Reina Isabel II: la razón por la que no tomaba decisiones de gobierno

La monarquía británica tiene más de mil años de existencia, pero, con el paso de los años, ha tenido que someterse a ciertos cambios para lograr mantenerse en pie.

El primer paso que dio la realeza para conservar su autoridad fue en el siglo XVII, cuando dejaron de lado el absolutismo para convertirse en una monarquía parlamentaria. Desde entonces, el poder que ejerce el rey en las decisiones del gobierno se limitó.

Lo anterior explica por qué la fallecida reina Isabel II no tomaba decisiones políticas o de gobierno. Aunque la monarca era la jefa de Estado, tenía un papel más ceremonial y representativo, pues no poseía poderes ejecutivos y sus opiniones frente al rumbo de la nación las daba a través de sus ministros, quienes están sujetos a las normas del Parlamento. 

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Además, Isabel II tampoco hacía comentarios relacionados con las movidas políticas que había en Inglaterra porque su imagen debía ser la de un líder imparcial; eso sí, estaba en o constante con el Primer Ministro, con quien se reunía todas las semanas.

“La Reina es imparcial y nunca lleva a cabo algún comentario público sobre política”, se lee en las actas del Parlamento Británico, según registra la ‘BBC’.

Sin embargo, la Reina contaba con gran influencia en el pueblo británico para quienes su criterio era sumamente importante, no solo por lo que simbolizaba su imagen o por su labor humanitaria, sino por lo que representaba una mujer que había sido testigo de dos guerras mundiales y otros eventos históricos importantes.

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“Durante fines del siglo XIX y principios del XX, la monarquía gradualmente perdió poder ejecutivo y el Reino unido se convirtió en una república coronada. Pero la Reina ha establecido una enorme red de miles de organizaciones de caridad... y es a través de estas organizaciones que mantiene una extraordinaria influencia y que ha adquirido un enorme poder", explicaba el historiador Frank Prochaska, según la ‘BBC’.

Por otro lado, la reina Isabel tampoco participaba en las elecciones pese a que tenía el derecho, ya que se consideraba inconstitucional, teniendo en cuenta que la corona hace parte de la Cámara de los Lores del Parlamento.

Aún así, la Reina, quien falleció a los 96 años en el castillo Balmoral, tenía una labor constitucional en la apertura y disolución del Parlamento y en la aprobación de los proyectos de ley que allí se tramitaron durante su mandato.

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La monarca estuvo 70 años en el poder, durante los cuales se caracterizó porque representó la identidad y el orgullo británico, comandó las Fuerzas Militares, concedió honores e hizo nombramientos y lideró eventos públicos y de caridad.

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