La Oficina de Derechos Humanos de la ONU ha recibido "información creíble" de que Rusia ha usado varias veces, en las dos semanas transcurridas desde que invadió Ucrania, municiones de racimo, un tipo de armamento prohibido por su impacto indiscriminado entre los civiles.
El uso de esas bombas se habría producido "incluso en zonas pobladas", dijo este viernes la portavoz del organismo, Liz Throssell, quien detalló que el 24 de febrero una bomba de racimo explotó en el hospital principal de Vuhledar, ubicado en la parte de Donetsk bajo control gubernamental y donde murieron cuatro civiles y una decena resultaron heridos.
(Debido al interés público que suscitan los hechos entre Rusia y Ucrania, todo nuestro cubrimiento sobre esa invasión y acciones relacionadas tendrá libre para todos los lectores de EL TIEMPO)
Debido a sus efectos en una amplia área, el uso de bombas de racimo en áreas pobladas es incompatible con el derecho internacional humanitario
"Hubo otros ataques con bombas de racimo en varios distritos de Járkov, en los que nueve civiles murieron y 37 fueron heridos", continuó la portavoz.
Actualmente 110 Estados se han adherido plenamente a este instrumento jurídico y otros trece lo han firmado, pero aún no lo han ratificado.
Rusia, al igual que Estados Unidos o China, no están entre los adherentes a este tratado, del que Ucrania tampoco es parte. La comunidad internacional juzgó necesario negociar un tratado específico para prohibir totalmente este tipo de armamento por el terrible impacto que causa en la población civil en situaciones de conflicto.
Muchas se quedan sin detonar y se convierten en explosivos remanentes que pueden herir o matar a alguien incluso décadas después, así como impedir el uso de tierras cultivables.
Según el Observatorio sobre uso de bombas de racimo y minas antipersonales, las primeras fueron utilizadas durante entre julio de 2014 y febrero de 2015, durante el anterior conflicto en Ucrania, cuando grupos separatistas se alzaron en armas contra el gobierno central y tomaron el control de parte de dos regiones del este del país, fronterizas con Rusia.
EFE
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