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Noticia
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Los herederos de la extrema derecha podrían gobernar de nuevo un país europeo, ¿de qué depende?
El líder del partido FPÖ, Herbert Kickl, encargado de formar gobierno en Austria, aboga por cerrar las fronteras y expulsar a los extranjeros.
Herbert Kickl, líder del Partido Liberal de Austria (FPÖ). Foto: EFE
El 5 de enero de 2025 puede pasar a la historia como un día negro. El presidente de la República austríaca, Alexander van der Bellen, anunció ese día que convocaba a Herbert Kickl, líder del Partido Liberal de Austria (FPÖ), a una reunión para el día siguiente.
Van der Bellen había intentado que el FPÖ, neonazi o postnazi (el calificativo no es gratuito) estuviera fuera de la próxima coalición de Gobierno, pero no lo había logrado. El canciller (se llama así al jefe de Gobierno tanto en Austria como en Alemania) Karl Nehammer, conservador, había fracasado en lograr apoyos parlamentarios de socialdemócratas y liberales para seguir gobernando. El FPÖ había sido en septiembre el partido más votado y ahora tenía su oportunidad.
El partido ya había sido hace una década, y durante tres años, parte del Gobierno con los conservadores.
Aquel Ejecutivo cayó antes de tiempo por la corrupción en el FPÖ. Durante esos años, los demás países europeos (entonces no había ningún otro partido de extrema derecha en los gobiernos europeos) dejaron de compartir cierto tipo de información, principalmente de seguridad y Defensa, con Austria, porque sabían que cualquier información sensible acababa en horas en Moscú a través de los ministros del FPÖ. Pero, ahora, los neonazis no vuelven al poder como socios menores de la coalición. Si Kickl tiene éxito negociando con los conservadores volverá como jefe de Gobierno.
Si fracasa, Austria irá de nuevo a las urnas y los sondeos dicen que su partido podría pasar del 29 % obtenido en septiembre a un 35 %.
¿Qué es el FPÖ y por qué se le relaciona con el nazismo?
El FPÖ puede calificarse como neonazi o postnazi porque fue fundado en los años 50 del siglo pasado por antiguos altos mandos de las SS nazis austríacas, que trabajaban a la orden de su hermana mayor las SS nazis alemanas.
Durante décadas nadie les prestó atención pues eran un grupúsculo que recibía unos pocos miles de votos, pero en las últimas décadas, junto al auge general de las extremas derechas europeas, fue creciendo hasta ese 29 % de septiembre. Su liderazgo nunca abjuró de sus fundadores y de sus ideas.
Herbert Kickl asegura que quiere hacerse llamar ‘Volkskanzler’ (canciller del pueblo). Foto:AFP
Herbert Kickl asegura que quiere hacerse llamar ‘Volkskanzler’ (canciller del pueblo). Es una expresión nazi que ningún gobernante usa desde los años 50 del siglo pasado y tiene connotaciones antisemitas. La decisión de Van der Bellen, que también podría haber enviado al país a nuevas elecciones sin encargar gobierno al FPÖ porque no tiene mayoría suficiente por su cuenta, la acompañó de advertencias, como la de decir que quienes no tienen la nacionalidad austríaca no tienen nada que temer: “Son queridos todos los que viven aquí”. Porque Kickl lleva años amenazando con deportaciones masivas de extranjeros.
No estoy de acuerdo en que un grupo como tal, o una unidad como las Waffen-SS, deban ser declarados culpables colectivamente
Van der Bellen no envió al país a las urnas porque, dijo el día 5, había hablado con muchos dirigentes políticos y de sus conversaciones había extraído que los conservadores, que en septiembre le habían dicho que de ninguna manera apoyarían que el FPÖ liderara el Gobierno, ya no se mostraban tan reticentes después de la dimisión de Nehammer. Van der Bellen marcó límites: el respeto al Estado de Derecho, a los derechos humanos y de las minorías, a unos medios de comunicación libres e independientes y a la pertenencia del país a la Unión Europea.
Piedras en la que están grabados los nombres de personas que fueron perseguidas por los nazis. Foto:FOCKE STRANGMANN / AFP
Todo eso está amenazado por un FPÖ que durante años se ha mostrado a favor de que Austria abandone la Unión Europea y de políticas que podrían ir contra el Estado de Derecho y los derechos fundamentales. El FPÖ es, además, favorable a Moscú y contrario a que Europa siga ayudando a Ucrania.
El FPÖ llegaría al poder en mejores condiciones europeas que hace una década. Entonces estuvo solo, pero ahora las extremas derechas tienen varios dirigentes en puestos de poder, desde la italiana Giorgia Meloni al PVV ultraderechista holandés de Geert Wilders, pasando por el Fidesz de Viktor Orban en Hungría y partidos ultraderechistas dando apoyo parlamentario a conservadores, como en Suecia, Finlandia o Eslovaquia.
Herbert Kickl, el cuestionado ‘Volkskanzler’ para Austria
Explicar quién es Herbert Kickl es simple. Basta con repetir sus frases.
“Seré un canciller del pueblo”. Volkskanzler es, para los austríacos, una clara referencia al nazismo y a Adolf Hitler. Fue un término que nació en 1933 como estrategia de campaña de Göbbels para Hitler.
El FPÖ llegaría al poder en mejores condiciones europeas que hace una década. Foto:AFP
“No estoy de acuerdo en que un grupo como tal, o una unidad como las Waffen-SS, deban ser declarados culpables colectivamente”. Las Waffen-SS fueron declaradas organización criminal en los juicios de Nuremberg.
La vacuna contra el covid-19 es “un vasto experimento de ingeniería genética de resultado incierto”.
En referencia al vicejefe de Gobierno y ecologista Werner Kogler: “El brazo armado de los ecofundamentalistas y terroristas climáticos en el gabinete”.
El presidente de la República, Alexander Van der Bellen, es “la momia de Hofburg” (sede de la Jefatura del Estado). El nuevo líder conservador, Christian Stocker, con quien debe negociar ahora, era hace un año “un organismo mental unicelular”.
Asegura que existe una conspiración a nivel europeo llamada “el gran reemplazo”. Por alguna razón las élites políticas y económicas europeas habrían decidido hace años, en secreto, sustituir a la población blanca y cristiana europea por poblaciones negras y árabes de confesión musulmana. Otros dirigentes ultraderechistas e “influencers” conspiracionistas en redes sociales repiten la misma teoría.
Antisemitismo: “¿Cómo puede alguien llamarse Ariel (nombre clásico judío) ser tan sucio?”. La dijo en 2001 el entonces líder ultra Jörg Haider, pero el discurso lo había escrito Kickl. Se dirigía a Ariel Muzicant, presidente del Consistorio Israelita de Viena.