La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el titular del Consejo Europeo, Charles Michel, urgieron el sábado al Reino Unido a "implementar lo acordado" por el Brexit en Irlanda del Norte, fuente de crecientes tensiones entre ambas partes.
"El acuerdo del Viernes Santo y la paz en la isla de Irlanda son primordiales. Negociamos un protocolo para preservarlos, firmado y ratificado por el Reino Unido y la Unión Europea" y "ambas partes deben implementar lo acordado", afirmaron ambos dirigentes en tuits idénticos tras reunirse con el primer ministro británico, Boris Johnson, al margen del G7.
A estos llamados se sumó el presidente de Francia, Emmanuel Macron. El mandatario urgió el sábado al primer ministro británico a aplicar en Irlanda del Norte los compromisos firmados con la Unión Europea en el marco del Brexit.
Declarándose dispuesto a "resetear" las relaciones entre Francia y el Reino Unido, Macron "hizo sin embargo hincapié en que esto requiere que los británicos cumplan la palabra dada a los europeos y lo establecido por el acuerdo del Brexit", afirmó la presidencia sa.
La tensión crece desde hace días entre Londres y la Unión Europea en torno a la aplicación de las disposiciones especiales establecidas para la región británica de Irlanda del Norte tras la salida total del Reino Unido del bloque el pasado 1 de enero.
Para evitar reimponer una frontera física con la República de Irlanda, país miembro de la UE, el denominado "protocolo de Irlanda del Norte", arduamente negociado en el marco del Brexit, mantiene esa zona dentro del mercado único europeo y en la unión aduanera. Con esto se busca preservar la frágil paz establecida en 1998 tras 30 años de sangriento conflicto entre republicanos católicos y unionistas protestantes, que dejó unos 3.500 muertos en la región.
Sin embargo, para ello fue necesario introducir controles aduaneros a las mercancías que llegan a Irlanda del Norte procedentes de Gran Bretaña, lo que los unionistas denuncian como una separación istrativa del resto del país. Esto desató violentos disturbios intercomunitarios en abril y se teme que vuelva hacerlo a medida que se acerca la gran marcha unionista del 12 de julio, que cada año conmemora la victoria del rey protestante Guillermo III de Orange sobre su rival católico Jacobo II en 1690.
Frente a esta tensión, el gobierno de Johnson decidió unilateralmente retrasar la aplicación de algunos controles, especialmente los agroalimentarios. Y, según el diario The Daily Telegraph, está estudiando prorrogar la excepción para la carne refrigerada, que debía finalizar el 30 de junio.
Denunciando este incumplimiento de un acuerdo firmado y ratificado por ambas partes, la UE ha amenazado con una reacción "firme y decisiva" que según una fuente europea implicaría aranceles específicos en determinados sectores, una posibilidad contemplada en el acuerdo comercial posbrexit.
AFP