso tras la anexión, aunque ningún otro Estado del mundo reconozca sus nuevas fronteras.
En segundo lugar, considera la analista, porque la firma de la anexión eleva aún más la confrontación con Occidente. La práctica totalidad de la comunidad internacional, al igual que Ucrania, ya han afirmado que no reconocerá la anexión.
Estados Unidos, por ejemplo, dijo que Rusia está violando el derecho internacional y pisoteando la Carta de las Naciones Unidas, que calificaron como “una violación de la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Ucrania”.
Putin durante una declaración de este viernes luego de ratificar los tratados de anexión. Foto:EFE
“Al anexionarse partes de Ucrania y expandir los territorios que Rusia se ve obligada a defender, Putin está apostando a que el mundo lo verá como un líder que no tiene nada que perder”, concluye un análisis de la revista Time.
El paso de la anexión de cuatro regiones ucranianas supone además que la confrontación entre Rusia y Ucrania –y Occidente– seguirá siendo una guerra de largo aliento, en la que Putin promete no detenerse.
De hecho, el Kremlin afirmó esta semana que la campaña militar en Ucrania proseguirá también después de la incorporación de las cuatro regiones ucranianas. Analistas creen que el conflicto podría extender, incluso, más allá de 2023.
Y, en últimas, la anexión aleja del todo las posibilidades de una negociación.
Mientras Putin instó en su discurso durante la firma de los tratados a que Kiev cese los disparos y regrese a la mesa de negociaciones, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó que no negociará con Rusia mientras Putin esté en el poder y pidió el ingreso inmediato de su país a la Otán.
Mientras tanto, los aliados occidentales reafirmaron su compromiso por “preservar la territorialidad” ucraniana, y alistan más sanciones para Moscú y nuevos paquetes de ayuda para Kiev.